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Voto de TOM REGAN:
8
6.6
1,858
Serie de TV. Thriller
Secuela de "El alienista" (The Alienist, 2018). Tras abrir su propia agencia de detectives privados, Sara se reúne con el alienista Dr. Kreizler, y John Moore, ahora un reportero del New York Times, para intentar encontrar a la hija secuestrada del cónsul español. Su investigación los llevará por un siniestro camino de asesinatos y engaños, en dirección a un peligroso y esquivo asesino. La serie arroja luz sobre algunos temas ... [+]
1 de febrero de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
34/34(31/01/21) Sugestiva segunda temporada de la serie basada en las novelas de Caleb Carr con protagonismo para el alienista Kreizzler (pionero en estudiar los perfiles criminales, los “Mindhunter”) en este caso en la homónima de 1997. Regresando el mismo equipo de protagonistas, con Daniel Brühl encarnando al psicólogo Dr. Laszlo Kreizler, figura cercana al espíritu deductivo de Sherlock Holmes cruzado con el análisis psíquico de Sigmund Freud, con Luke Evans dando de nuevo vida a John Moore, que ha pasado de ilustrador a reportero del New York Times, y Dakota Fanning como Sara Howard, ahora encargada de una agencia de detectives, es ella la que ha pasado a tener más liderazgo en detrimento de Laszlo, en consonancia con la ola #Metoo de empoderamiento femenino que tan bien enarbola la cadena productora del film, Netflix, y la actriz la embiste con gran intensidad dramática, con gran seguridad en sí misma, siendo efectivo su rol para un caso envuelto en los problemas de maternidad. También en roles secundarios vuelven los hermanos Marcus y Lucius Isaacson Douglas Smith y Matthew Shear), como los forenses policiales amigos del trío protagónico, Robert Ray Wisdom como Cyrus, ahora llevando un bar, y sobre todo un roba escenas Ted Levine como el ex comisionado de la policía de Nueva York Thomas Byrnes, también personaje real (1842-1910). En esta ocasión se añaden Matt Letscher como el mítico magnate mediático (1863-1951) William Randolph Hearst (el que Orson Welles inmortalizó con su alter ego “Ciudadano Kane”), como un manipulador amarillista embarcado en su cruzada por montar la guerra contra España por Cuba, Michael McElhatton (Roose Bolton en “Game of Thrones”) como el pérfido y también real Dr. James W. Markoe (1862-1920); y sobre todo un enorme descubrimiento en la debutante en pantalla Rosy McEwen encarnando a la enfermera Libby Hatch; Lara Pulver como la alienista Karen Stratton que tiene una tierna relación platónica con Laszlo; con algo menos de peso Emily Barber como Violet Hayward, superficial ahijada de Hearst prometida a John Moore, y Frederick Schmidt como Goo Goo Knox, líder real de los Hudson Duster (pandilla callejera formada a principio de la década de 1890). El showrunner ha cambiado a David Carolan (guionista de tres de los episodios de la temporada), y en la dirección está David Caffrey (“Line of Duty” o “Peaky Blinders”) en cinco episodios y Clare Kilner (“Sneaky Pete” o “Snowpiercer”) en los tres restantes, y estando en la producción gente tan reputada como Cary Joji Fukunaga (“Los sin nombre”, “Beast of No Nation”, o “True Detective”), Eric Roth (guionista de “Forrest Gump” “El curioso caso de Benjamin Button” o “Munich”), o Jakob Verbruggen (“The fall”, “House of cards”, “London Spy”).
Estos buenos edifican una serie absorbente en su densidad malsana, atrapándote en sus patológicas redes, conformando una atmósfera marcadamente gótica, gracias a una notable ambientación, donde la fotografía expresionista, junto a los maravillosos escenarios (los exteriores naturales rodados en Budapest recreando la Nueva York de finales del SXIX, ayudado por fenomenales efectos visuales), creando estampas preciosas de la urbe, así como sus callejuelas deprimentes, el lujo y boato de sus mansiones, restaurantes, el siniestro hospital maternal, los avernales bajos fondos, esto exaltado por el maravilloso vestuario, los carruajes. Ello emitiendo desazón y desesperanza al espectador, en un relato descarnado que se adentra en la lóbrego de la mente humana, en los recovecos de los traumas de la juventud, sobre un tablero con ‘bebicidios’, ejecuciones en la silla eléctrica, secuestros de recién nacidos, asesinatos truculentos, torturas, masacres, y sobre todo en una trama que engancha incluso más que en la primera temporada, pues me resulta más sólida y cohesionada, profundizando aún más en sus protagonistas, con un fresco mejor de la sociedad del momento, sus miserias reflejadas en una clínica especializada en acoger a las amantes de millonarios embarazadas para robarles los bebes, o el nacimiento de la prensa sensacionalista capaz de movilizar la opinión pública, o la irrupción del sentimiento de una mujer que puede ser independiente del hombre.
