Cuatro excelentes películas anteriores avalan a Michael Mann como uno de los mejores directores en activo. Enemigos Públicos solo viene a confirmar esta opinión. Si con El último mohicano nos ofreció una novedosa, viva y emocionante visión de un clásico, con Heat, El Dilema y Collateral dirigió con maestría tres thrillers tan complejos como suntuosos. Son películas, especialmente estas tres últimas, fácilmente reconocibles, ya que Michael Mann se ha hecho dueño de un estilo poderoso y deslumbrante. Y en Enemigos Públicos nos volvemos a encontrar con una historia al mismo nivel, en la que la personalidad del director vuelve a estar presente, para bien, en cada plano de la película.
Enemigos Públicos se acerca a la figura del que fuera denominado enemigo público número uno, John Dillinger. No es la primera vez que esto sucede. Pero la película de Michael Mann viene a reinventar un género que en los años 30 y 40 vivió su época dorada. Lo actualiza sin perder en ningún momento la esencia de lo que eran y son las buenas películas de gángsters
Enemigos Públicos comienza con una vibrante secuencia en la que Dillinger ayuda a escapar de la cárcel a parte de su banda. Con unas pocas pinceladas se nos define al personaje que va a acaparar toda nuestra atención en las siguientes dos horas largas. Seguido a esto, en otra secuencia arrolladora, conocemos al que se va a convertir en su perseguidor, el policía que tendrá la misión de capturarle. Aquí también nos queda clara como es la personalidad del perseguidor. A partir de este momento Enemigos Públicos se convierte en un juego del gato y el ratón tan complejo como apasionante.
Con una atmósfera envolvente y turbia, con unos personajes llenos de recovecos y con una puesta en escena sencillamente portentosa Enemigos Públicos es la película de gángsters definitiva, por lo menos de este nuevo siglo.
Michael Mann hace un despliegue deslumbrante de sus mejores recursos narrativos para combinar con absoluta maestría las secuencias más potentes, con los momentos más íntimos y cercanos. Los diferentes atracos y huidas llegan a su cumbre en la secuencia de la casa del bosque donde Mann vuelve a hacer historia con otra secuencia de tiroteo.
Como contrapunto a la parte más física y violenta el personaje de Marion Cotillard se lleva los momentos emotivos.
Enemigos Públicos, rodada en deslumbrante alta definición, es una película técnicamente perfecta, donde la fotografía, la música y la ambientación son de primera. Además el reparto encabezado por Johnny Depp esta a la altura de la película, especialmente Marion Cotillard, que tiene los mejores primeros planos que he visto en años.
Para el final dejo una secuencia casi mágica, aquella en la que Dillinger se adentra en el cuartel general de sus captores. Eso es puro cine, y el resumen perfecto de una película brillante.