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España España · BARCELONA
Voto de GINA:
6
Documental Mientras los enfermos mentales de la Comunidad Terapéutica de Martutene preparan una representación sobre la vida del psiquiatra portugués António Egas Moniz, que desarrolló el procedimiento quirúrgico conocido como lobotomía para tratar la esquizofrenia en 1935, los cineastas Jordá y Villazán (que fueron enfermos mentales alguna vez en su vida) reflexionan sobre las terapias psiquiátricas modernas. El título hace referencia a la ... [+]
19 de diciembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental me dio vértigo desde los primeros minutos. No dejé de sentirlo hasta el final, donde por fin vi un resultado después de tanto ascenso gradual. Desde la altura vi en pequeño un conjunto unido en harmonía donde sin duda destacaba algo; un loco muy cuerdo, una realidad punzante.

Podría decir que hay algo en el film que no me gustó; el montaje, pero sería injusto puesto que marcaba una intención muy clara, ya en el mismo montaje se desarrollaba una idea de desequilibrio patente a lo largo de todo el documental.

También podría decir que no me gustó el tema, pero volvería a ser injusta ya que no se trata de agradar o desagradar sino de entender una realidad que duele, porque no muestra lo que un espectador común está acostumbrado, no tiene el típico happy ending ni a los bellos personajes con dolencias inexistentes; trata de una enfermedad que cuesta curar y además lo hace desde las entrañas.

Podría volver a decir que no me gustó ver como abrían la cabeza a un hombre y le revolvían el cerebro, pero una vez más sería injusta porque de eso se trataba el film; de concienciar y hacer entender que se necesita pasar por un tormento como espectador para poder llegar a entender mínimamente lo que éstas personas sufren.

Hay dos cosas que me pusieron la piel de gallina: por un lado el teatro; un grupo de personas eran felices al reproducir una escena de lo más sencilla, se lo pasaban bien y me hicieron pensar que yo me hubiera aburrido estrepitosamente si me obligaran a hacerlo, necesitaban evadirse del mundo y representar a alguien que no fueran ellos.
Por otro lado el personaje final que se enfrenta a las palabras de un médico licenciado y se lo come con patatas. Nadie mejor que uno mismo sabe lo que es pasar por algo, y pareció que el médico no tuviera ni idea de lo que hablaba, una lástima entender que alguien que debe estar por los enfermos no sabe de las necesidades de éstos.

Metafóricamente puedo decir que me costó tragar un pedazo de carne entero porque no me lo habían cortado en trocitos, necesitaban de mi hacer el ejercicio y no estaba acostumbrada.
GINA
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