Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Wadjda tiene diez años y vive en una sociedad tan tradicional que ciertas cosas como ir en bicicleta le están totalmente prohibidas. A pesar de todo, es una niña divertida y emprendedora que bordea siempre el límite entre lo autorizado y lo prohibido. Wadjda desea tener una bicicleta para poder competir con su amigo Abdullah en una carrera, pero su madre no se lo permite porque las bicicletas son un peligro para la dignidad de una chica. (FILMAFFINITY) [+]
29 de marzo de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
99/34(27/03/21) Loable dramedia que reivindica la lucha contra la marginación femenina en los países musulmanes, hace un canto a la rebeldía contra la opresión social, ataca el fariseísmo y demagogia de las gentes que imparten moral, y todo ello enarbolado desde la cuna del Islam, Arabia Saudita, por lo que hay que alabar la valentía. Teniendo además el raro privilegio de ser la primera producción del país en la nación en su historia, hay que tener en cuenta que en el país de la Meca no hay cines, y encima, por si esto fuera poco, ha sido escrita y dirigida por una mujer, Haifaa al-Mansour (en su debut como directora, se formó en el extranjero y tiene cortos premiados y un documental, "Mujeres sin sombras", ya en su haber). Ganó numerosos premios en festivales de cine de todo el mundo. Seleccionada como la entrada de Arabia Saudita a Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar (lógicamente, primera vez el país presentó una película para los Oscar), pero no fue nominado. Obtuvo con éxito una nominación a Mejor Película Extranjera en los Premios BAFTA. “Wadjda” fue filmada en las calles de Riad, a menudo hizo necesario la directora trabajara desde la parte trasera de una camioneta, ya que no podía mezclarse públicamente con los hombres de la tripulación. A menudo, solo podía comunicarse a través de un walkie-talkie y tenía que ver a los actores en un monitor.

Wadjda (buena Waad Mohammed) es una joven de 10 años que vive con su madre (la estrella de televisión de Arabia Saudita Reem Abdullah) en una casa de Riad. Daddy (Sultan Al Assaf) es el padre, él y su familia (nunca vista, aunque viven al otro lado de la calle) quieren un hijo que su esposa no puede tener. El trasfondo de la historia es si tomará una segunda esposa. Gran parte de la acción tiene lugar en la escuela de niñas de Wadjda, dirigida por la Sra. Hussa (Ahd), que señala a la niña como problemática. Otra encantadora trama secundaria es su amistad con el niño de al lado (Abdullrahman Al Gohani), que tiene una bici, lo que provoca que Wadjda quiera tener otra, aunque esto está mal visto en la sociedad islámica.

La debutante protagonista que da título (original) al film es una niña, Waad Mohammed, Al-Mansour basó el personaje de Wadjda en una de sus sobrinas y también en sus propias experiencias mientras crecía, donde la bicicleta (que da título en España) representa las ansias de libertad personal de las mujeres, las que se niegan a transigir con su papel de cuasi recipientes para engendrar nuevas vidas, un intento de romper el techo de cristal durísimo en estos lugares cerriles, seres discriminados desde la infancia cual humanos de segunda, que se les alecciona para ello para mantenerse cuasi invisibles, donde la religión sirve para asfixiarlas, ello con un retrato alejado de dramatismos profundos de la sociedad en Arabia, con un tono suave (alejado del tono descarnado de otra cinta en la misma onda como fue la afgana “Osama” del 2003), con pequeños pellizquitos, con lugar a la esperanza, una pequeña historia central con otras adyacentes que reflejan el microcosmos imperante, donde hay cabida para el humor, para romances platónicos, para dramas, para aventuras. La nobel actriz da un recital de carisma, carácter, expresividad, energía, vitalidad contagiosa, un soplo de aire fresco que nos regala ese final con reminiscencias a “Los 400 golpes”.

En su debe es precisamente su falta de hondura dramática, se queda un tanto en la superficie, no queriendo hincar demasiado el diente en esta sociedad ultra-machista, como no queriendo molestar demasiado a este micromundo donde las mujeres ni si quiera pueden salir solas a la calle. Siendo una historia bonita de ver, te deja un sabor agradable con su final, pero adolece de capacidad de calado duradero. La película te resulta un ágil y bonito fresco, pero nunca llega a sorprender.

Wadjda es un chica individualista y moderna, lleva tenis converse (con la imagen que arranca la cinta, en símbolo de la personalidad de la joven), escucha música pop, deja ver su cabello y rostro por la calle, monta en bici, sufre el aleccionamiento atávico-machista desde varios frentes, incluso desde las mujeres que quieren perpetuar su rol secundario dependiente y sumisas al hombre. Con una madre castradora que le niega su sueño, la regaña su espíritu indomable, la reprende por cotillear sobre su maestra, pero al final es ella la que termina ‘marujeando por teléfono sobre el tema, la hipocresía del típico ‘dime de que presumes...’; En el colegio (madraza) vive en un estado permanente de temor, donde la directora resulta una arpía dispuesta a vejar cuanto pueda a las alumnas, apoyándose en interpretaciones radicales del Corán, llega incluso a regañarlas por dejar oír su voz a hombres (según ella la voz de una mujer es su desnudez??), pero esto cuando descubrimos por ojos de Wadjda que tiene un amante furtivo que entra a escondidas a su casa, la mencionada demagogia del ‘consejos vendo que para mí no tengo’. Explotando todo esto en el muy bien llevado concurso sobre el Corán en el colegio, donde el mensaje es que no es lo mismo ser teólogo (o sea, aprender todo sobre las escrituras sagradas) que ser religioso, con ese final ‘touché’ de Wadjda contra su enemiga directora que le ha hurtado lo que ella quería.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow