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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
8
Drama. Romance Cuando se conocieron, Sara vivía con François, el mejor amigo de Jean. Ahora, Jean y Sara se quieren y viven juntos hace 10 años. Un día, Sara ve a François por la calle. Él no se da cuenta, pero a ella le invade la sensación de que su vida podría cambiar repentinamente. Al mismo tiempo, François retoma el contacto con Jean por primera vez en años y le propone volver a trabajar juntos. A partir de aquí, todos perderán el control. (FILMAFFINITY) [+]
17 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claire Denis es para mí uno de los valores seguros del cine de ficción europeo y probablemente mundial. Una directora que ha sabido mantener su independencia, solamente se podría señalar que ha rebajado la radicalidad de su propuesta, no por eso lo sustanciosa de su visión cinematográfica ni el brío estético con el que afronta cada nueva obra. Basta con recordar la escabrosa "Trouble Every day" para comprender el trayecto recorrido por la filmografía de esta gran directora francesa, sin embargo no por ello deja de explorar el torturado psique moderno a través de unos personajes siempre bien dibujados, alejados de tópicos y los lugares comunes más cómodos y manejables.

Esta "Avec amour et acharnement" podría formar, por el momento, un interesante díptico con "Un beau soleil intérieur". En ambos casos, Juliette Binoche ocupa un espacio central, protagonistas femeninas cuyos nudos interiores son notorios aunque no lo parezca a simple vista, pero conforme la trama avanza las ambigüedades, las contradicciones, las incertidumbres desvelan ese estupor frente a las decisiones drásticas. "Un beau soleil intérieur" supondría la pieza más amable y luminosa del díptico, mientras que "Avec amour et acharnement" se adentraría más en las sombras, aproximándose a territorios tan turbios como los de "Les salauds".

El relato se estructura a la forma de una moneda, una dialéctica entre lo femenino y lo masculino. La otra cara de la moneda la encarna otro habitual de Denis, el gran Vincent Lindon, que con su mirada hostigada encarna a la perfección a un ex jugador de rugby que en el pasado tuvo problemas con la justicia y cuando ocurre la acción del film comprobamos que intenta sacar adelante ciertos proyectos para poder superar esa carga invisible.

En este título, el pasado proyecta poderosas sombras, condiciona de forma irremediable. Jugar con el pasado es jugar con fuego. Hay riesgo de abrasarse. Para Jean, el personaje de Lindon, no sólo está sus antecedentes penales y su relación con Sara, el papel de Binoche, también está su hijo Marcus, que vive con la madre de Jean y con quien no mantiene una relación demasiado fluida, tanto es así que el adolescente parece bastante perdido y lleva un rumbo incierto. Es el nudo que Jean debe desatar. Para Sara ese pasado que trae ecos turbulentos es su relación sin cerrar con François, interpretado por el maravilloso Grégoire Colin, un hombre ciertamente seductor, con mucho aplomo y empuje, que sin embargo cortó su relación con Sara al sentirse amenazado por el acercamiento de Sara hacia Jean. Sara se quedó con una herida, inadvertida al inicio, pero al verlo reaparecer las dudas crecen y se multiplican, ofuscan su visión, sus propias ideas, empantanan el clima doméstico y ambos son dirigidos hacia convulsas pasiones.

No creo que haya muchos directores en el mundo capaz de reflejar estas incertidumbres y dilemas con el nivel de aspereza y contundencia, también con finura y distancia prudente, ejercidas por Denis. En un panorama comercial dónde lo que abunda son las caricaturas ingenuas por un lado y por otro los monigotes estridentes por otro, es complicado presenciar una historia tan poco cómoda como ésta, que respeta a sus personajes, sin imponerles otros límites que la representación psicológica más fidedigna de unos perfiles psicológicos pertenecientes a una clase social de una ciudad acomodada, sin miedo a disgustar a las buenas conciencias o a los espectadores más impacientes. Esto, unido a esas elipsis tajantes en el montaje, su gusto sobrio y elegante para el encuadre, su envolvente utilización de la música (cómo siempre, Stuart Staples de matrícula de honor) y diestro empleo de los escenarios naturales urbanos hacen de ella una directora a la que siempre es un gusto regresar. A veces podrá gustarme más y otras menos, pero jamás entregará una obra convencional para consumo despreocupado de grandes masas, al contrario, a Denis le interesa interpelar al espectador, atacar sus certidumbres y sus convicciones más asentadas, incluso incomodar para que se cuestione o se reafirme en sus propias posiciones éticas y filosóficas, para que cómo mínimo reflexione abiertamente acerca del poder del deseo, del peso del pasado, de la realidad de la vida estable, que valore qué tiene más relieve: ¿los impulsos y las pasiones o la seguridad y la estabilidad? ¿Lo dionisiaco o lo apolíneo?

En ese sentido, "Avec amour et acharnement" entra más a degüello en esas cuestiones que no "Un beau soleil intérieur", que cómo he comentado es más amable, y en verdad la vida emocional en una pareja, a la larga, es de todo menos plácida y rectilínea, por eso la urgencia con la que filma las pieles y las miradas dubitativas me parece que, en esta ocasión, le permiten a Denis dar más de lleno en el blanco.
Jean Ra
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