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Voto de Chris Jiménez:
8
6.9
86,655
Intriga. Aventuras. Terror. Fantástico
Norteamérica, finales del siglo XVIII. El condestable Ichabod Crane (Johnny Depp), un investigador de Nueva York que utiliza avanzados métodos de averiguación, es enviado al pequeño y remoto pueblo de Sleepy Hollow para descubrir qué hay de verdad en la leyenda de un jinete sin cabeza que aterroriza a los habitantes del lugar. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2024
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"Parece este lugar, aún hoy, envuelto en un poderoso hechizo que llena de extrañas fantasmagorías las cabezas de esas buenas gentes que lo habitan. [...] El espíritu dominante, sin embargo, el que parece someter a todos los que habitan los aires, es un fantasma, rey de esta región encantada...un espectro decapitado que se aparece a lomos de un caballo...".
Y por si fuera poca sugestión de pavor la que ha logrado crear en nuestra mente dicha imagen inconcebible en el mundo de la razón, en el mundo humano, Washington Irving añade "Así se interpreta esta superstición legendaria, que tanto alienta las historias que se dicen unos a otros los habitantes de esta región en sombras...así es como se dio al espectro el nombre de "El Jinete sin Cabeza de Sleepy Hollow" ". Uno de los cuentos de misterio y terror más populares de la literatura americana, si bien no le alimentan tanto estos géneros como el afán por narrar historias y describir lugares y personajes hasta el más minúsculo detalle, ahora cobra vida en las manos de un maestro también en el arte de narrar historias.
No me refiero al sr. Tim Burton (que también), sino a Andrew Kevin Walker, quien junto a Kevin Yagher, impulsor de la idea, tomó el famoso cuento y lo convirtió en una compleja intriga de cauces detectivescos en la tradición de Christie, mientras los elementos más notables del cine de terror fueron llegando cuando el director de "Batman" y "Ed Wood" entró a formar parte del proyecto. Su presencia es vital y sólo basta observar el prólogo de "Sleepy Hollow": la ambientación, uso de la música, los escenarios, las sombras, la violencia...parece que hubiera sido capaz de extraer la esencia más pura de cada línea descriptiva del texto original.
Parece que este hombre de inagotable imaginación, sirviéndose de alguna especie de quimera de orígenes ancestrales, hubiera penetrado en la mente de Irving y contemplado las bellas proyecciones que le iban surgiendo mientras creaba (insisto, con detalles abrumadoramente minuciosos) el universo único de Sleepy Hollow, "como si estuviera envuelta en una atmósfera de ensoñación y densa calma". La calma no es, aun así, lo que nos introduce en la película, sino uno de los muchos crímenes del terrorífico jinete; Burton no es cineasta de acción según dice, pero este prólogo es un gran ejemplo de cómo se desenvuelve en ello, alcanzando instantes de gran emoción y tensión, cual Spielberg (ya se podrá ver más tarde).
Esto es la forma, el fondo es otra cosa. Y es que Yagher, Walker y un par de guionistas más no acreditados distorsionan la bonita base del relato, transformando a Ichabod Crane por completo, quien, si antes era el maestro infantil de Sleepy Hollow, un hombre muy querido a la vez que envidiado, casi un pilar de la comunidad, pasa a ser el detective de ciudad encargado de averiguar los múltiples asesinatos. Para empezar el narrador omnisciente de Irving jamás habla de ningún crimen cometido en tiempo presente, no hay cabezas rodando por los prados ni sangre salpicando los árboles...
Pero hablamos del tipo que había escrito "Seven", así que una forma grotesca y agresivamente fea de suspense va a instalarse en nuestras retinas cada vez que Johnny Depp tenga que confrontar a ese villano salido de las tripas del Infierno cercenando personas cada 10 minutos. Y él realiza una gran actuación; es difícil no quedar fascinado por la sutil excentricidad del personaje al igual que con la vaporosa puesta en escena en la que nos sumerge Burton realzada por las localizaciones británicas (aunque el pueblo fue construido por entero), lo que enfatiza el homenaje al cine de terror clásico de Hammer que éste tanto ama (eso y la presencia fugaz de Christopher Lee).
