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Voto de Natxo Borràs:
8
Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
30 de marzo de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ian Curtis contra Ian Curtis según su ex-esposa Deborah que, a los casi treinta años después de su muerte, decidió publicar un libro "Touching From The Distance". Es decir, salvando distancias del romántico y poético suicidio que sucumbio el líder del grupo musical Joy Division, catalogado en la galería de ocasos del rock y precedida a las leyendas de Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison o, la más cercana, la de Sid Vicious. El suicido de Ian no fue en vano objeto de hipotesis ya que Joy Division era una banda temprana, que acuñaba el pop-rock gótico como Siouxse and the Banshees, OMD o The Cure, en las postrimerías del "punk" y que limpiaba los desperdicios de la apodada, y frustrada, generación del no-future.

Tratándose de un biopic está narrado de un modo íntimo. No se aprecia el amargo sabor del éxito sinó el poder de la indecisión sin caer en la polémica de la banda musical. Joy Division era el nombre que sus componentes adoptaron del grupo de esclavas sexuales judías sometidas a mayor placer por el régimen nazi. Sinó que más bien el film se ciñe en la figura de su líder y la disecciona partiéndola en dos. Como un par de almas luchando con hacerse un cuerpo mellado por la epilepsia y la madurez prematura (Curtis se ahorcó con tan solo 23 años después ver la película "Stroszek" de Werner Herzog sobre un músico que quiere hallar el sueño americano y acaba suicidándose. Pero a diferencia de Bruno Stroszek, a Ian le esperaba una suculenta gira en Estados Unidos).

Curtis es un dos en uno; el padre de familia (se casó con dieciséis años con Debbie, ambos influenciados por el "glam rock" pero, como la mayoría de hijos de familia de clase obrera, recurrían al matrimonio todavía adolescentes) y empleado en una oficina de Empleo; y el Ian Curtis que trabaja de noche, en los escenarios, con su amante, su cólera y sus poesias cantadas y transmitidas a un público eufórico que ignora que algunos de sus movimientos espasmódicos no son un elemento más del show, sinó que se tratan, como se dice en neurología, de los irremediables principios de "absencia" que desembocan a la epilepsia.

El holandés Anton Corbijn tiene motivos para escenificar la vida del malogrado cantante, valiéndose de un currículum de videoclips realizados en su trayectoria profesional. Incluso insinuó haber conocido al propio Curtis. Sam Riley interpreta a Ian; Samantha Morton a su mujer Debbie y Alexandra Maria Lara (vista en "RAF; Facción del Ejército Rojo) da vida a la amante belga del cantante.

Lo Mejor: su acertada fotografía en blanco y negro
Lo Peor: que encasillen la película como un "biopic" del montón
Natxo Borràs
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