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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Drama. Romance Yakarta, año 1965. Al inexperto reportero australiano Guy Hamilton (Mel Gibson) se le presenta la oportunidad de su vida cuando lo mandan como enviado especial a Indonesia. En el turbulento escenario de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno, conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un enigmático fotógrafo, y a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una atractiva mujer que trabaja en la embajada inglesa. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas carreras habrá tan sólidas, inteligentes y honestas como la del director australiano Peter Weir. Durante la década de los setenta dirigió en su pais un cine muy independiente y original que en algún caso ha alcanzado categoría de culto. Gallipoli supuso el punto de inflexión a partir del cual su cine adquirió mayor embergadura, no solo en los presupuestos, sino también en su alcance. A partir de ahí Peter Weir se convirtió en uno de los mejores directores de un tipo de cine accesible, comercial, adulto y profundamente humano. Al margen de que sus películas puedan ser excelentes o irregulares, el talento de Weir lo situa en la misma onda que algunos de los mas grandes directores del Hollywood dorado.
El año que vivimos peligrosamente fue su primera película tras el cambio de registro que supuso en su carrera Gallipoli. Y en ella se decidió a incluir todos los ingredientes que pueden hacer de una película algo realmente grande. Un pais exótico, conflictos políticos, violencia, aventura y romance hacen que El año que vivimos peligrosamente se acerque, sin llegar a serlo, a lo que una gran película épica debe ser.
Guy Hamilton es un joven periodista australiano que llega a Indonesia justo cuando el presidente Sukarno está siendo cuestionado por grupos comunistas que están dispuestos a llegar a la violencia con tal de arrebatarle el poder. La situación se vuelve muy tensa y la labor de los periodistas y diplomáticos extranjeros se vuelve muy peligrosa. En todo este entorno Hamilton establece dos relaciónes importantes. Una, que va más allá de lo laboral, con un cámara local, Billy Kwan, un personaje misterioso e inquietante que desprende un magnetismo especial entre la gente que le rodea, y que se convierte en su principal apoyo. La otra con Jill Bryant, una mujer inglesa independiente, apasionada y muy elegante, que trabaja para la embajada. Entre los dos se establece una conexión especial que les llevará a vivir un amor imposible en una situación al límite.
La película de Peter Weir responde a unos cánones narrativos muy clásicos, que algunos pueden confundir con convencionales o previsibles. Pero esta es una tónica habitual en el director, que tiene, eso si, la virtud de no resultar nunca académico o aburrido. Y en cualquier caso esta vez Peter Weir consigue dotar a la historia de una fascinación especial. Para ello cuenta con uno de los personajes más atractivos que se pueden encontrar. El cámara Billy Kwan hace que el espectador se enfrente a la historia con una óptica diferente, mucho más sugerente y enigmática de lo que podía parecer a primera vista. Aunque a veces su actitud nos pueda resultar igual de hermética que al protagonista, es uno de esos personajes que, sin duda, enriquece cualquier historia. A ello hay que añadir la sorprendente interpretación de la actriz Linda Hunt, que ganó merecidamente un Oscar por este trabajo.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ernesto
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