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Voto de TOM REGAN:
7
7.1
25,345
Drama
Cuatro profesores de instituto se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel, durante su vida diaria, intentando demostrar de esa manera que pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2021
68 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
25/25(22/01/21) Sugestivo dramedia danesa dirigida por Thomas Vinterberg, a partir de un guión del propio director junto a Tobias Lindholm, teniendo entre sus alicientes que estos dos junto al protagonista Mads Mikkelsen nos regalaron en 2012 la impactante “La caza”. La película se basó en una obra de teatro que Vinterberg había escrito mientras trabajaba en Burgtheater (Viena). La inspiración adicional provino de la propia hija de Vinterberg (Ida), quien había contado historias sobre la cultura de la bebida en la juventud danesa, esta había presionado originalmente a Vinterberg para que adoptara la obra en una película, y estaba programada para interpretar a la hija de Martin (Mikkelsen). La historia fue originalmente "Una celebración del alcohol basada en la tesis de que la historia mundial habría sido diferente sin el alcohol". Sin embargo, cuatro días después de la filmación, Ida murió en un accidente automovilístico. Después de la tragedia, el guión fue reelaborado para convertirse en una afirmación más vital: "No debería tratarse sólo de beber. Se trataba de despertar a la vida", afirmó Vinterberg. Tobias Lindholm se desempeñó como director la semana siguiente al accidente. La película estaba dedicada a ella y fue filmada parcialmente en su salón de clases con sus compañeros.
Comienza con una cita sobreimpresionada de Søren Kierkegaard, ‘Qué es la juventud? Un sueño. Qué es el amor? El contenido del sueño’. Hablándonos en su metraje de temas como la amistad, la crisis de la mediana edad, la soledad, la rutina, el aburrimiento existencial, la liberación de tus ataduras morales, las segundas oportunidades, ello en el marco del consumo de alcohol como deux machine. Donde cuatro amigos profesores intentan encontrar en el consumo de alcohol la forma de dar vitalidad a sus ordinarias existencias y volver hacer salir su yo alegre y juvenil, aunque sea con algo tan artificioso como el alcoholismo pretendidamente controlado, porque después siempre viene la dura resaca. Ello apoyándose en personajes históricos para apoyar la tesis que el alcohol puede ser motor de grandes personajes como Winston Churchill, Ernest Hemingway, o F.D. Roosevelt.
El director juega hábilmente con la ambigüedad moral de su historia, no teniendo un mensaje claro, haciendo que sea el propio espectador el que saque sus propias conclusiones, unos podrán decir que loan al Dios Baco (el consumo de alcohol), otros que es conservadora, yo entiendo que viene a contar, que como casi todo en la vida el tomarlo con moderación puede ser bueno, pero en exceso puede destruir, pero esto puede ser demasiado simple en mis conclusiones. Todo ello en un desarrollo que atrapa en las vidas de estos protagonistas, para desembocar en un final absolutamente impactante, donde brilla el tema "What a Life" de Scarlet Pleasure, pero sobre todo un Mads Mikkelsen apoteósico. Film seleccionado para las nominaciones a Mejor Largometraje Internacional en los Oscar.
Partimos de una idea central de este pseudo-experimento entre amigos que parece puede devenir en una comedia facilona, pero sus senderos resultan ingeniosos en su deconstrucción del alcoholismo como placebo para escapar de nuestra rutina a un mundo creado solo en nuestra tambaleante y drogada mente etílica, se adentra en ese flash de lucidez artificioso. El problema es que los ‘conejillos de indias’ creen poder controlar la Caja de Pandora que han abierto, y ante el éxito de las primeras pruebas, conectando con sus alumnos y parejas en sus desinhibiciones, llenos de energía electrizante de la que contagian a la gente a su alrededor en su entusiasmo, por lo que deciden subir la apuesta.
El centro del relato es Martin, profesor de Historia en el instituto al que sus alumnos ven como monótono, es su desarrollo el que marca el sino de la historia, al principio es un tipo monocorde, hastiado, cansado, aburrido, apático en sus clases, letárgico con su familia, emitiendo indiferencia, y decide dar un vuelco a su vida con el mencionado ‘experimento’ (en realidad una excusa lo de llamarlo experimento científico para adornar lo que es ganas de encontrar una válvula de escape a su vida indolente). Haya en el alcohol esa puerta de huida de su rutina, ahora es impulsivo, divertido, didáctico, mordaz, ágil, un torbellino contagioso. Martin a través de la ingesta de alcohol navega en la máquina del tiempo para volver a ser joven y despreocupado. Y todo esto lo encarna Mads Mikkelsen de modo fascinante en su interpretación majestuosa, haciéndonos empático su rol desde el inicio, humanizando a su imperfecto y vulnerable Martin, sentimos su zozobra, alborozo, frustración, melancolía, una intensa expresividad en lo íntimo (como cuando abatido lagrimea en la cena de modo sutil), en un arco de desarrollo fabuloso. Y encima nos obsequia con un final antológico.