Pero la premisa se vuelve más convencional, y el investigador de ciudad, aunque carismático, no vive años y años en el pueblo como su homólogo literario, así que no posee la confianza de sus gentes; otro aspecto que queda en impenetrable incógnita es la utilización de varias subtramas para reforzar la presencia de un personaje o de una trama mayor, y la de la infancia del protagonista es la más destacada, que pareciera el resultado de la revisión de un primer montaje rechazado por los productores. No es inteligente por parte de Burton acercarse al pasado (interesante, eso es cierto) de Crane a base de cortos "flashbacks" lanzados cada cierto tiempo.
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
Es difícil obviar todas y cada una de las irregularidades de "Sleepy Hollow", de los agujeros de trama y desconexión de personajes, y todo ello queda en un segundo plano cuando se levanta la niebla, los árboles transpiran sangre, los cuervos se callan por miedo y a lo lejos se escuchan las tripas del Infierno dispuestas a liberar a su caballero predilecto.
Como se escribió, "No importa cuan despierto hayas sido toda tu vida, una vez te adentras en las sombras de esta región ya no puedes permanecer ajeno a su influjo, la ensoñación mágica de su atmósfera se apodera de ti al instante...no tardarás en tener visiones, en soñar con los ojos abiertos...". Y Burton lo consigue en pantalla.
Y por si fuera poca sugestión de pavor la que ha logrado crear en nuestra mente dicha imagen inconcebible en el mundo de la razón, en el mundo humano, Washington Irving añade "Así se interpreta esta superstición legendaria, que tanto alienta las historias que se dicen unos a otros los habitantes de esta región en sombras...así es como se dio al espectro el nombre de "El Jinete sin Cabeza de Sleepy Hollow" ". Uno de los cuentos de misterio y terror más populares de la literatura americana, si bien no le alimentan tanto estos géneros como el afán por narrar historias y describir lugares y personajes hasta el más minúsculo detalle, ahora cobra vida en las manos de un maestro también en el arte de narrar historias.
No me refiero al sr. Tim Burton (que también), sino a Andrew Kevin Walker, quien junto a Kevin Yagher, impulsor de la idea, tomó el famoso cuento y lo convirtió en una compleja intriga de cauces detectivescos en la tradición de Christie, mientras los elementos más notables del cine de terror fueron llegando cuando el director de "Batman" y "Ed Wood" entró a formar parte del proyecto. Su presencia es vital y sólo basta observar el prólogo de "Sleepy Hollow": la ambientación, uso de la música, los escenarios, las sombras, la violencia...parece que hubiera sido capaz de extraer la esencia más pura de cada línea descriptiva del texto original.
Parece que este hombre de inagotable imaginación, sirviéndose de alguna especie de quimera de orígenes ancestrales, hubiera penetrado en la mente de Irving y contemplado las bellas proyecciones que le iban surgiendo mientras creaba (insisto, con detalles abrumadoramente minuciosos) el universo único de Sleepy Hollow, "como si estuviera envuelta en una atmósfera de ensoñación y densa calma". La calma no es, aun así, lo que nos introduce en la película, sino uno de los muchos crímenes del terrorífico jinete; Burton no es cineasta de acción según dice, pero este prólogo es un gran ejemplo de cómo se desenvuelve en ello, alcanzando instantes de gran emoción y tensión, cual Spielberg (ya se podrá ver más tarde).
Esto es la forma, el fondo es otra cosa. Y es que Yagher, Walker y un par de guionistas más no acreditados distorsionan la bonita base del relato, transformando a Ichabod Crane por completo, quien, si antes era el maestro infantil de Sleepy Hollow, un hombre muy querido a la vez que envidiado, casi un pilar de la comunidad, pasa a ser el detective de ciudad encargado de averiguar los múltiples asesinatos. Para empezar el narrador omnisciente de Irving jamás habla de ningún crimen cometido en tiempo presente, no hay cabezas rodando por los prados ni sangre salpicando los árboles...
Pero hablamos del tipo que había escrito "Seven", así que una forma grotesca y agresivamente fea de suspense va a instalarse en nuestras retinas cada vez que Johnny Depp tenga que confrontar a ese villano salido de las tripas del Infierno cercenando personas cada 10 minutos. Y él realiza una gran actuación; es difícil no quedar fascinado por la sutil excentricidad del personaje al igual que con la vaporosa puesta en escena en la que nos sumerge Burton realzada por las localizaciones británicas (aunque el pueblo fue construido por entero), lo que enfatiza el homenaje al cine de terror clásico de Hammer que éste tanto ama (eso y la presencia fugaz de Christopher Lee).
