Muy buenos mimbres para esta historia que, por su ubicación y atmósfera, recuerda un tanto a los "polar" de serie negra que vienen de tierras escandinavas. Esas carreteras heladas y solitarias, el frío que parece sentirse viendo la película, son variantes que funcionan al principio del film.

Los actores, solventes. Un tanto incomprensible quizás el personaje de Javier Gutiérrez, eficaz y cumpliendo, como siempre, pero al que le falta, quizás, un plus de interpretación que sí apreciamos en otras y numerosas apariciones suyas. El resto del reparto es de lujo, otra cosa es cómo funcionan y se administran esos actores con los personajes que les tocan a cada cual. Desde un Callejo o un Criado casi perfectos en sus papeles, hasta un Gertrudix un tanto desaprovechado o un Elejalde errático en un papel difícil de defender.

La historia funciona muy bien en su primer tercio, las escenas de acción están muy bien resueltas pero, poco a poco, se va desinflando la película, sobre todo desde que la amenaza anónima se desvela y entonces empezamos a caer en las trampas que la película tiene, algunas legítimas y otras no tanto.

El final, un tanto abrupto, no nos explica del todo qué ha sido de los personajes, lo deja un tanto a la imaginación del espectador, que podrá adornarlo o ensuciarlo según sus simpatías.

Está claro que aquí se ruedan ya thrillers que no tienen nada que envidiar a los de otros países, incluso en lo rutinario nos empezamos a parecer. Supongo que no es mala señal, lo que no es buena en absoluto es que NETFLIX sea la productora que más estrena en nuestra sala de estar o en nuestro dormitorio. O aparecen los grandes estudios de siempre o los cines empezarán a ser un recuerdo.