Es un análisis de las fragilidades humanas, de la búsqueda de algo que de sentido a nuestras vacías vidas, sobre nuestras ansias de disfrutar, frente a la solemnidad impostada de ser mayor, nuestra búsqueda de flotadores que nos salven de hundirnos. El consumo de alcohol como escudo par protegernos de nuestras amarguras del día a día, para huir de nuestra personalidad encorsetada, para escapar por nuestra falta de pasión.
Hay dos partes bien marcadas en la película. En la primera se da un tono de comedia más ligero, fluida en la presentación de personajes y de situaciones, con giros ingeniosos (esa clase sobre como nuestros prejuicios pueden nublar lo importante), ese ‘épico’ partido de futbol infantil, la conexión emocional con sus entornos; En la segunda mitad sale a relucir el Vinterberg más crudo, donde hay que ‘pagar’ las consecuencias de la fiesta de ebriedad, cual símil de lo que es una borrachera, pasamos de la felicidad mental a los estragos dejada por esta, pero ello sin entrar a remarcar una moralina, tratando al espectador de adulto.
Comienza con una cita sobreimpresionada de Søren Kierkegaard, ‘Qué es la juventud? Un sueño. Qué es el amor? El contenido del sueño’. Hablándonos en su metraje de temas como la amistad, la crisis de la mediana edad, la soledad, la rutina, el aburrimiento existencial, la liberación de tus ataduras morales, las segundas oportunidades, ello en el marco del consumo de alcohol como deux machine. Donde cuatro amigos profesores intentan encontrar en el consumo de alcohol la forma de dar vitalidad a sus ordinarias existencias y volver hacer salir su yo alegre y juvenil, aunque sea con algo tan artificioso como el alcoholismo pretendidamente controlado, porque después siempre viene la dura resaca. Ello apoyándose en personajes históricos para apoyar la tesis que el alcohol puede ser motor de grandes personajes como Winston Churchill, Ernest Hemingway, o F.D. Roosevelt.
El director juega hábilmente con la ambigüedad moral de su historia, no teniendo un mensaje claro, haciendo que sea el propio espectador el que saque sus propias conclusiones, unos podrán decir que loan al Dios Baco (el consumo de alcohol), otros que es conservadora, yo entiendo que viene a contar, que como casi todo en la vida el tomarlo con moderación puede ser bueno, pero en exceso puede destruir, pero esto puede ser demasiado simple en mis conclusiones. Todo ello en un desarrollo que atrapa en las vidas de estos protagonistas, para desembocar en un final absolutamente impactante, donde brilla el tema "What a Life" de Scarlet Pleasure, pero sobre todo un Mads Mikkelsen apoteósico. Film seleccionado para las nominaciones a Mejor Largometraje Internacional en los Oscar.
Partimos de una idea central de este pseudo-experimento entre amigos que parece puede devenir en una comedia facilona, pero sus senderos resultan ingeniosos en su deconstrucción del alcoholismo como placebo para escapar de nuestra rutina a un mundo creado solo en nuestra tambaleante y drogada mente etílica, se adentra en ese flash de lucidez artificioso. El problema es que los ‘conejillos de indias’ creen poder controlar la Caja de Pandora que han abierto, y ante el éxito de las primeras pruebas, conectando con sus alumnos y parejas en sus desinhibiciones, llenos de energía electrizante de la que contagian a la gente a su alrededor en su entusiasmo, por lo que deciden subir la apuesta.
