Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Javi McClane:
6
Terror. Comedia. Fantástico Cuando Alex (Winslow Fegley), un chico obsesionado con las historias de miedo, es encerrado por una joven bruja malvada (Krysten Ritter) en su moderno apartamento de Nueva York, conoce a Yasmin (Lydia Jewett), que también está atrapada y se da cuenta de que debe contar una historia de miedo nueva cada noche para sobrevivir.
15 de septiembre de 2021
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuentos al caer la noche (Nightbooks) es la nueva película de Netflix, lo que desde hace tiempo es sinónimo de echarse a temblar, porque estrenan cada cosa en la plataforma que ríete tú de la productora Asylum. Propuesta de terror enfocada a los más pequeños de la casa (o así se vende…), la crítica ha quedado más que convencida, siendo a mí parecer una cinta de terror que cumple su cometido, tiene elementos geniales y destaca en su género, pero que se queda a medio gas, al desaprovechar la premisa principal que se nos presenta en los primeros compases de la cinta.

La película nos cuenta la historia de un niño que escribe historias de terror. Obviamente, no es el más popular del colegio, renegando de su afición debido a ese hecho. Justo cuando está a punto de quemar sus cuentos, una bruja le secuestra, encerrándole en su casa y obligándole a contarle sus historias cada noche, o pagará las consecuencias. Como ya he indicado, el punto de partida es fabuloso, pero la película prefiere apostar por otros derroteros, a pesar de que (casi) todos esperamos saber más historias del protagonista. Pues si es el caso, os vais a llevar un buen chasco, ya que casi todo el film se centra en la amistad entre los dos niños protagonistas (la segunda es otra niña secuestrada). No es ningún secreto que lo mejor de la película es el prometedor inicio y el maravilloso clímax, pero no adelantemos acontecimientos.

Eso sí, antes de proseguir con la reseña, dos preguntas. Primero: ¿por qué Netflix ha estrenado la cinta por la puerta de atrás (sin apenas promoción, como casi siempre), un miércoles cualquiera, en vez de hacerlo un viernes, día exclusivo para sus grandes estrenos, los cuales luego resultan ser un fiasco? Esta primera pregunta me lleva a otra: ¿acaso querían esconderla? Segunda, y no menos importante: ¿por qué no han esperado un mes para estrenarla en pleno Halloween, cuando es obvio que es la fecha perfecta para presentar un film de estas características? No tengo las respuestas (bueno, sí, pero mejor lo dejamos estar…), pero aquí dejo las preguntas. Dicho esto, comenzamos.

Se notan las limitaciones presupuestarias, confirmadas por unos efectos visuales dignos de la serie B (y creo que estoy siendo generoso). No obstante, el diseño de producción está bastante logrado, y el director (el mismo de la olvidable ‘El hijo’) utiliza los medios de los que dispone para salir airoso, usando un interesante recurso a la hora de plasmar los cuentos. Lamentablemente, ese efectivo recurso se desaprovecha en pro de una trama que no despega hasta su fascinante clímax. Si la película hubiese mantenido la efectividad del prometedor arranque y la energía (y horror) de su memorable desenlace (lo mejor del film, de lejos), estaríamos hablando de una película tan estupenda como redonda, pero hay una bajada de ritmo en su ecuador que lastra el conjunto sin remedio.

En cuanto a la historia, comienza con una idea original, pero todo se derrumba demasiado pronto, navegando por lugares comunes y siendo una trama que ya hemos visto todos antes y que sabemos cómo va a acabar casi desde el principio (el film es más predecible de lo que se cree). A pesar de ello, no se pueden negar sus aciertos, siendo una carta de amor al género del terror y a los escritores, los cuales van a disfrutar con la historia que se plantea y con su necesario mensaje, que sí, es de sobras conocido, pero que nunca está de más.

Por otro lado, es mejor advertir del tono de la cinta, ya que es obvio que está enfocada el público infantil, pero el sentido común me dice que va a resultar demasiado terrorífica y tétrica para éstos, siendo quizás más recomendable para los adultos que han crecido con clásicos del género de los 80 y los 90, a los que homenajea de forma clara (ojo a las referencias, en especial al genial clásico Jóvenes Ocultos). Prefiero dejarlo claro, porque hay momentos que ya os adelanto que no son para todos los públicos, y el mencionado final está entre ellos. Me da la sensación de que los responsables no han sabido muy bien qué tenían entre manos ni a qué público dirigirse, navegando entre las Pesadillas de R.L. Stine, y la mala leche de Sam Raimi. Lo sé, curiosa combinación, pero no me miréis a mí…

Que Krysten Ritter es una actriz maravillosa ya lo sabemos (desde Breaking Bad, sin ir más lejos), desplegando una vez más su carisma y buen hacer en un personaje nada sencillo, y que acaba siendo más secundario de lo que nos gustaría. La verdad es que el papel habría hecho las delicias de Helena Bonham Carter, pero Ritter consigue que no se la necesite por aquí. Un gran acierto de casting. Los niños protagonistas no se quedan atrás, estando a la altura de las circunstancias con interpretaciones más que convincentes. ¿Soy yo, o la horneada de actores infantiles está siendo brillante en los últimos años? Lo sé, abuso de las preguntas, así que ya me contesto yo mismo: sí.

En conclusión, estamos ante una propuesta de terror que sólo por su clímax (seguramente uno de los mejores momentos del año) ya merece la pena, siendo una verdadera lástima que sus responsables hayan preferido apostar por lo de siempre, en vez de intentar aportar algo de originalidad al conjunto. A pesar de ello, seguramente acabemos estando ante una de las mejores producciones de la plataforma del año (lo que tampoco es decir mucho), además de una cinta perfecta para degustar en Halloween, que es cuando debería haberse estrenado. Pero en fin, Netflix… qué os voy a contar.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow