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España España · bilbao
Voto de ernesto:
5
Romance. Comedia. Drama Nikki, una mujer que enviudó hace años de un hombre del que estaba profundamente enamorada, se encuentra un día con un desconocido cuyo parecido físico con su difunto esposo es tan extraordinario que se sentirá extrañamente atraída por él. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que cualquier película con Annette Bening dentro siempre es mejor. Eso es un hecho. Pero repasando su carrera apenas encuentro dos grandes películas en la lista de títulos en los que lleva apareciendo desde hace veinticinco años, American Beauty y Los timadores. Y esto que acabo de escribir me lleva a pensar que había una época en mi vida en la que todavía no conocía a esta actriz, lo que me hace sentir muy mayor. Y es que aquella joven, sensual y pelígrosa mujer a la que descubrí en Los Timadores, es hoy una estupenda señora con los 55 ya cumplidos.
Como en tantas otras películas hasa la fecha, Annette Bening vuelve a ser lo más destacado de la película La mirada del amor, que el Festival de San Sebastián ha incluido, muy generosamente, en su sección Perlas de otros festivales. Y es que La mirada del amor de perla tiene más bien poco.
La mirada del amor es una película de un director desconocido para mí, Arie Posin, al que le descubro una película previa, también desconocida por mi, nada menos que con Glenn Close. La película parte de una premisa más que interesante, y que muchos han relacionado con Vértigo de Hitchcock, y es lo que pasaría si una persona se encuentra con alguien idéntico al ser amado ya fallecido. La inquietante obsesión de James Stewart por Kim Novak es ya parte de la historia del cine. La que vive Annette Bening por Ed Harris acaba resultando bastante desangelada.
Nikki es una mujer que cinco años atrás perdió a su marido ahogado en una playa mexicana durante unas vacaciones. Pese al paso del tiempo su ausencia sigue llenando de vacío su vida. Hasta que un día cree ver a un hombre idéntico fisicamente a su marido. Inquieta, Nikki provoca un encuentro casual con este hombre, comenzando así una relación sentimental en la que ella cree estar reviviendo la relación con su fallecido marido. Entre tanto este buen hombre se enamora de verdad, sin saber cuales son las verdaderas motivaciones de ella.
Con la trama tal y como la contado, tendríamos una, más o menos, aceptable película romántica. Pero el director, y también guionista, se empeña en envolver toda la historia con un velo inquietante y misterioso que al final se queda pura y simplemente en agua de borrajas.
La música, omnipresente, la fotografía en tonos fríos, y la planificación de las secuencias nos están diciendo constantemente que detrás de esta historia de amor y obsesión hay tensión y misterio. Y lo único que La mirada del amor ofrece es romance salpicado de alguna secuencia de cierto dramatismo, intentos de comedia infructuosos (protagonizados por un Robin Williams más soso que nunca), y una sucesión de flash-backs bastante obvios y repetitivos.
En definitiva, una película que pretende ser estilosa y no pasa de vulgar, protagonizada, eso sí, por dos actores de nivel, que aguantan los primeros planos de sus ajados pero atractivos rostros con auténtica maestría. Quizás este sea el engañoso motivo por el que el público asistente a la proyección oficial de la película en San Sebastián se rompiera las manos aplaudiendo al final. También puede ser que el aplauso fuera dirigido a Annette Bening, presente en la sala, y no a la película.
ernesto
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