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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Narra la historia de un niño campesino con un padre tan tiránico y autoritario que le impide ir a la escuela o tener amigos. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nacido en una familia de pastores, Gavino Ledda, fue llevado a su primer año escolar cuando apenas cumplía los seis años… pero, transcurridas tan sólo dos semanas, su padre fue a buscarlo a la escuela y lo retiró del estudio porque necesitaba, ¡un hombre!, que le ayudara en sus labores. Desde entonces, el pequeño “enmudeció” y tuvo que soportar toda suerte de vejámenes por parte de su padre hasta que se hizo realmente un hombre. Pero, en Gavino, había una sensibilidad artística que pugnaba por salir: Le atraían los instrumentos musicales, lo emocionaba la música clásica, y sentía un impulso irresistible de culturizarse, aunque fuese de manera autodidáctica.

Lo que ocurrió a lo largo de su compleja existencia, hasta la edad de 37 años, él mismo decidió contarlo en su primera novela, “Padre Padrone” (1975), la cual alcanzó tal éxito que fue traducida a cerca de 40 idiomas y, por su identidad con ella, motivó la adaptación cinematográfica de los hermanos, Paolo y Vittorio Taviani, con la cual se harían merecedores a la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Aunque contada en versión libre -como lo explica el propio, Gavino Ledda, al comienzo de la película- ambas obras tienen como propósito plantar el más firme alegato contra la sociedad patriarcal, la cual sirvió para producir –con apenas excepciones- toda una generación de seres resentidos, sumisos y frustrados, y formados en el más arcaico concepto de lo que es la Autoridad, proceso que se repetía, generación tras de-generación, por no haber logrado nunca entender que, recurrir a la fuerza en el hogar es admitir que se carece por completo de legítima Autoridad, la cual se logra con respeto por el otro, carácter firme y afectuoso, pero sobre todo, con el más sólido ejemplo.

En tales circunstancias, lo logrado por el cerdeño, Gavino Ledda, quien se convertiría en profesor de lingüística, autor de varios libros… y hasta director de cine, es una propuesta progresista digna del mayor encomio. Los Taviani, cuentan su historia en una modesta ambientación que rememora los tiempos del neorrealismo y logran momentos de gran significado con esa narración que impacta por su singular sentido del humor (véase la relación de Gavino con las cabras o la escena del “calentamiento global”) y porque demuestra, por enésima vez, el papel liberador de la educación y la cultura.

Se me vino a la memoria la más reciente película, “The Tree of Life” (Terrence Malick, 2011), y resulta muy particular que, siendo <<PADRE PATRÓN>>, más de tres décadas anterior a ella, resulta un maduro alegato a diferencia del filme de Malick, el cual promueve, de manera deplorable, un regreso al patriarcado que, felizmente, ya se ha venido superando… y extrañamente, ¡también fue premiada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes!… porque, según los principios más actuales y progresistas de la psicología de familia, solo escasas formas de coerción son admisibles en la aplicación de la autoridad, porque la imposición se asemeja harto al autoritarismo.

Bien por, Omero Antonutti, Saverio Marconi y Marcella Michelangeli, tres actores que se acomodan tan bien a sus personajes que parecieran criados en aquella agreste región.

<<PADRE PATRÓN>>, pone muy en alto al cine italiano.
Luis Guillermo Cardona
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