E.T. destruyó mi infancia. Recuerdo que fuimos al cine seis compañeros de clase. La sala más enorme que había en donosti. Al terminar y volviendo para casa a todos les había encantado. Yo me sentí un bicho raro. Me pareció una bazofia insulsa y estúpida. En aquel momento comprendí que sería objeto de habladurías el resto de mi vida porque no sería como las demás personas. Acerté. Vista de nuevo veinticinco años después, siento confirmar el tufo que me ha producido encontrármela de nuevo. En serio tíos... yo quiero ser como vosotros...

La película es una completa sandez. Marcó un antes y un después en la filmografía del cineasta y le consagró como la máquina de hacer billetes que todavía es. Las carencias que para mí tiene el film son muchas. Los fallos de guión son garrafales y se obvian por la puta cara. La historia está constreñida a más no poder y los adultos son todos más memos que el risitas disfrazado de Ronaldinho. La película supongo que conmueve, a mí me deja con una indiferencia que raya lo infinito.

DESTACO la secuencia de la luna, la música de Williams y la escena de los tres hermanos en el vestidor.

SUSPENDO el planísimo guión y los absurdos con que Spielberg resuelve los diferentes conflictos que propone, lo que en definitiva, suspende toda la película.

Este film anticipó lo chapuzas que es el cineasta a la hora de resolver los distintos entuertos.