Tiene un comienzo sugerentemente turbador con una vigorosa edición sobre una mujer (Hebe Beardsall) en el hospital maternal Lying-In que se despierta en pavor porque dice que su bebe ha desaparecido de la cuna, y lo que ocurre es que la detiene acusándola de haber matado a su hijo, eso sin que aparezca el bebe, hay una elipsis y ya vemos que ha sido condenada a morir por el delito en la silla eléctrica en Sing Sing, ello apoyándose en la prueba de cargo del Dr. Markoe (director del materno). En el día de la ejecución asistimos al bullicio generado por el hecho. Sarah y Laszlo están presentes en la sala de la silla eléctrica, y la joven protesta enérgicamente al no llegar el indulto del gobernador. Tras ello Sarah por su cuenta e indignada por lo que ella cree es una injusticia comienza a trabajar en dar con el bebe, pero la cosa se agrava cuando el bebe de la mujer del cónsul español desaparece del consulado, habiendo en la cuna un muñeco. La Sra. Linares acude a la detective Sarah Howard para dar con su hijo, sin hacérselo saber a la policía por la tensión reinante entre USA y España por Cuba, avivados por el líder mediático William Randolph Hearst.
Estos buenos edifican una serie absorbente en su densidad malsana, atrapándote en sus patológicas redes, conformando una atmósfera marcadamente gótica, gracias a una notable ambientación, donde la fotografía expresionista, junto a los maravillosos escenarios (los exteriores naturales rodados en Budapest recreando la Nueva York de finales del SXIX, ayudado por fenomenales efectos visuales), creando estampas preciosas de la urbe, así como sus callejuelas deprimentes, el lujo y boato de sus mansiones, restaurantes, el siniestro hospital maternal, los avernales bajos fondos, esto exaltado por el maravilloso vestuario, los carruajes. Ello emitiendo desazón y desesperanza al espectador, en un relato descarnado que se adentra en la lóbrego de la mente humana, en los recovecos de los traumas de la juventud, sobre un tablero con ‘bebicidios’, ejecuciones en la silla eléctrica, secuestros de recién nacidos, asesinatos truculentos, torturas, masacres, y sobre todo en una trama que engancha incluso más que en la primera temporada, pues me resulta más sólida y cohesionada, profundizando aún más en sus protagonistas, con un fresco mejor de la sociedad del momento, sus miserias reflejadas en una clínica especializada en acoger a las amantes de millonarios embarazadas para robarles los bebes, o el nacimiento de la prensa sensacionalista capaz de movilizar la opinión pública, o la irrupción del sentimiento de una mujer que puede ser independiente del hombre.
Tiene un comienzo sugerentemente turbador con una vigorosa edición sobre una mujer (Hebe Beardsall) en el hospital maternal Lying-In que se despierta en pavor porque dice que su bebe ha desaparecido de la cuna, y lo que ocurre es que la detiene acusándola de haber matado a su hijo, eso sin que aparezca el bebe, hay una elipsis y ya vemos que ha sido condenada a morir por el delito en la silla eléctrica en Sing Sing, ello apoyándose en la prueba de cargo del Dr. Markoe (director del materno). En el día de la ejecución asistimos al bullicio generado por el hecho. Sarah y Laszlo están presentes en la sala de la silla eléctrica, y la joven protesta enérgicamente al no llegar el indulto del gobernador. Tras ello Sarah por su cuenta e indignada por lo que ella cree es una injusticia comienza a trabajar en dar con el bebe, pero la cosa se agrava cuando el bebe de la mujer del cónsul español desaparece del consulado, habiendo en la cuna un muñeco. La Sra. Linares acude a la detective Sarah Howard para dar con su hijo, sin hacérselo saber a la policía por la tensión reinante entre USA y España por Cuba, avivados por el líder mediático William Randolph Hearst.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El escenario principal en buena parte de los episodios es el materno hospital Liying-Inn, institución decadente, que sirve para veamos los rudimentarios métodos médicos del tiempo, lugar cochambroso, semi oscuro, con charcos de sangre, gritos de mujeres, baños asquerosos. Vemos la situación en la que caían muchas mujeres que servían de cortesanas a poderosos y que cuando las preñaban las mandaban al ‘patio trasero’ a secuestrarles su hijo, la opresión femenina fruto de ser utilizadas como objetos sexuales a desechar, esto en contraposición con la adelantada a su tiempo Sarah Howard, valiente, autosuficiente, trabajadora, inteligente, lejos del estereotipo de mujer con el objetivo de ser madre, esto le da vida la Fanning de modo brillante. La antagonista clara de Sarah es la villana su némesis, ansiosa de ser madre y formar un hogar familiar, al que el guión dota de carácter para hacernos entendible sus motivaciones, no es una caricatura, tiene fuerte personalidad, y manteniendo algunos fenomenales duelos entre ambas actrices.
