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Voto de Natxo Borràs:
8
Western. Drama. Romance En el verano de 1870, Averill e Irvine terminan sus estudios en la Universidad de Harvard. Veinte años después, viven en circunstancias muy distintas. Averill, más serio y visiblemente más viejo, se ha convertido en un "marshall" federal. Por su parte, Irvine, destruido y arruinado por la bebida, pero todavía en su sano juicio, es miembro de la asociación Stock Growers Agricultores, que está involucrada en un conflicto. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del éxito de “El Cazador”, Michael Cimino se aventuró rodar un western sin reparar en gastos y volver al género a su puesto que tanto mérito había logrado alcanzar en otros tiempos. Pero para no dejar llevarse en los cánones del clásico cine del Oeste, se sirvió de un oscuro episodio del Historia de la Norteamérica de la segunda mitad del siglo XIX para arriesgarse en una empresa de épico presupuesto y con sus reconstrucciones hasta el más mínimo detalle y un exquisito tratamiento en los exteriores reflejado en los inmensos parajes de Wyoming con su recortado cielo (mérito que se la da al título del film gracias a la excelente fotografía de Vilmos Zsigmond).

Un argumento que enriquece esta soberbia y magmática película con un prólogo que lo dice todo; dos estudiantes, James Averill (Kris Kristofferson) y Billy Irvine (John Hurt) celebran por todo lo alto su graduación en Harvard, rodeados de los antagónicos edificios de piedra que componen esa inmersa Universidad, cuna del cultivo de las mentes, y clases, más privilegiadas de la nación. Después de un majestuoso vals y unos cánticos de despedida, Cimino recurre a la elipse, veinte años después, planteándonos con sus antihéroes, ilustres estudiantes de antaño, enfrentándose a la realidad en las lejanas tierras de Wyoming como corazón del lejano Oeste. James es sheriff de un condado bajo la amenaza de la Asociación de Agricultores y Ganaderos, representadas por el infalible Frank Canton (Sam Waterston) que ve como el ganado y las tierras son, o como él cree, saqueadas y ocupadas por la oleada de inmigrantes que han llegado al continente en busca de un porvenir mejor. A pesar de todo James, antiguo enemigo de Canton, seguirá contando con el apoyo de su viejo amigo Billy, que pertenece a dicha asociación aunque su afición a la bebida le ha sumido en la indiferencia e intentará convencer a un pistolero, Nathan (Christopher Walken) de las intenciones de Frank y su séquito; la ejecución de más de cincuenta hombres cuyos nombres están en una lista. Pero Frank y Nathan aman a la misma mujer, Ella (Isabelle Huppert) dueña de un prostíbulo, aislada en unos parajes lejos de los vientos de guerra que soplan desde todos los rincones del Estado.

“Heaven´s Gate” se planteó como un “western” de gran presupuesto, y como la misma historia que nos plantea, como un Sueño. Y solo para resucitar el género lo que costó. O así lo creyó el director de “Manhattan Sur” que convenció a la United Artists para dar el visto bueno a un proyecto que acabó en las aguas. La United Artists y el propio Cimino (que fue demandado, enjuiciado y casi entró por la puerta de una cárcel) acabaron con números rojos en una pesadilla que daría lugar años de ostracismo y una imperdonable amputación en el montaje para su pase definitivo en las salas de todo el mundo. La película se estrenó en versión recortada (casi una hora; de tres horas y media a dos horas y media) y el olvido de este clásico a reivindicar se hizo patente.
Natxo Borràs
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