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Voto de TOM REGAN:
6
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Terror
Las radiaciones procedentes de un satélite provocan un fenómeno terrorífico: los muertos salen de sus tumbas y atacan a los hombres para alimentarse. La acción comienza en un cementerio de Pennsylvania, donde Barbara, después de ser atacada por un muerto viviente, huye hacia una granja. Allí también se ha refugiado Ben. Ambos construirán barricadas para defenderse de una multitud de despiadados zombies que sólo pueden ser vencidos con ... [+]
23 de julio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
155/20(21/07/17) Film icónico del género terror, y más concretamente del zombi, obra de bajo presupuesto, serie b underground realizada en su debut en un largometraje con 27 años George Andrew Romero (director, guionista, montador y fotógrafo), lo catapultó a ser uno de los gurús del Horror, con 114,000 $ recaudó 12 millones $ en el país y 18 millones $ en el extranjero, clásico de culto desde entonces. Polémica en su estreno por sus momentos gore, que el tiempo ha elevado (demasiado) siendo seleccionada para la Biblioteca del Congreso para su conservación en el Registro Nacional de Cine, considerada "cultural, histórica o estéticamente significativa". Romero se inspiró en la novela de Richard Matheson “Soy leyenda” (1954). El gore en el cine se atribuye a Herschell Gordon Lewis, director y guionista de “2000 Maniacs” (1964), y con respecto a los zombis, esta vertiente del terror se inició en la década de los 30 con “La legión de los hombres sin alma” (1932) y “Yo anduve con un zombi” (1943), pero idea del zombi procede de la misteriosa religión vudú de Haití, terratenientes que esclavizaban a sus obreros negros con lavado de cerebro usando fuertes drogas, dando apariencia de estar muertos en vida. Romero tomó la idea de que un muerto se pueda levantar de su tumba, y lo mezcló con el concepto vampirismo, dotó a esta criatura de canibalismo, provocando con ello todo un manantial de cine slasher (inmensa mayoría bazofia).
Rodada en eficaz blanco y negro, con actores desconocidos, co-guionizada Romero con su socio John A. Russo, crean con tino una ambientación sórdida-opresiva, asfixiante, con un trabajo de cámara notable para emitir un estado de ánimo inquietante, con genuinos brotes expresionistas, jugando con habilidad con los sonidos insidiosos, provocando en el espectador sensación de claustrofobia, pudiendo sentirse como un western en que la casa se convierte en un típico fuerte en la frontera, y los zombis como los indios “salvajes” que intentan acaba con los del interior.
Es una cinta que dada su fama y sus evidentes carencias artísticas se ve con curiosidad antropológica, tiene momentos apreciables, y sobre todo novedosos para su tiempo, teniendo que entender el impacto que pudieron sufrir muchos espectadores en la sal del cine al ver ciertas escenas de cuerpos en descomposición, con zombis comiéndose a humanos, o varias muertes canibalíticas. Pero la ternura que puedan despertar estos momentos pioneros en el celuloide no pueden ocultar sus notorias taras, y es que por mucho que se pueda querer decir que el relato es original es faltar a la razón, pues es una mezcla un tanto chapucera de otras muchísimas influencias, como las ya referidas del oeste, “Los pájaros”, “Soy Leyenda”, y más.
Muchos han querido ver sublecturas políticos en el relato, una crítica remanente a los Estados Unidos de los 60, en el hecho de mostrar una sociedad cainita, que se devora entre sí, egoísta, individualista, paranoica, aislada entre la multitud; una visión deprimente de cómo las autoridades no saben protegernos de los peligros que se nos ciernen, con exégetas que han creído ver una alegoría sobre la latente Guerra del Vietnam, esto se han querido ver paralelismos en los reportajes que los asediados observan por la tele en que se hacen operaciones militares para acabar con los desarmados zombis, cual si fuera el ejército USA exterminando a norvietnamitas; Hubo quien vio en la motivación del alzamiento de los muertos una acerada crítica a la carrera nuclear, a sus devastadores riesgos, en un tiempo en que la Guerra Fría estaba en plena ebullición; Colocar como héroe a un afroamericano causó polémica, la cinta se estrenó en plena ebullición de la lucha por los derechos civiles, queriendo ver algunos un subtexto de rebelión de los negros contra los “zombis” blancos, en realidad la cosa fue más sencilla según cuenta Romero, y es que dijo que lo escogió no por su color de piel, fue elegido porque no encontró a otro que quisiera trabajar casi de gratis; Más subcapas se pueden esconder tras una aciaga radiografía de la institución familiar su desestructuración alienante, donde hermanos atacan a hermanos, donde los hijos se comen a sus padres, los muy puntillosos pueden atisbar un mundo donde la falta de referentes morales implosionan y auto-devoran la nuclearización santa de la familia.
