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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
10
Drama Se inspira en la novela "La escafandra y la mariposa" escrita por Jean Dominique Bauby a causa de un accidente (1995) que lo introdujo en el mundo del "Locked in Syndrom" (encerrado en sí mismo). Totalmente paralizado, sin poder comer, hablar, ni respirar sin asistencia, el antiguo redactor jefe de la revista "Elle" dicta letra por letra, moviendo sólo el párpado izquierdo, una especie de viaje inmóvil. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2008
37 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí el que escribe de vez en cuando le asalta la duda si no tendrá una cafetera o algo parecido en vez de corazón. Admito que no me es fácil entregarme así como así a las películas y emocionarme con ellas y la explicación a eso es que no todas las películas son tan maravillosas como La Escafandra y la Mariposa. Esta película de Schnabel es dueña de una sensibilidad enorme, tanto que consigue adentrarse en los recovecos de esa mente dolorida y trasladarnos esos posibles pensamientos a una pantalla de cine con una claridad magistral y convertir la película en una especie de experiencia sensorial. Nunca antes he visto un uso tan preciso del plano subjetivo, tanta coherencia y elegancia a la hora de relatar unas experiencias biográficas, de manera que los recuerdos y las fantasías aparecen y desaparecen con la mayor de las naturalidades. Se le nota tan libre y desenvuelta y su capacidad para hacerte partícipe de esa experiencia-viaje es tan grande que el conjunto está rebosante de fuerza y poderío, queda para la posteridad una obra conmovedora, profunda, apasionada y apasionante, rebosante de dolor... y de belleza. El contraste es tan fuerte que los momentos de las recuerdos y las imaginaciones tienen un aire casi épico, transmiten una grandeza que parecen que sean tuyos (¡y qué soberbia utilización de la banda sonora!).

Puede que, si te fijas, veas que en el fondo la película responde al arquetipo de película de superación personal que tanto gusta en los Oscars, no obstante está filmada y narrada con una pericia tan consistente y creativa que consigue hacer una gran película sacándola del terreno que tenía abonado, el de los melodramas, las melancolías sensibleras y recrear las imágenes de esta historia con generosidad, cuando lo más probable es que las manos de un director menos habilidoso hubiesen hecho una película muy estática y probablemente pesada (sí, te estoy mirando a ti, Isabel Coxiet). A parte de esa claridad a la hora de escenificar los recuerdos también ayuda el sorprendente sentido del humor que ataca cuando menos te lo esperas, que, sin llegar a frivolizar, también nos ayuda a comprender que nada, ni los momentos más duros, deben recibir un exagerado trato dramático y que nunca hay excusa para no imaginar. Para mí eso es sabiduría.

Fui al cine con las expectativas muy altas y, cosa rara, todas fueron saciadas. No recuerdo la última vez que me emocioné tanto en una sala de cine y que la sala estuviera medio vacía y a oscuras para que no me vieran lloriquear como una nena. Grandiosa de veras.
Jean Ra
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