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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Ciencia ficción. Thriller. Acción Tras la llegada de una enorme nave espacial a Johannesburgo (Sudáfrica), los alienígenas fueron encerrados en campos de concentración en calidad de refugiados. Unos veinte años antes, cuando los extraterrestres entraron en contacto con nuestro planeta, los hombres esperaban un ataque hostil, o un gran avance tecnológico. Pero nada de ello sucedió. (FILMAFFINITY)
30 de noviembre de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando se estrena en los cines una película que, aunque uno piensa que ya la ha visto mil veces antes, acaba sorprendiéndole. Distrito 9 es una de ellas. Invasiones, marcianos, naves espaciales y efectos especiales, una más. Pero no es una más, ya que altera los ingredientes y la estética de estas películas hasta conseguir algo diferente y con cierta personalidad. Puede que al final no aproveche al máximo todas sus posibilidades, pero el espectador sale del cine con la sensación de haber visto algo inusual. La dirige un desconocido, Neil Blomkamp, al que habrá que seguir la pista, y la produce Peter Jackson que demuestra tener buen olfato para estas cosas.
Aquí la cosa cambia. No es que haya una invasión extraterrestre, sino que la hubo dos décadas atrás. Una avería en su nave les impidió marcharse y llevan veinte años retenidos en la Tierra por los humanos. Todo esto sucede en la ciudad de Johannesburgo, en Sudáfrica. Ahora los extraterrestres viven recluidos en un ghetto, y son tratados con desprecio e indiferencia, en el mejor de los casos, por las autoridades y la población. Hasta que un día un incidente en el que se ve envuelto un funcionario del gobierno provoca que la estabilidad de la situación se rompa y la presencia de los extraterrestres vuelva a ser un problema de primera mano.
Los paralelismos con la situación de apartheid que vivió Sudáfrica durante décadas aportan una nueva lectura a la historia, más allá de la simple película de acción, por más que todo esto acabe resultando un tanto obvio.
Neil Blomkamp comienza la película como si de un documental se tratara, con cámara al hombro y con testimonios directos a la cámara, para luego, poco a poco, y sin motivo aparente ir olvidándose de esto para rodar la película de forma clásica.
Donde más luce Distrito 9 es en la estética. Nunca antes se habían visto unos extraterrestres como estos. Su comportamiento y su forma de comunicarse resultan sorprendentes y novedosas, casi tanto como los efectos especiales tan bien integrados en la narración.
Cuando el personaje protagonista, Wikus Van De Merwe, se adueña del relato y su huida se convierte en el centro de la historia, es cuando Distrito 9 se vuelve más vibrante, ya que a la desesperación (contagiosa) del protagonista se añade el brío con que el director dirige las secuencias más trepidantes. La combinación entre el drama que vive el personaje principal y el nervio de las imágenes está francamente lograda, por más que hacia el final haya algún momento más propio de Transformers.
Quizás si se hubiera llevado la historia más al límite estaríamos ahora hablando de una película más radical, pero aun así mantiene un nivel más que digno.
Y aunque no es lo habitual destacar el trabajo de los actores en este tipo de historias, en este caso hay que reconocer el gran trabajo del protagonista, el desconocido Shalto Copley, que transmite el desconcierto y desesperación de sus personaje con enorme convicción.
ernesto
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