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Voto de Chris Jiménez:
8
Thriller. Acción En el amanecer de un nuevo milenio, el país está al borde del colapso. Millones de personas vagan sin empleo. La violencia en la escuela está descontrolada y adolescentes rebeldes protagonizan boicots masivos. El gobierno contrataca con “Battle Royale”. Cada año, una clase es escogida al azar para que se enfrente, en una isla abandonada, a un cruel juego de supervivencia. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay obras que, por su contenido, acaban con la mitad del metraje cortado para su estreno en cines, algunas logran ser prohibidas en varios países, y hay casos, como es el de "Battle Royale", donde la controversia se dispara hasta límites insospechados.
Con polémica o no de por medio, y aunque a muchos les pese oírlo, estamos ante una de las películas más salvajes, sorprendentes e incendiarias del cine.

Cuando el autor Koushun Takami presentó en los premios Horror-Fiction su novela "Battle Royale" no podía imaginarse la controversia que generaría pese a ser el candidato idóneo para llevarse el premio. Dos años tuvieron que pasar para que alguna compañía pusiera en circulación su demoledora crítica contra un Japón alternativo y fascista disfrazada de fábula de ciencia-ficción y humor negro; la sorpresa fue mayúscula cuando el libro pasó a ocupar la lista de los más vendidos ganando reconocimiento a nivel mundial.
Sólo un año tuvo que pasar para que el veterano cineasta Kinji Fukasaku, recordado, para los entendidos, por ser el rey indiscutible del cine criminal durante los años '70 (aparte de por otras joyas instaladas en una gran disparidad de géneros), sintiera entusiasmo por trasladar la historia a la gran pantalla, provocado esto por los recuerdos de su adolescencia que le hacía revivir la novela, pues a los 15 años se vio forzado a trabajar, junto con chicos de su misma clase, en una factoría de municiones de armas, justo cuando el país estaba sumergido en la 2.ª Guerra Mundial. Aquellas experiencias hicieron que Fukasaku se volcara con pasión y ahínco en el proyecto mientras su propio hijo, Kenta, se encargaba de adaptar el guión.

En un futuro próximo, el país nipón atraviesa una de sus peores crisis económicas y sociales; el desempleo no deja de aumentar y con él la insatisfacción ciudadana, pero hay un sector aún más decadente y dañado: los adolescentes. Éstos, al carecer de una buena educación, gozar de más libertades y habitar en una sociedad abocada a la corrupción y el desenfreno, han perdido todo el respeto y no obedecen normas ni leyes de ningún tipo, la gran mayoría llegando a destruir los centros de enseñanza.
El Gobierno está hasta las narices de que sus jóvenes sean cada vez más inservibles; esta desastrosa situación ha favorecido la creación de una ley de reforma educativa conocida como "B.R.", que determina, a través de un sorteo, que de todos los alumnos de una clase de secundaria en concreto será elegido el más capacitado y prometedor. El estudiante Nanahara es testigo del poder de esta ley, al igual que toda su clase, quienes han entrado en el sorteo; de este modo, se librará una encarnizada batalla por la supervivencia en una isla deshabitada donde los alumnos deberán dejar emociones y amistades aparte y enfrentarse entre sí hasta que sólo quede uno...el mejor.

Es cierto que el texto original de Takami difería horrores de lo que planteó el retoño de Kinji. Mientras que el primero nos habla de un Japón fascista que ha pasado por una 2.ª Guerra Mundial alternativa, lo que refuerza el tono de amargura e insatisfacción para los ciudadanos de a pie, el segundo presenta una supuesta crisis económica que está destruyendo a la nación; hay muchas diferencias entre película y libro, pero no hay que subestimar el tan demoledor mensaje que lanza Kenta, con una generación de jóvenes echada a perder, incompetente, cuyo destino ha de ser matarse entre sí hasta que quede en pie el más cualificado e inteligente. Ahí empieza la fábula del director: un enfermizo juego en forma de sangrienta batalla en el que los chicos han de insensibilizarse y luchar por su supervivencia.
Sentimientos como la compasión, la amistad o el amor se han de eliminar para ganar, lo que llevará a los personajes a pasar por grandes dilemas y conflictos interiores mientras dura la lucha; un detalle bastante significativo es la manera que tiene el director de contar esa fábula, haciéndolo a través de la exageración e incluso del humor negro en ocasiones, lo que creo pone en duda sus intenciones: ¿apología o crítica de la violencia? Lo demás es lo que vemos, un espectáculo salvaje, descarnado y muy disparatado llevado con oficio por el viejo zorro de Fukasaku, donde nos honra con esa ultraviolencia marca de la casa, aproximándose a un tono "tarantiniano" por lo excesivo...

No tienen más que prestar atención a la escena del tiroteo que se da entre las chicas en la cocina (¿no les recuerda a "Reservoir Dogs"?). Lo que sí hay que decir, en contra del guión de Kenta, es que la trama no ahonda en la psicología de los personajes como lo hace el libro y que no nos pilla de nuevas, ya que por su concepto y temática recuerda a otros títulos anteriores tales como "La Carrera de la Muerte del Año 2.000", "Escape de Absolom", "Perseguido" o "El Señor de las Moscas".
A las órdenes del director se hallan un grupo de jóvenes actores que ofrecen, sino grandes actuaciones, al menos bastante solventes; cabe destacar a Tatsuya Fujiwara, Kou Shibasaki, Taro Yamamoto, Eri Ishikawa y Chiaki Kuriyama (la futura Gogo de "Kill Bill"), todos eclipsados por ese gran Takeshi Kitano, quien explota muy bien su imagen de presentador de concurso y maestro de ceremonias que tan conocido le hizo décadas antes (la descacharrante escena que protagoniza hacia el final la improvisó él mismo, lo que se nota bastante).

Cruda, cínica, retorcida, inconsciente, harto controvertida y, por encima de todo, muy entretenida. Una obra convertida en influencia seminal para futuras películas, cómics, novelas y series de animación y relegada a ser uno de los mayores éxitos de la época además de uno de los mejores trabajos de su director.
Hoy por hoy, muchos que no tienen ni puta idea osan compararla con la vomitiva saga de "Los Juegos del Hambre", pero no hay que olvidar dos cosas: "Battle Royale" llegó antes y Suzanne Collins la plagió para su maldita novela. Tenedlo bien presente.
Chris Jiménez
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