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Voto de TOM REGAN:
8
7.1
265
Acción
Segunda en una serie de adaptaciones al cine de imagen real del famoso manga escrito por Kazuo Koike y dibujado por Goseki Kojima. Narra las aventuras de un samurai que trabaja con su hijo, el cual siempre le acompaña en sus viajes. En esta ocasión deberá enfrentarse a un grupo de ninjas femeninas al servicio del Clan Yagyu. También deberá asesinar a un traidor que planea vender los secretos de su clan al Shogunate. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
197/15(12/06/22) Refrescante y muy divertido este descubrimiento de esta saga chambara/manga, que he comenzado (mea culpa) por la segunda parte de las seis que se rodaron, por ser esta la que considera la mejor (intentaré ver el resto y juzgaré). En 1970, se publicó en Japón la primera de un total de 114 historias de "Kozure Okami", también conocido como " Lobo solitario y su cachorro". La historia fue creación de Koike Zazuo, quien también escribió "Crying Freeman", y pintó con impresionantes técnicas de pincel de acuarela por Kojima Goseki. En 14 volúmenes, el Manga cuenta la historia de Ogami Ito, el ex Keishakunin del Shogun, quien fue incriminado por el clan Yagyu por traición contra el Shogun, y posteriormente se convirtió en un asesino a sueldo (ronin), con el fin de obtener un millón de Ryo para sobornar a los funcionarios, para que se le permitiera llevar a sus cargos frente al shogun y vengarse. Junto a su hijo, Daigoro, ahora recorre Japón. La serie de películas sobre el manga “Lone Wolf and Cub”, conocida en España como “El Lobo Solitario y su Cachorro”, comenzó en 1972 con el estreno de 4 películas.
Dirigida por Kenji Misumi y con guión de Kazuo Koike, con ritmo feroz, escenas de acción muy imaginativas en su hiperrealismo, de una violencia inusitada, con geiseres de sangre, con decapitaciones, mutilaciones, aperturas de cabeza en vertical, y más secuencias creativas, como esas mujeres ninjas con una saliendo de su traje de un salto imposible, con algo tan transgresor como ver a un niño matar a gente, con gadgets muy jocosos (esas cuchillas que hace salir Daigoro de las ruedas de su carrito contra un ejército de samuráis), pero si hasta hay una cercenación de punta de nariz (hay que verlo!), con acrobacias que desafían a la gravedad, todo tan pasado de vueltas como un comic, un festín visual para gente (como yo) que disfrute del humor negro que emana por todos los fotogramas.
Todo ello enarbolado por un carismático protagonista en la figura del estoico Tomisaburô Wakayama como Itto Ogami, con la mirada cansada, dejando entrever el pesado mundo interior que soporta, sensacional el realismo y fluidez que imprime a sus escenas de lucha, es el ejemplo de la nobleza, de la integridad, y sobre todo guardián del Bushido. En esta ocasión incluso se le humaniza, pues lo vemos herido y desamparado, teniendo que se cuidado por hijito; y a su lado el roba escenas Akihiro Tomikawa como el hijito Daigoro, con escenas tan enternecedoras como cuando va a por agua para su padre, intentan llevársela entre sus manos y se le cae, la solución que da es conmovedora. Como lo es el tramo en que va a tomar comida de una ofrenda a un icono de Buda, y como siente que no está bien, deja en prenda su chaqueta como pago.
Un relato que discurre de modo dual, pues por un lado debe escapar este Lobo (no tan solitario, pues va con su niño) de los sicarios de su enemigo Sayaka Yagyu (Kayo Matsuo) que le persiguen, y por otro debe cumplir los contratos de ‘mercenario’, en este caso tiene que ver con Chuzaemon Makuya (Seishirô Hara) alguien que ha robado la fórmula de un tinte, que tiene la protección de los sanguinarios Hnos. Hidari (Cada uno de ellos domina una técnica de combate específica: Uno el puño de hierro, el otro usa una porra con pinchos y el tercero una garra metálica). Todo para desembocar en un rush final vigoroso, ya desde el tramo del barco, la pelea de los Hnos. Hidari (con sus peculiares sombreros de paja, y sus garras cuasi-oseznas), el fuego, la huida del navío, la pelea con la ‘sirena’, el desconcertante tramo en la cabaña (podemos pensar en una violación, pero...), el desierto con los Hidari y su batalla contra los ‘subterráneos’, y por último el esperado duelo entre Ogami y el temible trio Hidari en las dunas, vibrante.
