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Voto de Natxo Borràs:
6
Ciencia ficción. Aventuras. Acción En un futuro apocalíptico, 30 años después del "resplandor" que aniquiló la casi totalidad de la sociedad civilizada, unos pocos humanos sobreviven en un ambiente increíblemente hostil y árido. Violaciones, canibalismo y salvajismo imperan en unas derruidas ciudades donde el más fuerte y el que posee el agua impone su ley. Vagando por la carretera, un guerrero solitario (Denzel Washington) se dirige al oeste con una sola misión: ... [+]
24 de marzo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Hugues, conocidos por su apreciable trabajo “Desde el Infierno” (2002), largometraje ambientado en el más oscuro y lúgubre Londres de la época de Jack el Destripador, viajan en esta ocasión a un futuro próximo, polvoriento y desolador treinta años después de un ataque nuclear; la mayoría de los que sobrevivieron han caído en la ceguera y las generaciones venideras son analfabetas. Pero les une algo en común; el pillaje y un desorden establecido que convierte las carreteras en unos peligrosos senderos donde predominan, el saqueo, la violación y el asesinato. Solamente unos pocos como un misterioso superviviente llamado Eli (correcto Denzel Washington) o su reverso tenebroso Carnegie (sobresaliente Gary Oldman) cultivan sus conocimientos a través de la lectura, virtud heredada antes de la hetacombe (salta a la vista apreciar quien es el bueno o el malo cuando uno de los dos no quita la vista a un tomo sobre la vida de Benito Mussolini). La mejor arma, antes del fuego y la pólvora, es el conocimiento en unos tiempos en que la pérdida de valores ya es un hecho. Y el libro que posee el solitario sin rumbo de Eli parece poseer todos los requisitos para que la raza humana vuelva a su cordura como si dicho tomo se tratara de el valioso y soñado Santo Grial.

Albert y Allen Hughes han dirigido una película de ciencia-ficción con tintes de “western” crudo y cromáticamente desgastado por la atmósfera de mal rollo que se respira de secuencia a secuencia. Un poco en la línea de “The Road; La Carretera”, estrenada con poca diferencia de fechas, pero sin dejarse seducir en un mensaje tan reflexivo como el film de John Hillcoat. El plato fuerte lo ofrece un inspirado y agradecido Gary Oldman en un enésimo rol de villano, característica que nunca podrá arrancarse de la piel. Les secundan veteranos como Jennifer Beals (Flashdance); un bondadoso Malcolm McDowell (La Naranja Mecánica) y el músico californiano Tom Waits, que en su tiempo libre fuera de los escenarios le gusta darse una vueltecita en pequeñas intervenciones frente a las cámaras.

Lo Mejor: Gary Oldman
Lo Peor: las desencasilladas escenas de lucha
Natxo Borràs
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