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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Western. Musical. Comedia Un granjero de Michigan y un buscador de oro se asocian en plena fiebre de este metal en California. Sus aventuras incluirán el comprar y compartir una esposa, apoderarse de un teatro, secuestrar a seis prostitutas y convertir su campamento minero en una auténtica ciudad. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hastiados de la prepotencia y la hipocresía -mezcla de guerrerismo y falsas prédicas morales- que venían imponiendo los adultos de la primera mitad del siglo XX, los jóvenes comenzaron a responder con una posición libertaria, y sobre todo, pacifista, la cual se convertiría, en la década del 60’ y 70’, en un movimiento de alcance casi mundial que se conocería como Hippismo.

Derivada de la palabra inglesa: hip > novedoso, de moda… de ésta se derivó, hipster > el que se siente hip o hippie > vanguardista, adelantado. Así, se entremezclaron los blancos inconformes, la cultura negra, los intelectuales bohemios y los amantes del jazz, entre otros… y el resultado generó modas, libros, canciones, poesía… y por supuesto, películas.

Con base en el nuevo principio del Amor Libre, en el séptimo arte se harían filmes tan respetables como, “Jules et Jim” (François Truffaut, 1961), Dona Flor e seus dois Maridos (Bruno Barreto, 1976), “Willy and Phil” (Paul Mazursky, 1980), “Das wilde Leben” (Achim Bornhak, 2007)… y entre éstas y otras, aparecería, <<LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE>>, filme dirigido por, Joshua Logan, quien, de manera muy libre, partió del musical producido en Broadway y estrenado en el Teatro Shubert, el 12 de noviembre de 1951, habiendo logrado 289 representaciones.

El guion, a cargo de Paddy Chayevsky y el compositor y productor, Alan Jay Lerner (quien interferiría en la realización al punto de asfixiar al director), agrega muchas de las escenas exteriores y del musical sólo toma el título, las escenas de la fiebre del oro y unas cuantas canciones. También consolida y amplía el rol de, Elizabeth, al haber contado con esa supermujer llamada, Jean Seberg; y da mayor participación al Pardner (Socio) para alentar el divertido juego del ménage a trois.

Logan, aspiraba a hacer un filme menos musical y con una mayor dosis de comedia liberal, pero no logró hacer todo lo que quería, y el tono semi-musical del filme a ratos se torna pesado, no obstante que unas cuantas canciones son magníficas (“The Gospel of No-name City”, “Whoop-Ti-Ay!”, “I Told to the Trees”, “Wand’rin’ Star”…) y que la puesta en escena es de primera línea.

Lee Marvin, hizo su rol tan realista que nunca tomó otra cosa que whisky durante el rodaje y, Clint Eastwood, también estuvo muy bien como el amigo leal a su desvirolado, pero, simpático socio.

Con todo, <<LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE>>, es puro divertimento y, sin duda se pasa un rato bien agradable viendo las aventuras y desventuras de ese singular trío y sus reprimidos colegas.

¡Ah, y la secuencia de los túneles y sus consecuencias está como para no perdérsela!
Luis Guillermo Cardona
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