Es un film notable en como sabe presentar a los rivales de Ogami, otorgándoles alma en su definición a través de sus actos, como por ejemplo el grupo de sicarias que contratan los Kurokawa, Sayaka (buena Kayo Matsuo) es la líder de estas asesinas brutales, que para demostrar los fieras que son hacen una demostración brutal frente al jefe de los Kurokawa, contra el mejor de sus hombres, que intenta huir trepando por el techo, pero las sicarias lo cogen y descuartizan cual enjambre de pirañas dejan el tronco (cortan sus orejas, dedos brazos, piernas, ya la final la cabeza), todo ello sembrando de sangre toda la habitación; Luego esto se encadena a cuando estas se enfrenta a Ogami en un camino disfrazadas de granjeras, descacharrante la coreografía creada por Eichi Kusumoto (También en la saga ‘Zatoichi’), en estilo ancestral de pelea Suiō-ryū Iai Kenpō (SXVII).
La cinta es una sucesión constante de enfrentamientos, la mayoría con el protagonista de por medio, donde no hay reflexiones morales, o remordimientos por estar por medio un niño de tres años, es la acción pura y dura. Ello con hábiles remansos que sirven para definir caracteres. Hay algunas ingeniosas escenas donde la tensión se masca pero no llega a explotar, como el baño en el barreño al inicio9, se espera algo ocurra violento; el encuentro en la bodega del barco de los Hidari y Ogami, donde el respeto entre rivales es la nota predominante; o la escena en la cabaña con Sayaka a la que Ogami desnuda a la fuerza. La creatividad es brillante durante todo el metraje, con aparte de lo mencionado, secuencias tan impresionantes estéticamente como el duelo de Ogami contra un grupo de enemigos en el rio junto a unas cascadas, o el enfrentamiento en el bosque con Daigoro colgando de una cuerda sobre un pozo. Llamando la atención el gran gusto visual para llevarnos por diferentes escenarios de batallas, desde viviendas japonesas, bosques, cascadas, un barco, el mar, o el desierto. Y todo esto solo es el aperitivo del formidable tramo final.
Dirigida por Kenji Misumi y con guión de Kazuo Koike, con ritmo feroz, escenas de acción muy imaginativas en su hiperrealismo, de una violencia inusitada, con geiseres de sangre, con decapitaciones, mutilaciones, aperturas de cabeza en vertical, y más secuencias creativas, como esas mujeres ninjas con una saliendo de su traje de un salto imposible, con algo tan transgresor como ver a un niño matar a gente, con gadgets muy jocosos (esas cuchillas que hace salir Daigoro de las ruedas de su carrito contra un ejército de samuráis), pero si hasta hay una cercenación de punta de nariz (hay que verlo!), con acrobacias que desafían a la gravedad, todo tan pasado de vueltas como un comic, un festín visual para gente (como yo) que disfrute del humor negro que emana por todos los fotogramas.
Todo ello enarbolado por un carismático protagonista en la figura del estoico Tomisaburô Wakayama como Itto Ogami, con la mirada cansada, dejando entrever el pesado mundo interior que soporta, sensacional el realismo y fluidez que imprime a sus escenas de lucha, es el ejemplo de la nobleza, de la integridad, y sobre todo guardián del Bushido. En esta ocasión incluso se le humaniza, pues lo vemos herido y desamparado, teniendo que se cuidado por hijito; y a su lado el roba escenas Akihiro Tomikawa como el hijito Daigoro, con escenas tan enternecedoras como cuando va a por agua para su padre, intentan llevársela entre sus manos y se le cae, la solución que da es conmovedora. Como lo es el tramo en que va a tomar comida de una ofrenda a un icono de Buda, y como siente que no está bien, deja en prenda su chaqueta como pago.
