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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
18 de mayo de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Control no es un biopic sobre Ian Curtis y su banda Joy Division. Control es el retrato de un alma atormentada, incapaz de convivir con los trastornos provocados por una enfermedad que le carcomía, atrapado en el amor que sentía por dos mujeres y víctima de su propia genialidad.
El director Anton Corbijn proviene del mundo del video-clip, pero la verdad es que su trabajo es de una sobriedad notable. En riguroso blanco y negro, y con una cámara que retrata lo que se cuenta de forma concisa, sin alardes, el director se adentra en la personalidad del que fuera líder y alma del grupo Joy Division, Ian Curtis, con cierta cautela. En un primer momento el protagonista resulta un chaval discreto, con una novia con la que acaba casándose y que inicia una aventura musical con un grupo de conocidos. Nada hacía presagiar que este joven de apenas veinte años acabaría convirtiéndose en la cabeza visible de uno de los grupos más vibrantes de finales de los setenta pese a su corta carrera. Es a partir de este momento cuando la personalidad de Ian Curtis comienza a acusar los efectos de la epilepsia que sufría y que va a condicionar su vida, desde su faceta de compositor y cantante hasta su relación con las mujeres. La película a partir de ese momento se hace más oscura, adentrándose en la compleja personalidad del protagonista aunque sin conseguir descifrar los vericuetos de una mente tan creativa como depresiva. En ese sentido las letras de sus canciones dicen mucho más de su creador que lo que intenta mostrar esta película.
Es en los aspectos puramente musicales donde Control resulta brillante mostrando de forma vibrante lo que fueron las principales actuaciones que Joy Division ofreció en sus tres años de carrera. La recreación de esos conciertos, con la colaboración impagable del actor Sam Riley, resultan lo mejor de una película en la que también juegan un papel importante las dos relaciones sentimentales que Ian Curtis mantuvo durante estos años. Una con su mujer, maravillosa como siempre Samantha Morton, con la que tuvo una hija, y otra con una chica con la que mantuvo un romance que acabo con su matrimonio. La película aquí tampoco profundiza en exceso, ya que no queda claro que esa pasión que Ian Curtis siente hacia su amante sea tan grande como para acabar con un matrimonio que fue su principal fuente de estabilidad.
En un tono totalmente diferente al que Michael Winterbottom utilizó en su brillante 24 Hour Party People, Anton Corbijn ha hecho una película tan sobria y honesta como a veces brillante, aunque no siempre sea capaz de profundizar como se merece en la figura del casi mítico Ian Curtis.
ernesto
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