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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Comedia. Western. Musical Los hermanos Marx se dirigen al Oeste a hacer fortuna. Allí adquieren una propiedad de una mina sin valor pero cuyo terreno es muy codiciado por una compañía de ferrocarriles... Otra divertidísima comedia de los hermanos Marx con inolvidables gags entre los que destaca la delirante escena inicial del timo mutuo en la estación. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo en las toldas de la MGM, Los Hermanos Marx realizan la incursión que muchos esperamos de los comediantes norteamericanos: ¡Que vayan al oeste! Lo hicieron Buster Keaton, Laurel & Hardy, Abbott y Costello, y otros tantos… y casi todos con bastante éxito. ¡Los Marx no iban a ser la excepción!

Entonces los tendremos en aquellos tiempos (1870), cuando el ferrocarril comenzaba a abrirse paso de ciudad a ciudad y de Estado a Estado del sur de los EE.UU., y cuando todavía ¡Don Ameche! “no había inventado el teléfono”… y ya Chico estaba necesitándolo. Un buen anciano vende entonces, a Chico y a Harpo (aquí los hermanos Panello, pues Chico insiste en sentirse italiano), una parcela conocida como La Cañada del Muerto, por la “gran suma” de 10 dólares que necesita con urgencia… pero, resulta que ya el novio de su nieta había entrado en negocios con el ferrocarril para un negocio mucho más fructífero; y para desgracia, como respaldo a una cerveza que deben en el bar, Chico deja la escritura a nadie menos que, “Red” Baxter, un hombre que no quiere saber nada de ferrocarriles. Por supuesto, Groucho entrará en escena, esta vez como el busca fortunas Quentin Quale, dispuesto a timar a los Panello y a quien se le atraviese… sólo que a veces, “el que viene por lana…”

Con los mismos guionista y director de, “At the Circus”, Irving Brecher y Edward Buzzell, la Metro Goldwyn Mayer le apuesta de nuevo a un filme de holgado presupuesto; con una agradable ambientación; y con una historia mejor dotada que en el filme anterior en la que -cual “Beau Geste”-, lo mejor es el arranque (la estupenda rutina del billete de diez dólares) y la secuencia final con esa muy bien elaborada persecución en tren. El resto, tiene sus momentos (el “duelo” en el bar, el brindis con las chicas… y las acertadas intervenciones de Chico en el piano y de Harpo en su arpa primitiva acompañado por el cacique indio.

En general, <<LOS HERMANOS MARX EN EL OESTE>>, es una encantadora comedia, llena de soltura, ejemplo de solidaridad y con mucho empeño para que un abuelo sea reivindicado y una pareja de enamorados que, como Romeo y Julieta padece la rivalidad entre familias, pueda realizar su -¿iluso?- sueño de llegar al matrimonio.

Quizás con el aporte de Groucho, los diálogos pasan de nuevo por un buen momento y salen a flote estupendos juegos de palabras y hasta algún pensamiento que valdría ser tomado en cuenta. Les dejo éste, muchachos:

“En ocasiones, hay que avivar el cariño con el abanico de la indiferencia”.
Luis Guillermo Cardona
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