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Voto de Koyaanisqatsi:
10
Drama. Romance "Había una vez un joven príncipe cuyo padre, el rey de Oriente, lo envia a Egipto para encontrar una perla. Pero cuando llega, el pueblo le sirve una taza. Al beberla, se olvida de que era el hijo de un rey, se olvida de la perla y cae en un profundo sueño." El padre de Rick (Christian Bale) solía leerle esta historia cuando era un niño. En la actualidad, siendo Rick ya adulto, el camino hacia Oriente se extiende ante él. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando por fin llega el momento en el que puedes ver una nueva película de Terrence Malick, las expectativas que crea este tipo de fenómeno llega a cotas gargantuescas, donde podemos experimentar las más altas sensaciones y placeres que satisfagan nuestros sentidos, pero también corremos el riesgo de caer a un profundo precipicio de desilusiones y decepciones por no colmar lo que creíamos que iban a ser nuestras expectativas.

El tipo de cine que ha ido desarrollando Terrence Malick desde sus inicios allá por 1973 con "Badlands", contando ese período de ostracismo que duró nada menos que veinte años, hasta su triunfal regreso en 1998 con "The Thin Red Line", ha ido sufriendo una serie de transformaciones que ha provocado que cada nueva película que hace, sea un acontecimiento sin precedentes, con las mismas características de su autor, pero cuyo agua corre en otra dirección que a su vez se bifurca en cientos de miles de senderos donde observamos la belleza de la vida, esa sublimidad de la naturaleza que escapa a nuestros ojos. Antes de empezar el film, incluso nos recomiendan ver y sentir este prodigio a cuanto más volumen mejor.

El caballero de copas, a cuya película da título, puede ser interpretado de distintas formas, ya sea por la historia que se cuenta al principio de cuando éramos niños y se nos contaba la historia de un caballero que fue enviado por un rey en busca de una perla, y ese caballero que va buscando la perla a lo largo de todo el film no es otro que Christian Bale, personaje principal de la cinta. A lo largo del amplio recorrido en busca de esa preciada perla, el caballero visitará innumerable lugares y conocerá diversas princesas a las que cortejará con pocas palabras y padecerá los síntomas del amor. Pero lo más importante, más incluso que el objetivo de búsqueda de la perla, el caballero deberá hacer frente a otro reto cuyo secreto puede o no encontrarse en la perla, indagar en las experiencias de la vida, la felicidad y el sentido de nuestra existencia en este mundo.

Después de que el director norteamericano estrenara "The Tree of Life" en 2011, se había puesto el listón muy alto, demasiado quizás. Y conociendo que Malick normalmente invierte varios años en la post-producción de sus películas, uno espera que cada año que pasa trabajando en esa película, esas pizcas de magia terminen cuajando para que al final den sus frutos. En esta "Knight of Cups" vuelve el mejor Malick, el Malick de "The Tree of Life", el Malick que busca la belleza de aquellos elementos que solemos pasar desapercibidos para adentrarnos en su particular mundo, lleno de magia y hermosura.

Indudablemente, es una película no apta para todos los públicos en el más puro estricto de la palabra, no por escenas de sexo o violencia, sino porque ante todo, debes abrir tu mente y tus sentidos, dejarte llevar como una cometa azotada por el viento. Muchos dirán, como de otras películas autorales de este tipo, que no gustan porque no se entienden. Pero, ¿qué hay que entender? El amor o la belleza no es algo tangible que se pueda entender o comer, simplemente se siente. Hay que dejar que la película fluya por todo tu ser, empaparte con su magia.

Creo que si hay alguna manera de calificar el cine único e inclasificable de Terrence Malick sería el de "cine sensorial". Algunos podrán llamarlo "poesía cinematográfica", pero realmente lo que uno siente cuando ve una de sus películas es una explosión sensorial, a veces, incluso puede llegar a experimentarse un estado de catarsis de los sentidos. Uno no puedo sino dar gracias a la vida porque existan tales películas.
Koyaanisqatsi
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