Eric Packer (Robert Pattinson) representa la nueva generación de multimillonarios a quien no le falta de nada. Desde empezar el día hasta caer en la negra noche de las calles de la ciudad se recluye su limusina consciente de que está viviendo una situación límite que no solamente afecta a su integridad física, sino también moral y profesional. Y su único deseo es ir al barbero del barrio donde creció.

David Cronenberg, partiendo de una novela de Don Delillo, nos plantea una compleja reflexión sobre la situación del poder en los tiempos de crisis. La reacción fría e indiferente de una minoría frente a la respuesta de las aplastadas masas, víctimas de un capitalismo caníbal que los suelta a las calles y donde el personaje de se lo mira con una inusual diferencia mientras su imperio va cayendo, debido a la manipulación del yuan así como las relaciones frías que mantiene con una esposa que no quiere (Sarah Gadon), una amante que le dobla la edad (Juliette Binoche) y un guarda de seguridad (Kevin Durand) que le vigila constantemente en su largo paseo por un ambiente a punto de estallar por la ebullición de unas masas alteradas por la visita del Presidente de los Estados Unidos.

El director de “Una Historia de Violencia” (2006) ha mantenido, en los últimos años, la tendencia a acomplejar más sus películas sabiendo que su público le seguirá siendo fiel. Su constante y quirúrgica incisión llevado al más extremo de lo físico y psicológico, lo desmenuza aquí en ésta sórdida reflexión sobre el Capitalismo y los fariseos que se pasean en ésta neo-moderna civilización acosada por la reacción y los disturbios.