Con un sinfin de guiños a la innovadora "El Ángel Azul" (sin ir más lejos, Minnelli hace chistes mentando a Emil Jannings en alguna que otra escena), no está de más compararla directamente con ella.

Es razonable verla como menos atrevida, cuando en lugar de tratar un tema candente (como hacía la obra de Sternberg) para ella es uno pasado. Y es razonable pensar que no hay mejor caracterización del entorno que la ya hecha.
Dicho esto, "Cabaret" es una adelantada a su tiempo, principalmente por la frescura con la que atacan sus personajes la cámara, por la decisión con la que expone sus principios, y sobretodo por sus actuaciones cabaretescas.

De ello, se entiende que la tripleta amorosa amase el interés de la trama, con unos bien llevados Minnelli, York y Griem. Y que se les añadan Wepper y Berenson como pareja de baile del trasfondo histórico de la historia.
Pero, por encima de todos ellos queda el papel estrella del film, el de Joel Grey, el del amo del Cabaret, el del actor principal/presentador/conductor de sus actos, el del polivalente y macabro personaje de los bajos fondos alemanes. El generador de un espíritu.

Fiel, valiente y entretenida.
Mucho más rica en su calidez que en su profundidad.