Tres jóvenes amigos se mudan a su nueva casa. Todo parece ir bien hasta que uno de ellos descubre unas extrañas monedas y un nombre tallado en la madera. A partir de ese momento los habitantes de la casa se enfrentan a hechos paranormales. Hay una regla: No lo pienses, no lo digas.

Una película que no pasará a la historia como una de las más terroríficas o con el CGI más realista.Las actuaciones no están mal, a excepción de Sasha (que parece que le da pereza actuar) el resto se defiende bien. Y al final da la sensación que alargan la película para aprovechar la batería de la cámara.

Pero oye esta entretenida. La directora juega bien con las situaciones y hace que quieras saber que va a pasar a continuación. A mi me ha dado la sensación de que la película tienen un rollo a película o serie cutre de los 80 o 90. También me ha recordado un poco a "Nunca apagues la luz (2016)" donde el miedo hace más fuerte al enemigo.

En general se deja ver y creo que es de las películas perfectas para ver un domingo en compañía y destriparla con humor tras su visionado.