El centro del relato es Martin, profesor de Historia en el instituto al que sus alumnos ven como monótono, es su desarrollo el que marca el sino de la historia, al principio es un tipo monocorde, hastiado, cansado, aburrido, apático en sus clases, letárgico con su familia, emitiendo indiferencia, y decide dar un vuelco a su vida con el mencionado ‘experimento’ (en realidad una excusa lo de llamarlo experimento científico para adornar lo que es ganas de encontrar una válvula de escape a su vida indolente). Haya en el alcohol esa puerta de huida de su rutina, ahora es impulsivo, divertido, didáctico, mordaz, ágil, un torbellino contagioso. Martin a través de la ingesta de alcohol navega en la máquina del tiempo para volver a ser joven y despreocupado. Y todo esto lo encarna Mads Mikkelsen de modo fascinante en su interpretación majestuosa, haciéndonos empático su rol desde el inicio, humanizando a su imperfecto y vulnerable Martin, sentimos su zozobra, alborozo, frustración, melancolía, una intensa expresividad en lo íntimo (como cuando abatido lagrimea en la cena de modo sutil), en un arco de desarrollo fabuloso. Y encima nos obsequia con un final antológico.
Es un análisis de las fragilidades humanas, de la búsqueda de algo que de sentido a nuestras vacías vidas, sobre nuestras ansias de disfrutar, frente a la solemnidad impostada de ser mayor, nuestra búsqueda de flotadores que nos salven de hundirnos. El consumo de alcohol como escudo par protegernos de nuestras amarguras del día a día, para huir de nuestra personalidad encorsetada, para escapar por nuestra falta de pasión.
Hay dos partes bien marcadas en la película. En la primera se da un tono de comedia más ligero, fluida en la presentación de personajes y de situaciones, con giros ingeniosos (esa clase sobre como nuestros prejuicios pueden nublar lo importante), ese ‘épico’ partido de futbol infantil, la conexión emocional con sus entornos; En la segunda mitad sale a relucir el Vinterberg más crudo, donde hay que ‘pagar’ las consecuencias de la fiesta de ebriedad, cual símil de lo que es una borrachera, pasamos de la felicidad mental a los estragos dejada por esta, pero ello sin entrar a remarcar una moralina, tratando al espectador de adulto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No es una cinta sólida, tiene defectos. Está el modo de meternos con fórceps elementos dramáticos, como la forma de incrustar una infidelidad surgida de la nada, relación esta con su mujer demasiado cliché, con el modo superficial en que todo se resuelve, o como de buenas a primeras vemos las ansias suicidas de un personaje, o el grimante momento en que un profesor anima a un alumno a tomar alcohol para relajarse ante un examen ora, esto si me ha sido un elemento directo hacia bebé para superar los nervios que al contrario de todo el film me es muy directo y me da dentera su mensaje. Asimismo me ha faltado más de los amigos no protagonistas, me han sido apuntes a pie de página, con lo que cuando llega el drama de ellos me llega a cuenta gotas.
La puesta en escena destaca por la cinematografía de Sturla Brandth Grøvlen (“Rams” o “Victoria”), inundando de brillo natural las escenas, con planos holandeses hábilmente manejados para emitir desequilibrios físicos y mentales, con gran uso de cámara en mano para dar fluidez narrativa, con alguna hermosa escena nocturna a la luz de las velas.
Spoiler:
Momentos recordables: Martin da una clase magistral de prejuicios a su alumnado proponiéndoles un juego, deben elegir entre un tipo con polio, enfermizo, cree en la astrología para hacer política, adúltero, fuma como un carretero, y bebe demasiados martinis; Segunda opción es un obeso, depresivo, dos infartos sufridos, complicado trabajar con él, fuma puros uno tras otro, y bebe todo lo que lleve alcohol (champán, oporto, whisky, coñac,...); Tercero es un héroe de guerra condecorado, trata educadamente a las mujeres, ama a los perros, nunca fuma ya apenas bebe una cerveza en puntuales ocasiones; Por supuesto eligen al 3, descartando en sus prejuicios a F.D. Roosevelt y Winston Churchill respectivamente, y coronando a Hitler; Un montaje delirante en que vemos figuras políticas en estado próximo (si no hundidos) en una borrachera, Boris Yeltshin tambaleándose en una ceremonia, Yeltshin bailando extrovertidamente, Yelshin pellizcando a dos mujeres, a unos gerifaltes de la Unión Europea haciendo tonterías en un estrado, a Sarkozi riendo demasiado pasado de vueltas en un atril, a Yeltshin (este omnipresente) y Bill Clinton romperse a reír hasta llorar durante una rueda de prensa oficial, o un jerarca soviético Brezhnev balbucear durante un discurso de fin de año (también aparece otro tipo que no conozco riendo durante una alocución de modo ‘excesivo’).
