Cumbre del western; una película que deja una profunda reflexión. Cada uno de las personalidades de los personajes nos llega profundamente y nos enseña como es la vida en todos los aspectos. Quizá el papel que hace Gregory Peck le va como anillo al dedo; ese hombre proveniente del civilizado este que llega a la tierra de su amada y allí, en el oeste, todo es distinto.
El papel de el padre de los Hannansey no es fácil y él lo borda; mérito recompensado con el Oscar a mejor actor secundario.
El metraje, a pesar de ser bastante largo, no decae en ningún momento y, a pesar de que los primeros quince minutos son espectaculares, el resto del metraje no lo alejan demasiado de esa brillantez.
Ni que decir tiene la fantástica fotografía, con esos grandes paisajes de las llanuras de Texas y una banda sonora de matrícula de honor