Un relato que discurre de modo dual, pues por un lado debe escapar este Lobo (no tan solitario, pues va con su niño) de los sicarios de su enemigo Sayaka Yagyu (Kayo Matsuo) que le persiguen, y por otro debe cumplir los contratos de ‘mercenario’, en este caso tiene que ver con Chuzaemon Makuya (Seishirô Hara) alguien que ha robado la fórmula de un tinte, que tiene la protección de los sanguinarios Hnos. Hidari (Cada uno de ellos domina una técnica de combate específica: Uno el puño de hierro, el otro usa una porra con pinchos y el tercero una garra metálica). Todo para desembocar en un rush final vigoroso, ya desde el tramo del barco, la pelea de los Hnos. Hidari (con sus peculiares sombreros de paja, y sus garras cuasi-oseznas), el fuego, la huida del navío, la pelea con la ‘sirena’, el desconcertante tramo en la cabaña (podemos pensar en una violación, pero...), el desierto con los Hidari y su batalla contra los ‘subterráneos’, y por último el esperado duelo entre Ogami y el temible trio Hidari en las dunas, vibrante.
Es un film notable en como sabe presentar a los rivales de Ogami, otorgándoles alma en su definición a través de sus actos, como por ejemplo el grupo de sicarias que contratan los Kurokawa, Sayaka (buena Kayo Matsuo) es la líder de estas asesinas brutales, que para demostrar los fieras que son hacen una demostración brutal frente al jefe de los Kurokawa, contra el mejor de sus hombres, que intenta huir trepando por el techo, pero las sicarias lo cogen y descuartizan cual enjambre de pirañas dejan el tronco (cortan sus orejas, dedos brazos, piernas, ya la final la cabeza), todo ello sembrando de sangre toda la habitación; Luego esto se encadena a cuando estas se enfrenta a Ogami en un camino disfrazadas de granjeras, descacharrante la coreografía creada por Eichi Kusumoto (También en la saga ‘Zatoichi’), en estilo ancestral de pelea Suiō-ryū Iai Kenpō (SXVII).
La cinta es una sucesión constante de enfrentamientos, la mayoría con el protagonista de por medio, donde no hay reflexiones morales, o remordimientos por estar por medio un niño de tres años, es la acción pura y dura. Ello con hábiles remansos que sirven para definir caracteres. Hay algunas ingeniosas escenas donde la tensión se masca pero no llega a explotar, como el baño en el barreño al inicio9, se espera algo ocurra violento; el encuentro en la bodega del barco de los Hidari y Ogami, donde el respeto entre rivales es la nota predominante; o la escena en la cabaña con Sayaka a la que Ogami desnuda a la fuerza. La creatividad es brillante durante todo el metraje, con aparte de lo mencionado, secuencias tan impresionantes estéticamente como el duelo de Ogami contra un grupo de enemigos en el rio junto a unas cascadas, o el enfrentamiento en el bosque con Daigoro colgando de una cuerda sobre un pozo. Llamando la atención el gran gusto visual para llevarnos por diferentes escenarios de batallas, desde viviendas japonesas, bosques, cascadas, un barco, el mar, o el desierto. Y todo esto solo es el aperitivo del formidable tramo final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Todo esto apoyado en una puesta en escena adecuada al tono juguetón de comic del film. Empezando por el fenomenal diseño de producción de Akiro Naito, creando un mundo de comic retro, con sus caminos, ríos, bosques, cabañas, el barco, o el desierto; La muy cromática fotografía de Chikashi Makiura Misumi, imprimiendo tono oscuro a muchas secuencias, bien sea en los penumbrosos interiores, bien sea en las secuencias nocturnas, lírica en muchos momentos, como son las tomas del verde bosque, del terroso desierto, o de los primeros planos, destacando los encuadres de los cuerpos desnudos abrazados en el tramo final (no quiero spoilear), habiendo mucha luz natural que dota de crudeza algunos fotogramas; Esto entrelazado a la excelente labor de edición de Toshio Taniguchi, con cortes que provocan sensaciones en su modo exponer el salvajismo de los mandobles, de las mutilaciones, con incluso un curioso juego de disoluciones montando un fotograma sobre otro en doble exposición para dar impresión de enorme velocidad a cámara lenta extraña; Esto en comunión con los formidables efectos especiales que derivan en peleas de una vistosidad deslumbrante, creados por Daizen Shishido, con acrobacias y filigranas apoteósicas, con saltos descacharrantes, con descuartizamientos de miembros que brillan por lo falso ( y con ello provoca la mueca de risa), con ese toque delirante d ellos cañones de sangre que salen de muchos cuerpos cual pozo de petróleo soltando a presión el líquido rojo; esto en miscelánea con la gran labor del sonido de Tsuchitaro Hayashi, junto con efectos de sonido de Toru Kurashima, potenciando el híper realismo de las peleas, los cortes, los choques de espada, etc; Y todo esto adornado por la música de Hideaki Sakurai, con gran variedad de melodías que se adaptan al aire pulp-explotation de la cinta, con algún toque ominoso, con mucha percusión turbadora, con manejo de instrumentos tradicionales nipones, dotando de suspense latente algunos segmentos, buena labor.
