Aunque la fotografía de esta película es algo que amaré profundamente siempre, (gracias, Aguirresarobe por la luz de una mis ciudades favoritas), jamás pensé que una historia así contada por Woody Allen pudiera llenarme tan poco.

Se hace lenta y pesada por el modo narrativo hasta la aparición de Penélope Cruz, que llena la pantalla de un modo inimaginable. Salva por completo el film otorgándole una fuerza que hasta antes no habíamos sentido y consiguiendo acercarnos a un mundo artístico que parece solo ser posible en una ciudad como Barcelona.

Dos pequeños detalles más por los que critico esta película: que en la versión doblada Bardem no se doble a sí mismo y la falta de indicaciones que permitan que llegue al espectador el juego lingüístico. Parece mentira que, presumiendo como presumimos de las versiones españolas, no se haya cuidado ese detalle imprescindible para la trama. La película carece de sentido si se ve doblada.