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España España · Madrid
Voto de J C:
7
Thriller. Drama Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay cineastas capaces de dotar a sus criaturas de un clima y de una atmósfera tales que consiguen generar en el espectador incomodidad y mal rollo sin necesidad de grandes aspavientos o de piruetas demasiado complicadas. Son películas que parecen tener una segunda piel bajo su epidermis más evidente, un trasfondo casi etéreo que, a pesar de su inasibilidad, siempre parece a punto de apoderarse de la función con riesgo de hacerla explotar. Anatomía de una caída, flamante Palma de Oro del último Festival de Cannes, es un buen ejemplo de lo que acabo de anotar.

En la primera escena de Anatomía de una caída, una periodista intenta entrevistar a una escritora en el domicilio de la segunda. A medida que la primera formula sus preguntas, ambas se relajan y la escritora empieza a entrevistar a la periodista, cambiándose los papeles. Pero entonces comienza a sonar una irritante música que proviene de la planta superior de la casa, y cuando la periodista pregunta a la escritora, esta le dice que se trata de su marido, que está trabajando y que pone la música tan alta sólo para incomodarla.

La música suena cada vez más alta, de manera que ambas tienen que poner fin a la entrevista ante la imposibilidad de entenderse. Mientras tanto, un chaval abandona la vivienda en compañía de su perro. Es el hijo de la escritora, un chico con una discapacidad visual, y el can es su perro-guía.

Esta primera secuencia deja constancia de algo insano, turbio, una sensación de incomodidad que va a perdurar durante todo el metraje. Poco después de lo descrito más arriba, el marido de la escritora aparecerá muerto en la calle tras haber caído por el balcón. La esposa es imputada posteriormente, acusada de haberle empujado.

Lo que sigue es el juicio a esta mujer, en lo que aparentemente funciona como un thriller, donde ella tendrá que demostrar que no es la responsable de la muerte de su marido con la ayuda de un abogado amigo suyo. Todo más o menos normal, pues, en una película de esta naturaleza. Pero bajo esa capa, esa envoltura de algo que ya hemos visto en numerosas ocasiones en el cine, late constantemente una atmósfera densa, malsana, que poco a poco va tomando posesión de la obra.

Y es ahí precisamente donde acierta la directora del film, en el subtexto, en lo que se esconde bajo la apariencia, logrando producir incomodidad, ese mal rollo al que antes me refería, que se prolonga durante toda la película. Triet se revela aquí como una cineasta avezada, dispuesta a llevar al espectador a terrenos movedizos donde quizá nada es lo que parece, pero incluso hay más de lo que pudiera parecer a simple vista.
J C
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