La trama de la película entretiene notablemente y está trazada de un modo original, muy interesante para mi gusto. ¿Conocen ese tipo de comidas que parecen insípidas pero dejan un delicioso sabor al final? El principio del largometraje siembra una agradable incertidumbre. Incertidumbre por que no te enteras de nada; agradable porque siempre te queda la sensación de que todo está conectado. La buena noticia es que la inicial incertidumbre pasa a ser deliciosa intriga conforme avanza este alocado caso Slevin. La película es un bombón: insípido al principio, pero intensamente dulce durante el nudo (podría aceptar el término empalagoso).

Soy un tipo muy goloso, pero si soy también un tipo sincero debería decir que el caso Slevin es un bombón que está hecho de chocolate barato.