Los hermanos Coen urdieron la que sea tal vez una de las mejores gamberradas de las que hayan planificado; alejándose del terreno muy negro de la comedia que incluso se apreciaba en algunas escenas de “Fargo” (1997). Partiendo de desbordantes diálogos, asistimos la absurda progresión de un ciudadano “x”, como señalado a dedo, cuando se ve comprometido hacia un hecho inusual al verse confundido por otra persona por culpa de su apellido (que él no usa dando preferencia a un alias). El extraño regusto a desagradable sorpresa, fruto del azar y del absurdo, recae en Jeffrey Lebowski (Jeff Bridges), querido por todos con el apodo de “El Nota”; un urbanita rey solitario, amante de la vagancia, de los andares arrastrados, fumador de porros y extinto antiguo activista universitario que se pasa todos los días en la bolera con sus dos únicos amigos; el reaccionario y perdonavidas Walter (John Goodman) y el algo alienado Donnie (Steve Buscemi), que le ayudarán a curiosear en las indagaciones de porqué lo confunden con el multimillonario, “el otro” Lebowski (David Huddleston), quien manipulará a “El Nota” en la mediación del secuestro de la jovencísima esposa Bunny (Tara Reid), cargada de deudas, drogas y cintas porno interpretadas por “El Desatascador” (Peter Stormare) un alemán de dudosa reputación y pocos amigos.

Pero como amigos indeseables, el recordado y breve papel de John Turturro en su rol de Jesús Quintana; una mezcla de afeminado, pederasta y peligroso delincuente latino. Entre otros “frikies” de la galería podemos apreciar a Flea, uno de los integrantes de la banda de rock californiana Red Hot Chilli Peppers.