Pero la premisa se vuelve más convencional, y el investigador de ciudad, aunque carismático, no vive años y años en el pueblo como su homólogo literario, así que no posee la confianza de sus gentes; otro aspecto que queda en impenetrable incógnita es la utilización de varias subtramas para reforzar la presencia de un personaje o de una trama mayor, y la de la infancia del protagonista es la más destacada, que pareciera el resultado de la revisión de un primer montaje rechazado por los productores. No es inteligente por parte de Burton acercarse al pasado (interesante, eso es cierto) de Crane a base de cortos "flashbacks" lanzados cada cierto tiempo.
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
Es difícil obviar todas y cada una de las irregularidades de "Sleepy Hollow", de los agujeros de trama y desconexión de personajes, y todo ello queda en un segundo plano cuando se levanta la niebla, los árboles transpiran sangre, los cuervos se callan por miedo y a lo lejos se escuchan las tripas del Infierno dispuestas a liberar a su caballero predilecto.
Como se escribió, "No importa cuan despierto hayas sido toda tu vida, una vez te adentras en las sombras de esta región ya no puedes permanecer ajeno a su influjo, la ensoñación mágica de su atmósfera se apodera de ti al instante...no tardarás en tener visiones, en soñar con los ojos abiertos...". Y Burton lo consigue en pantalla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No lo es porque interrumpen la acción presente y confunden al espectador (estamos inmersos en el horror que se vive y respira en el pueblo, en las pesquisas de Crane...y de repente volvemos atrás, a los momentos de su pasado filmados con ese etéreo lirismo visual; ya nos habíamos olvidado de esto, y hemos salido de la historia principal).
Tanto molesta como las dos exposiciones argumentales clave de una trama inventada llena de conspiraciones, herencias, tratos jurídicos...un embrollo tremendo que, primero a más de la mitad de metraje y luego hacia el final, nos vomitan en la cara para proseguir la aventura y la acción.
Claro, es que Irving no hablaba de nada de esto; lo único que perturbaba la tranquilidad de Sleepy Hollow en el texto eran los cuentos de fantasmas y del jinete y la desaparición de Crane al ser atacado por éste, terrible instante climático que en la película sucede mucho antes, y en clave de parodia (y tributo a la primera adaptación del cuento, filmada en 1.922, también infiel en este aspecto). Es el peor elemento añadido a la película: el humor. En "Mars Attacks" sí funcionaba gracias a su delirio tan heredero de la serie "B" clásica...
Pero "Sleepy Hollow" pide tristeza, fatalidad, trauma, pérdida, lágrimas y puro horror; es decir, todo lo que ya tiene pero sin los tontos remates cómicos ni las "punch-lines" con las que deben acabar la mayoría de los diálogos (eso sucede de principio a fin y es irritante). Y a pesar de todo surge una fuerza desconocida de algún rincón mohoso de ese pueblo, de ese bosque, de ese entorno que atrapa sin posibilidad de huida; es una fuerza mágica, la misma de una pálida y bellísima Christina Ricci para hechizar a Depp. La magia, aunque negra, flota y se dispersa y lleva la aventura y la fantasía a un nivel de abstracción inédito.
Expresionismo gótico humeante acariciado por un romanticismo excesivamente teatral, riqueza visual y estética hipnótica, onírica, que hace de la simpleza del cuento original un horrible lugar entre la nada y la muerte de maleficios, brujas, espectros, criaturas infernales, crímenes despiadados, caballeros de oscuro corazón, más cerca de Lovecraft. Y una de las mejores cosas del frágil personaje de Depp es cómo encara todo este imaginario de pesadilla, poco a poco rechazando la razón, la lógica, en la que tanto se ha apoyado, y aceptando lo increíble como motor de los hechos.
