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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Terror. Drama Los Woodhouse, un matrimonio neoyorquino, se mudan a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet, unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña ... [+]
7 de julio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor teatral, Guy Woodhouse y su esposa Rosemary, acaban de alquilar un amplio y cómodo apartamento en Manhattan, que, no sólo los pone a dos pasos de las salas de cine de la ciudad… sino que también tiene un ‘especial’ pasado que lo convierte en un sitio de alto "interés": ¡Allí vivieron las hermanas Trench que comían niños, y entre otros, un temible brujo apellidado Marcato! Los Woodhouse, son gente escéptica, aunque ésto es bien peligroso porque, los escépticos son, comúnmente, los que más fácil creen en todo… y entonces, van a conocer a dos encantadores vecinos: Minnie y Roman Castevet, con quienes sentirán el encanto de compartir y hasta, quizás, ayuden a triunfar al, hasta ahora, poco afortunado Guy.

Esta es, la primera de muchas puertas que van a abrirse en uno de los crescendos más magistrales que nos haya dado el cine, introduciéndonos en un thriller que crece… y crece… y crece… en una forma casi imperceptible, pero sin detenerse ni un instante, y con una precisión casi milimétrica.

<<LA SEMILLA DEL DIABLO>>, es la suerte de película que hay que ver solo -ojalá en un espacio sin interferencias-, pues así asegurarás sentirte conectado con la ‘cándida’ Rosemary, a medida que va captando las sutiles cosas que suceden en derredor suyo. Algo así, como el transcurrir de un día luminoso que, de manera imperceptible, de repente se transforma en una noche apesadumbrada y bastante oscura.

La novela, “Rosemary’s Baby”, de Ira Levin (1929-2007), fue tan fielmente adaptada por el propio director, Roman Polanski, que, el escritor newyorkino, llegó a sentir que estaba viendo su novela traducida a imágenes, porque, es precisamente el ininterrumpido hilo narrativo -que incluso llevó a que Polanski planeara las escenas con mínimos cortes- el que da lugar al poderoso suspenso que se logra en los mejores momentos.

Por su profundo aire de fragilidad, Mia Farrow (Rosemary) consigue atraparnos y ponernos incondicionalmente de su parte, logrando, de esta manera, uno de los personajes más atinados y memorables de la historia del cine. John Cassavettes (Guy), consigue, certeramente, hacernos rabiar, sintiendo que estamos ante uno de los maridos más imbéciles de la historia… ¡hasta el final! Y Ruth Gordon, con ese especial vestuario y maquillaje que jamás engaña, únicamente con escépticos como los Woodhouse, podía triunfar. Su actuación es de Oscar… y lo fue.

Por donde se aprecie: guion, ambientación, fotografía, música, vestuario, actuaciones… el primer filme que Roman Polanski rodara en los Estados Unidos de Norteamérica, es cine decantado al cien por ciento, y deliciosamente, he vuelto a sentir que estamos ante una especial obra maestra.

P.D: Hay interesantes apuntes cinéfilos que, quizás, ya se hayan mencionado: Terry la chica que se encuentra con Rosemary en la lavandería y a la que ésta dice: “Te pareces a la actriz, Victoria Vetri”, es la actriz Angela Dorian, pero, cuando apareció en la película por la que es recordada, “Kings of the Sun”, usó su nombre de pila: Victoria Vetri... que, posteriormente, le terminaría gustando más que su seudónimo. El hombre que se para en la cabina cuando Rosemary telefonea al Dr. Hill, es el productor y también director William Castle… Y definitivamente, ¡no es Sharon Tate la chica de la fiesta que responde al teléfono y luego le da el recado a Rosemary!

Título para Latinoamérica: <<EL BEBÉ DE ROSEMARY>>
Luis Guillermo Cardona
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