Y nada menos que la londinense de finales del siglo XIX, en esta estupenda adaptación de la obra de Oscar Wilde que era un gran maestro en describir irónicamente a esta sociedad en la que se desenvolvía él mismo.
Narrada con fluidez y exquisita elegancia te transporta a esa época victoriana cargada de glamour y la vez de estúpidos e hipócritas escrúpulos.
Los actores están perfectos en sus papeles y a destacar el vestuario sobre todo de las damas sin desmerecer el de los caballeros.
A destacar el comienzo de la película con un derroche de ambientación repleto de carruajes, sombreros, modelazos, en fin, una entrada espectacular que ya te hace suponer la buena película que vas a ver.