Fallido melodrama, que desaprovecha una magnífica historia ganadora del premio Pulitzer y lejanamente inspirada en el rey Lear de Shakespeare e interpretada por dos estupendas actrices que, tratando unos temas tan delicados,( cáncer, incesto, esterilidad, adulterio, malos tratos), no logra sin embargo, otra cosa que apabullar al espectador, haciendo excesivo hincapié en los elementos dramatizadores,( como si los necesitara ), voz en off lánguida, fotografía meliflua...etc.
Con ello lo que consigue el director, es convertir un duro y seco drama, en una película que me recuerda a los telefilmes de sobremesa, plagado de desgracias truculentas y que en las manos adecuadas, podría haber sido un muy sólido y veraz melodrama.No puedo evitar preguntarme, ¿ qué habría hecho Douglas Sirk, con este material? . Y es que este tipo de dramas con temas tan delicados, precisan manos maestras para tratar estos temas con sensibilidad y buen gusto para poder removernos por dentro sin necesidad de que nos animen a la lágrima fácil por medio de trucos baratos.
Lo único que la salva es la solvente actuación de las dos principales actrices que, afortunadamente, hacen una interpretación comedida y muy veraz. El resto, se olvida pronto.
Un terrateniente, llegado a su vejez, decide repartir sus tierras entre sus tres hijas. Esta decisión, abrirá la caja de Pandora de los secretos familiares más escondidos y lo que hasta entonces parecía una familia armoniosa y unida, se revelará como una familia llena de heridas sin coser y conflictos sin resolver.