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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Comedia. Intriga. Drama Remake de la película 'Los muchachos de antes no usaban arsénico', cuenta la historia de una bella estrella de la época dorada del cine, un actor en el ocaso de su vida, un escritor cinematográfico frustrado y un viejo director hacen lo imposible por conservar el mundo que han creado en una vieja mansión ante la llegada de dos jóvenes que presentan una amenaza que lo puede poner todo en peligro. (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice Juan José Campanella que ha estado trabajando 22 años en el guión de “El cuento de las comadrejas”. A todas luces parece excesivo, pero, de todos modos, se agradece el visionado de una historia que trata al público como adulto, bien desarrollada y haciendo de sus brillantes diálogos la mejor arma para llegar a corazones y consciencias. Pero a parte de un relato que engancha desde el primer fotograma, y que es una deliciosa muestra del paso del tiempo (uno de los ejes de la película), la película de Campanella necesitaba de un elenco que estableciera una conexión especial con el público, y a fe que el director argentino lo ha logrado plenamente. Sus seis interprétes principales apuntalan una historia de aire retro, transformando cada palabra, cada frase y cada réplica en pequeñas dosis, cargadas de ironía, de Cine con mayúsculas, de pura comedia negra que, sin embargo, arrastra consigo una carga simbólica y sentimental del peso del pasado. Desde la presencia cautivadora de Graciela Borges, ofreciendo una gama de registros espectacular (su Mara Ordaz mirando sus viejas películas es la esencia en si misma de la película), hasta el resto de sus compañeros masculinos son todo un ejemplo de dignificación de la profesión actoral. Es admirable, pues, que esta época en que los productos cinematográficos basen todo su potencial en ofrecer el mayor impacto visual posible, Campanella apueste por el texto, sabiendo esquivar el evidente aire teatral de la propuesta, y logre salir airoso de la comienda, pese a que en algunos momentos se le pueda ir la mano en el dibujo de los personajes y las situaciones. Una delicatessen atemporal y canto de amor, al mismo tiempo, al cine y a quienes lo han hecho posible.

Lo mejor: esa partida de billar.

Lo peor: cuando tiende a la caricaturización.
AMQE
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