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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
7
Comedia. Bélico Francia, II Guerra Mundial (1939-1945). El soldado Hogan ha sido destinado a un hospital de campaña, donde la vida transcurre gris y anodina. Para levantar el ánimo de sus aburridos compañeros, decide organizar una fiesta con las enfermeras del hospital. Pero las relaciones entre enfermeras y soldados están prohibidas, y el capitán es muy estricto con el reglamento. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale la pena pasearse por esta comedia que, si bien no podremos incluirla entre las rotundamente memorables, de ninguna manera vamos a sentir que hemos perdido nuestro tiempo ingresando en la compañía de este disfuncional hospital militar en Francia, recién concluida la guerra, con estos soldados ya nerviosos con sus miras puestas en el regreso a casa (tal y como los niños lo están en sus últimos días de colegio antes de las vacaciones), deseando poder, por fin, soltarse la melena y disfrutar de una merecida francachela libres de códigos, ordenanzas y jerarquías.
Basada en una obra teatral, la cinta no consigue liberarse del todo de su origen (mucho humor dialogado, escenas largas y ritmo bastante pausado) pero el guion está muy trabajado y excelentemente apuntalado dando ocasión, a su vez, a que el brillante reparto escogido pueda lucirse de forma muy meritoria demostrando su poderío.
En primer lugar Jack Lemmon, Jack Lemmon, Jack Lemmon.
Tendréis que permitir que no sea imparcial con este actor pero es que me parece un fuera de serie haga lo que haga. No sólo por sus inolvidables colaboraciones con Wilder (que ahí yo ya me derrito) sino porque demostró las indudables dotes que tenía en toda clase de registros, hasta en los más dramáticos.
Pues bien, aquí su papel es cómico, qué duda cabe, pero, sin embargo, sí se sale un poco de los registros que normalmente solía interpretar como actor de comedia, al representar un papel algo distinto al que, habitualmente, le solían dar (el colega majo víctima de las maquinaciones de otros), para pasar a ser el manipulador, el que maneja el cotarro, el caradura, un papel que bien podríamos ponerle el rostro de Tony Curtis o Walter Mathau (por hablar de dos de sus parejas artísticas que solían adjudicarse ese rol).
Huelga decir que también lo hace de maravilla, por si alguien tenía dudas, y que a mí me ha encantado ver cómo se hace el listo para variar.
Otro que hay que resaltar es, sin duda, Ernie Kovacs. Un capitán lleno de mala leche y envidia, con muchas ganas de promocionarse y de joder al personal, es el hueso duro de roer y el obstáculo que habrán de sortear las maquinaciones de estos soldados. Que lo consigan o cómo lo consigan ya será otro cantar y tendrán que aguzar el ingenio, provocar muchos enredos y eludir muchas dificultades para lograr su objetivo.
Arthur O'Connell, el coronel, también está correcto en su papel de hombre bonachón e indolente fácilmente manipulable debido a su tendencia a huir de los problemas.
Mickey Rooney hace un papel muy corto y bastante histriónico, no sale hasta el último tercio del film, sus seguidores podrán deleitarse aunque, para mí, resulta desmedido en este film.
También tenemos a Dick York en un papel muy simpático y a unos cuantos más que agregan ese punto imprescindible en toda comedia coral.
Kathryn Grant es la enfermera oficial objeto de amor de Lemmon y que, como todas las chicas de este hospital, serán fruto prohibido para los soldados que se verán separados de ellas por las ordenanzas, esos códigos militares que, sea como sea, será preciso burlar.
En fin, una película estimable que habría salido beneficiada, quizá, tras algunos cortes, sigue siendo placentera tal como está y resulta una buena opción para pasar la tarde si no se muestran demasiado exigentes ni buscan la carcajada explosiva porque no es de esas. Recomendable.
Izeta
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