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Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Voto de Ketty Analfer D:
8
Drama Basada en una historia real. Aileen Wuornos (Charlize Theron) es una prostituta que conoce un día en un bar a Selby Wall (Christina Ricci), una joven lesbiana que ha sido enviada por sus padres a vivir con su tía para "curar su homosexualidad". Wuornos, víctima de una trágica infancia llena de abusos, rápidamente se enamora de Selby, encontrando en ella una razón para vivir. Incapaz de encontrar un trabajo digno, Wuornos sigue ... [+]
31 de agosto de 2023
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Tanto en el cine como en la realidad, las asesinas seriales mujeres son un hecho francamente peregrino, y cuando alguna aparece, en la realidad (no en el cine, obviamente), suelen tener más en común con personajes irreales, que no inverosímiles, como Beatrix Kiddo de "Kill Bill" (Quentin Tarantino, 2003) o la nena de "Hard candy" (David Slade, 2005) que con Hannibal Lecter de "El silencio de los inocentes" (Jonathan Demme, 1991) o Patrick Bateman de "American psycho" (Mary Harron, 2000). Se ve que esto de matar por puro gusto es otro privilegio masculino.

De acuerdo con "Monster", la motivación asesina de Aileen Wuornos estaba más asociada a un contexto «socio-económico-político-cultural» que con una patología psicológica (aunque algo de esto habría); y he allí lo interesante de la cuestión. Así, el film de Jenkins funciona mejor como una radiografía del «lado B» del «sueño americano» que como la disección de una mente perturbada. Las promesas de "la tierra de la libertad y las oportunidades", como se autodenominan los estadounidenses, se cumplen a expensas de personas como Wuornos que han sido desplazadas e ignoradas por un Estado ausente. Claro que no todos los pobres se vuelven asesinos seriales, pero allí está el segundo detalle: lo de Wuornos, según la película, no es fetichismo, ni siquiera es una asesina tan prolífica si uno la compara con Dahmer o Bundy, lo de esta señora tiene algo de necesidad y otro poco de venganza.

Es realmente muy raro encontrar un retrato de un asesino serial que sienta tanto amor (o compasión) por su protagonista. A esto contribuye una gran Charlize Theron en la, probablemente, mejor performance de su carrera, secundada por una interesante Christina Ricci, y la dirección de Jenkins que sostiene con equilibrio las irregularidades de su propio guion que acierta al concentrarse más en la relación romántica que en los crímenes pero descuida otras cosas.

A veces en su afán de comprimir la historia en menos de 120 minutos, el cine termina por podar en demasía los libretos, y esto es lo que parece ocurrir con el personaje de Ricci: Selby, una joven de familia devotamente católica de clase media que termina sentimentalmente involucrada con una prostituta. Por más joven e inocente que sea, resulta medio raro que crea que el "salario" de una prostituta da como para andar de gira, juerga y Disneyworld, allí hace falta alguna que otra escena extra que justifique estas actitudes y reacciones. Esos detalles de guion y alguna cosa más son los pequeños defectos que socavan mínimamente a este original y muy recomendable biopic.
Ketty Analfer D
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