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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Terror. Intriga Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por un niño huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza cuando, en el quinto cumpleaños de Damien, inesperadamente, su niñera se suicida. Un sacerdote que trata de advertir a Robert del peligro que corre, muere en un inesperado accidente. El creciente número de muertes hace que Robert, por fin, se dé cuenta de que el ... [+]
5 de octubre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
178/17(25/09/16) Obra Maestra absoluta del séptimo arte, una de las cimas del terror, del mejor que es el psicológico, un Clási atemporal bajo la dirección cumbre de Richard Donner wue en su debut en un largometraje de cine (hasta entonces dedicado a serie tv) establece un relato absorbente que te atrapa desde el primer momento en sus turbadoras y sombrías redes, delineando un crescendo dramático arrollador, con electrizantes dosis de escenas de horror nunca vistas hasta entonces (nunca se había visto en pantalla una decapitación). A raíz del éxito comercial y de crítica de “La semilla del diablo” (1968) con la compañía Paramount, y el posterior de “El Exorcista” (1973), de la Warner, la 20th Century Fox gestó esta cinta, especie de secuela de la referida de Polanski, tratando con complejidad el advenimiento del Anticristo (o no), adaptación de un formidable guión original de David Seltzer (“La maldición de Damien” o “Mi gigante”), que hábilmente juega con el espectador, mostrándole un argumento en que realidad y misticismo van en paralelo, la ambigüedad prima, no produciéndose elementos fantásticos, todo es cuestión del filtro con el que se quiera ver, o es la eclosión del Anticristo o todo es fruto de unos dementes que ven fantasmas donde no los hay, esta complejidad eleva la sugestividad de la historia, y que además el centro sea un querubín atomiza la sensación enfermiza. El libreto se apoya en el Apocalipsis, último capítulo del Nuevo Testamento, transcribiendo sus sueños S. Juan en su retiro en la isla de Patmos en el año 95, S. Juan vislumbró el fin del mundo (Apocalipsis). El film tendría sus respectivas secuelas con William Holden y Sam Neill.

El realizador conjuga con ingenio y equilibrio narrativo el suspense, el misterio, la acción, el thriller psicológico, el drama familiar, potenciando el misterio por no mostrarse nunca el mal como algo sobreactuado, caricaturesco, o de fantasía, la catarata de muertes que se desencadena pueden ser fruto del azar, todas posibles sin tener que recurrir a lo satánico, todo evolucionado de modo sobrio, con excelente construcción de personajes, con diálogos y frases inteligentes, con un ritmo narrativo gradual y crescente que te sobrelleva, mientras se construye alrededor un ambiente que se va cerrando, oprimiendo y derivando en lo malsano alrededor de los protagonistas, desbordando inquietud, estremeciendo en neurálgicos momentos, apoyándose bastante más en la sugerencia que en la exhibición, llegándonos el peor de los miedos, el intangible, y encima siendo el supuesto “villano” un niño de aspecto angelical, esto perturba. Donner salpica con sabiduría las escenas impactantes, sin tener que abusar de ellas, pero si alcanzando escenas Iconos del cine, donde se suceden ahorcamientos, empalamientos, caídas al vacío o decapitaciones. El guión es un mecanismo de relojería brillante, componiendo un relato apasionante donde todo es un encadenado de situaciones que fluyen de modo natural, con las pistas hacia “la verdad” goteando de forma incisiva y paulatina, elevándose poco a poco, hasta desembocar en un clímax final desasosegante, y todo cornado por epílogo turbador.

Es un relato que contiene varias sublecturas mas allá de su narración de terror, sobresale su cláscia lucha entre el bien y el mal, pero también habla de cómo un hijo puede ser un factor alienante en una familia, como puede implosionar a una pareja que se ama, como la depresión post-parto de la madre puede devenir en rechazo del hijo como un ser extraño ajeno a ella, algo tratado con habilidad. Film que crea un submundo de elementos con fuerza propia, la Biblia, un cementerio etrusco, y puñales, y por supuesto unos perros rottweiller, guardianes del mal, genial transfiguración.

La puesta en escena resulta vibrante, excelsa como marco para esta thriller psicológico, con una notable dirección artística de Carmen Dillon (“Hamlet”), rodando en Inglaterra, Roma, Jerusalén, y para la escena final en Chicago, con zoo-safaris, bellos monasterios, inquietantes cementerios etruscos, ruinas arqueológicas, esto maximizado por la espléndida fotografía de Gilbert Taylor (“Star Wars”), con un cromatismo arenoso, sobresaliendo los rojos y blancos, con tomas abiertas descriptivas, con primeros planos incisivos. Y está el Icono score de Jerry Goldsmith (“Desafío total”), ganador del Oscar, con unos sobrecogedores coros en latín que te soliviantan y ponen en alerta, con el tema estrella “Ave Satani”, con insertos acongojantes de misa negra, aterrador la sensación que emite, con el perturbador estribillo del canto es, "Sanguis bibimus, edimus corpus, tolle corpus Satani," (Bebemos la sangre, la carne que comemos, levantar el cuerpo de Satanás), intercalado con gritos de "Ave Satani!" y "Ave Versus Christus" (en latín, "Hail, Satanás !" y "Salud, Anticristo” aparte de la obra coral), se contraponen esto a algunos temas de remanso durante la calma en el hogar Thorn.

Gregory Peck magnífico como el embajador Thorn, carismático y con gran y creíble arco de desarrollo, su rostro es modulado de modo sublime para mostrar el interior de su desconcertada mente ante la espiral del Mal en que se sumerge. Lee Remick hace fenomenal trabajo como Kathryn, muy expresivo su lenguaje gestual de desorientación y posterior caída en la depresión. David Warner, como Keith, muy vivaraz y atormentada su interpretación, teniendo buena compenetración con Gregory Peck. Billie Whitelaw como la niñera Baylock resulta una presencia con ese moño recogido a lo enfermera Ratched “Alguien voló sobre el nido del cuco”, cada mirada y gesto horripilan. Harvey Stephens como Damien en su debut en cine dejó huella, nunca más hizo algo importante en la gran pantalla, pero aquí dejó una huella indeleble transmitiendo horror con sus ojos, con su rostro de nunca haber roto plato, con escenas prodigiosas como la de la visita al zoo-safari y sus gritos, o sus también gritos y arrebatos dementes frente a la Iglesia, tremenda actuación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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