Ello en un relato ingenioso con muchos e ingenioso giros y sorpresas, como mucha tensión y acción violenta incisiva. Con un gran manejo del increscendo dramático, con buenas escenas de acción, y con un final satisfactorio. Donde los tres protagonistas se hunden de lleno con sus habilidades en el enrevesado caso, además ello entrelazado a sus propias relaciones particulares. Por un lado está el triángulo formado por Sarah y John, con una tensión sexual latente entre cambios, donde chocan sus anhelos de futuro, él desea formar una familia, y ella no cree estar preparada para ello, quiere dedicarse a su trabajo, mientras él está prometido con la plúmbea Violet, apadrinada por el potentado Hearst, una relación que emociona en su desarrollo, y sobre todo en su resolución. Ello con un gran Luke Evans dejanto traslucir con sutilidad soterrada el gran amor que siente por la detective. Esta relación también tiene que ver con el encorsetamiento y la flema de la clase alta, incapaz de expresar de modo claro sus sentimientos; En el otro lado está Laszlo Kreissler teniendo problemas en su orfanato con un joven (esta una sub trama sub desarrollada), pero sobre todo tiene una entrañable relación con otra alienista como la culta Karen Stratton, donde en el rush final deberá decidir el Dr. hacia dónde ir. Esta sub trama cojea con respecto a la otra de Sarah y John, aunque Daniel Bruhl imprime mucha intensidad a su atormentado personaje.
No se sabe si habrá más temporadas, pues las dos novelas publicadas sobre las ‘aventuras’ del Dr. Kreizler ya han sido adaptadas, no hay más. Hay una secuela, “The Alienist at Armageddon” (situada 18 años después de esta, en plena Gran Guerra Mundial), que se anunció por el autor Caleb Carr para el 2019, pero aún no se ha publicado, y se espera se retrase a 2022. Pero los guionistas podrían inventar por su cuenta, nada es descartable.
El caso de Martha Napp (la mujer que electrocutan al inicio) estuvo muy inspirado por una persona real llamada Martha Place, ejecutada en la silla eléctrica de la prisión de Sing Sing. Incluso fue la primera mujer en ser ejecutada por una silla eléctrica y sucedió dos años después de los eventos que presentaban al personaje de Martha Napp en “Angel of Darkness”. Martha Place fue condenada por el asesinato por asfixia de su hijastra de 17 años.
Destacar la aparición en el reparto de dos actores españoles (y haciendo de españoles): Bruna Cusí (Verano 1993) y Diego Martín (Aquí no Hay quien Viva).
Me queda una atractiva y cautivadora serie, con sus defectos, pero adictiva en su clima turbio. Fuerza y honor!!!
Ello en un relato ingenioso con muchos e ingenioso giros y sorpresas, como mucha tensión y acción violenta incisiva. Con un gran manejo del increscendo dramático, con buenas escenas de acción, y con un final satisfactorio. Donde los tres protagonistas se hunden de lleno con sus habilidades en el enrevesado caso, además ello entrelazado a sus propias relaciones particulares. Por un lado está el triángulo formado por Sarah y John, con una tensión sexual latente entre cambios, donde chocan sus anhelos de futuro, él desea formar una familia, y ella no cree estar preparada para ello, quiere dedicarse a su trabajo, mientras él está prometido con la plúmbea Violet, apadrinada por el potentado Hearst, una relación que emociona en su desarrollo, y sobre todo en su resolución. Ello con un gran Luke Evans dejanto traslucir con sutilidad soterrada el gran amor que siente por la detective. Esta relación también tiene que ver con el encorsetamiento y la flema de la clase alta, incapaz de expresar de modo claro sus sentimientos; En el otro lado está Laszlo Kreissler teniendo problemas en su orfanato con un joven (esta una sub trama sub desarrollada), pero sobre todo tiene una entrañable relación con otra alienista como la culta Karen Stratton, donde en el rush final deberá decidir el Dr. hacia dónde ir. Esta sub trama cojea con respecto a la otra de Sarah y John, aunque Daniel Bruhl imprime mucha intensidad a su atormentado personaje.
No se sabe si habrá más temporadas, pues las dos novelas publicadas sobre las ‘aventuras’ del Dr. Kreizler ya han sido adaptadas, no hay más. Hay una secuela, “The Alienist at Armageddon” (situada 18 años después de esta, en plena Gran Guerra Mundial), que se anunció por el autor Caleb Carr para el 2019, pero aún no se ha publicado, y se espera se retrase a 2022. Pero los guionistas podrían inventar por su cuenta, nada es descartable.
El caso de Martha Napp (la mujer que electrocutan al inicio) estuvo muy inspirado por una persona real llamada Martha Place, ejecutada en la silla eléctrica de la prisión de Sing Sing. Incluso fue la primera mujer en ser ejecutada por una silla eléctrica y sucedió dos años después de los eventos que presentaban al personaje de Martha Napp en “Angel of Darkness”. Martha Place fue condenada por el asesinato por asfixia de su hijastra de 17 años.
Destacar la aparición en el reparto de dos actores españoles (y haciendo de españoles): Bruna Cusí (Verano 1993) y Diego Martín (Aquí no Hay quien Viva).
Me queda una atractiva y cautivadora serie, con sus defectos, pero adictiva en su clima turbio. Fuerza y honor!!!