Aun situándose a años luz del Crane del cuento, ambos se ven forzados a derribar su sentido común y creer en aquello que la sociedad civilizada y avanzada de la que proceden considera producto de locura y ficción; en el caso del primer Crane es, antes de su encuentro con el jinete, la sugestión que le provocan las historias de fantasmas en casa de Van Tassel, en el caso del Crane de Burton la verdad llega de manera más directa y visceral, y al espíritu cortador de cabezas se le agrega un pasado, cómo no (también visitado por "flashbacks").
El jinete, puro misterio para Irving, y la razón es que el cuento no narra un hecho verídico, sino una leyenda del lugar (una leyenda dentro de una leyenda, detalle maravilloso), ahora tiene un nombre, un rostro (Christopher Walken, más escalofriante que nunca pero no irreconocible), un motivo, del que por desgracia nos enteraremos debido a las revelaciones directas de los personajes.
Tal vez el peor error que pudieron cometer Walker y Burton, peor incluso que la nota humorística, es hacer del tan terrible jinete el instrumento de venganza de una bruja irritante dispuesta a exponer todos sus motivos de venganza en 20 segundos cuando se acerca el final.
Tanto molesta como las dos exposiciones argumentales clave de una trama inventada llena de conspiraciones, herencias, tratos jurídicos...un embrollo tremendo que, primero a más de la mitad de metraje y luego hacia el final, nos vomitan en la cara para proseguir la aventura y la acción.
Claro, es que Irving no hablaba de nada de esto; lo único que perturbaba la tranquilidad de Sleepy Hollow en el texto eran los cuentos de fantasmas y del jinete y la desaparición de Crane al ser atacado por éste, terrible instante climático que en la película sucede mucho antes, y en clave de parodia (y tributo a la primera adaptación del cuento, filmada en 1.922, también infiel en este aspecto). Es el peor elemento añadido a la película: el humor. En "Mars Attacks" sí funcionaba gracias a su delirio tan heredero de la serie "B" clásica...
Pero "Sleepy Hollow" pide tristeza, fatalidad, trauma, pérdida, lágrimas y puro horror; es decir, todo lo que ya tiene pero sin los tontos remates cómicos ni las "punch-lines" con las que deben acabar la mayoría de los diálogos (eso sucede de principio a fin y es irritante). Y a pesar de todo surge una fuerza desconocida de algún rincón mohoso de ese pueblo, de ese bosque, de ese entorno que atrapa sin posibilidad de huida; es una fuerza mágica, la misma de una pálida y bellísima Christina Ricci para hechizar a Depp. La magia, aunque negra, flota y se dispersa y lleva la aventura y la fantasía a un nivel de abstracción inédito.
Expresionismo gótico humeante acariciado por un romanticismo excesivamente teatral, riqueza visual y estética hipnótica, onírica, que hace de la simpleza del cuento original un horrible lugar entre la nada y la muerte de maleficios, brujas, espectros, criaturas infernales, crímenes despiadados, caballeros de oscuro corazón, más cerca de Lovecraft. Y una de las mejores cosas del frágil personaje de Depp es cómo encara todo este imaginario de pesadilla, poco a poco rechazando la razón, la lógica, en la que tanto se ha apoyado, y aceptando lo increíble como motor de los hechos.
Aun situándose a años luz del Crane del cuento, ambos se ven forzados a derribar su sentido común y creer en aquello que la sociedad civilizada y avanzada de la que proceden considera producto de locura y ficción; en el caso del primer Crane es, antes de su encuentro con el jinete, la sugestión que le provocan las historias de fantasmas en casa de Van Tassel, en el caso del Crane de Burton la verdad llega de manera más directa y visceral, y al espíritu cortador de cabezas se le agrega un pasado, cómo no (también visitado por "flashbacks").
El jinete, puro misterio para Irving, y la razón es que el cuento no narra un hecho verídico, sino una leyenda del lugar (una leyenda dentro de una leyenda, detalle maravilloso), ahora tiene un nombre, un rostro (Christopher Walken, más escalofriante que nunca pero no irreconocible), un motivo, del que por desgracia nos enteraremos debido a las revelaciones directas de los personajes.
Tal vez el peor error que pudieron cometer Walker y Burton, peor incluso que la nota humorística, es hacer del tan terrible jinete el instrumento de venganza de una bruja irritante dispuesta a exponer todos sus motivos de venganza en 20 segundos cuando se acerca el final.