La escena final es Homérica en su proyección de felicidad en baile liberador de Martin en medio de la celebración estudiantil, se había negado anteriormente a bailar (había sido bailarín en su juventud) ante insistencia de sus amigos, ahora se suelta ataduras y emite extraña sensación agridulce (venimos del funeral del amigo que se ha suicidado), Martin nos viene a decir que hay que intentar ser feliz. Danza desatada que nos ofrece Mikkelsen resulta embriagadora, por momentos parece levitar, saltando por el banco, por el camión, haciendo giros inverosímiles, hasta el éxtasis final en el salto al vacío con resonancias a “Dos hombre y un destino”, fascinante en miscelánea con el tema “What a life” del trío danés Scarlet Pleasure, y ello ante las miradas regocijantes de sus amigos Peter y Nikolaj. Mikkelsen se entrenó como gimnasta y bailarín, y bailó profesionalmente durante una década antes de comenzar a actuar, parece que el que tuvo retuvo, Magno.
El psiquiatra Finn Skårderud del que arranca el experimento de mantener el cuerpo con 0’05 grados de alcohol en el cuerpo como estado natural del humano, repudió sus controvertidas afirmaciones sobre los niveles de alcohol en sangre, insistiendo en que habían sido sacadas de contexto.
Me queda un film atractivo, entretenido y que te hace reflexionar, con el añadido de un final que difícilmente olvidaras. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/01/otra-ronda.html
La puesta en escena destaca por la cinematografía de Sturla Brandth Grøvlen (“Rams” o “Victoria”), inundando de brillo natural las escenas, con planos holandeses hábilmente manejados para emitir desequilibrios físicos y mentales, con gran uso de cámara en mano para dar fluidez narrativa, con alguna hermosa escena nocturna a la luz de las velas.
Spoiler:
Momentos recordables: Martin da una clase magistral de prejuicios a su alumnado proponiéndoles un juego, deben elegir entre un tipo con polio, enfermizo, cree en la astrología para hacer política, adúltero, fuma como un carretero, y bebe demasiados martinis; Segunda opción es un obeso, depresivo, dos infartos sufridos, complicado trabajar con él, fuma puros uno tras otro, y bebe todo lo que lleve alcohol (champán, oporto, whisky, coñac,...); Tercero es un héroe de guerra condecorado, trata educadamente a las mujeres, ama a los perros, nunca fuma ya apenas bebe una cerveza en puntuales ocasiones; Por supuesto eligen al 3, descartando en sus prejuicios a F.D. Roosevelt y Winston Churchill respectivamente, y coronando a Hitler; Un montaje delirante en que vemos figuras políticas en estado próximo (si no hundidos) en una borrachera, Boris Yeltshin tambaleándose en una ceremonia, Yeltshin bailando extrovertidamente, Yelshin pellizcando a dos mujeres, a unos gerifaltes de la Unión Europea haciendo tonterías en un estrado, a Sarkozi riendo demasiado pasado de vueltas en un atril, a Yeltshin (este omnipresente) y Bill Clinton romperse a reír hasta llorar durante una rueda de prensa oficial, o un jerarca soviético Brezhnev balbucear durante un discurso de fin de año (también aparece otro tipo que no conozco riendo durante una alocución de modo ‘excesivo’).
La escena final es Homérica en su proyección de felicidad en baile liberador de Martin en medio de la celebración estudiantil, se había negado anteriormente a bailar (había sido bailarín en su juventud) ante insistencia de sus amigos, ahora se suelta ataduras y emite extraña sensación agridulce (venimos del funeral del amigo que se ha suicidado), Martin nos viene a decir que hay que intentar ser feliz. Danza desatada que nos ofrece Mikkelsen resulta embriagadora, por momentos parece levitar, saltando por el banco, por el camión, haciendo giros inverosímiles, hasta el éxtasis final en el salto al vacío con resonancias a “Dos hombre y un destino”, fascinante en miscelánea con el tema “What a life” del trío danés Scarlet Pleasure, y ello ante las miradas regocijantes de sus amigos Peter y Nikolaj. Mikkelsen se entrenó como gimnasta y bailarín, y bailó profesionalmente durante una década antes de comenzar a actuar, parece que el que tuvo retuvo, Magno.
El psiquiatra Finn Skårderud del que arranca el experimento de mantener el cuerpo con 0’05 grados de alcohol en el cuerpo como estado natural del humano, repudió sus controvertidas afirmaciones sobre los niveles de alcohol en sangre, insistiendo en que habían sido sacadas de contexto.
Me queda un film atractivo, entretenido y que te hace reflexionar, con el añadido de un final que difícilmente olvidaras. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/01/otra-ronda.html