Entre los secundarios destacar a Akiji Kobayashi como líder del grupo Kurokuwa, con esa imagen clásica de japonés regio, con canas, melena y barba de chivo, su pose de villano es estupenda; Como maravillosa está Kayo Matsuo como líder de las asesinas femeninas, despiadada criminal en su presentación, poseedora de una sonrisa siniestra, con ese modo abracadabrante de escapar de Itto (me recuerda a un personaje de “Futurama”), teniendo una buena evolución, como su rostro pasa de la ira al desconcierto, y al final una especie de redención.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): La prueba a la que somete Itto a su hijo Daigoro siendo este bebe. Le hace elegir entre una pelota y una espada, si elige lo primero lo enviará con su madre muerta. Si lo segundo lo acompañará en su odisea vengativa. Deja patente el puritano (y en este caso torcido) código del honor samurái; Tras el incendio del barco, Itto aprende a Sayaka. La lleva a una cabaña, tras desnudarse él y al niño, desnuda a la mujer a la fuerza, esta piensa la va a violar, Itto consigue abrazarla con fuerza, entonces sorprende a Sayaka al pedir a Daigoro se una a ellos. Nos damos cuenta que lo que pretende Itto es dar calor al cuerpo de su hijo (tras haber caído al frio mar). Vemos el instinto de ella buscando con su mano la espada, pero cuando la coge, la vuelve a dejar, y sabemos ha sentido una epifanía de cariño y empatía por Itto y el modo de cuidar de su retoño; El último duelo con los Hidari en las dunas, como los vence uno tras otro, haciéndolos rodar por las arenas mientras se preguntan quién es este ronin.
En 1980, algunas de las películas se editaron juntas en una versión doblada en Estados Unidos llamada "Shogun Assassin", donde se escribió nuevo diálogo y la película fue narrada por Daigoro (esta es la que he visto yo).
Sorprendente hallazgo este gran entretenimiento pulp. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2022/06/blog-post.html
Entre los secundarios destacar a Akiji Kobayashi como líder del grupo Kurokuwa, con esa imagen clásica de japonés regio, con canas, melena y barba de chivo, su pose de villano es estupenda; Como maravillosa está Kayo Matsuo como líder de las asesinas femeninas, despiadada criminal en su presentación, poseedora de una sonrisa siniestra, con ese modo abracadabrante de escapar de Itto (me recuerda a un personaje de “Futurama”), teniendo una buena evolución, como su rostro pasa de la ira al desconcierto, y al final una especie de redención.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): La prueba a la que somete Itto a su hijo Daigoro siendo este bebe. Le hace elegir entre una pelota y una espada, si elige lo primero lo enviará con su madre muerta. Si lo segundo lo acompañará en su odisea vengativa. Deja patente el puritano (y en este caso torcido) código del honor samurái; Tras el incendio del barco, Itto aprende a Sayaka. La lleva a una cabaña, tras desnudarse él y al niño, desnuda a la mujer a la fuerza, esta piensa la va a violar, Itto consigue abrazarla con fuerza, entonces sorprende a Sayaka al pedir a Daigoro se una a ellos. Nos damos cuenta que lo que pretende Itto es dar calor al cuerpo de su hijo (tras haber caído al frio mar). Vemos el instinto de ella buscando con su mano la espada, pero cuando la coge, la vuelve a dejar, y sabemos ha sentido una epifanía de cariño y empatía por Itto y el modo de cuidar de su retoño; El último duelo con los Hidari en las dunas, como los vence uno tras otro, haciéndolos rodar por las arenas mientras se preguntan quién es este ronin.
En 1980, algunas de las películas se editaron juntas en una versión doblada en Estados Unidos llamada "Shogun Assassin", donde se escribió nuevo diálogo y la película fue narrada por Daigoro (esta es la que he visto yo).
Sorprendente hallazgo este gran entretenimiento pulp. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2022/06/blog-post.html