El guión es ingenioso al trazar unos personajes arquetípicos sin fondo, sin mundo interior, su modo de actuar es superficial y visceral, meras máquinas de supervivencia en sus modos, con lo que la conexión es más fácil para el grueso de los espectadores, para los que pretendan personajes tridimensionales hallaran el más absoluto vacío, pues son roles sin personalidad propia, nada sabremos de ellos, parten de cero cuando los vemos. Asimismo Romero dosifica con esmero la acción violenta, con los tramos de tensión dramática de los enfrentamientos entre los “vivos”, haciendo de sus desavenencias un crisol de modos de actuar ante las dificultades de la vida, consiguiendo un aura de latente peligro sobre la vivienda, aunque con mucho efectismo artificioso forzado, al que hay que darle muchas (pero muchas licencias).
El arranque de la cinta es su mejor herramienta para enganchar al espectador, con ritmo furioso nos mete en situación en apenas unos minutos la acción y la violencia se han desatado, con una impresión general de estar ante un docu-drama por el modo crudo en que se desarrolla la acción. Luego se calma la situación para pasar del terror a la tensión entre el grupo de supervivientes, chocando los diferentes modos en que creen que deben afrontar el zombiesco peligro, los liderazgos se enfrentan, el egoísmo se hace presente, la cobardía aflora, los fuertes se enfrentan y los débiles quedan inseguros y a la deriva sin saber bien que es lo mejor. (sigue en spoiler)
Rodada en eficaz blanco y negro, con actores desconocidos, co-guionizada Romero con su socio John A. Russo, crean con tino una ambientación sórdida-opresiva, asfixiante, con un trabajo de cámara notable para emitir un estado de ánimo inquietante, con genuinos brotes expresionistas, jugando con habilidad con los sonidos insidiosos, provocando en el espectador sensación de claustrofobia, pudiendo sentirse como un western en que la casa se convierte en un típico fuerte en la frontera, y los zombis como los indios “salvajes” que intentan acaba con los del interior.
Es una cinta que dada su fama y sus evidentes carencias artísticas se ve con curiosidad antropológica, tiene momentos apreciables, y sobre todo novedosos para su tiempo, teniendo que entender el impacto que pudieron sufrir muchos espectadores en la sal del cine al ver ciertas escenas de cuerpos en descomposición, con zombis comiéndose a humanos, o varias muertes canibalíticas. Pero la ternura que puedan despertar estos momentos pioneros en el celuloide no pueden ocultar sus notorias taras, y es que por mucho que se pueda querer decir que el relato es original es faltar a la razón, pues es una mezcla un tanto chapucera de otras muchísimas influencias, como las ya referidas del oeste, “Los pájaros”, “Soy Leyenda”, y más.
Muchos han querido ver sublecturas políticos en el relato, una crítica remanente a los Estados Unidos de los 60, en el hecho de mostrar una sociedad cainita, que se devora entre sí, egoísta, individualista, paranoica, aislada entre la multitud; una visión deprimente de cómo las autoridades no saben protegernos de los peligros que se nos ciernen, con exégetas que han creído ver una alegoría sobre la latente Guerra del Vietnam, esto se han querido ver paralelismos en los reportajes que los asediados observan por la tele en que se hacen operaciones militares para acabar con los desarmados zombis, cual si fuera el ejército USA exterminando a norvietnamitas; Hubo quien vio en la motivación del alzamiento de los muertos una acerada crítica a la carrera nuclear, a sus devastadores riesgos, en un tiempo en que la Guerra Fría estaba en plena ebullición; Colocar como héroe a un afroamericano causó polémica, la cinta se estrenó en plena ebullición de la lucha por los derechos civiles, queriendo ver algunos un subtexto de rebelión de los negros contra los “zombis” blancos, en realidad la cosa fue más sencilla según cuenta Romero, y es que dijo que lo escogió no por su color de piel, fue elegido porque no encontró a otro que quisiera trabajar casi de gratis; Más subcapas se pueden esconder tras una aciaga radiografía de la institución familiar su desestructuración alienante, donde hermanos atacan a hermanos, donde los hijos se comen a sus padres, los muy puntillosos pueden atisbar un mundo donde la falta de referentes morales implosionan y auto-devoran la nuclearización santa de la familia.
El guión es ingenioso al trazar unos personajes arquetípicos sin fondo, sin mundo interior, su modo de actuar es superficial y visceral, meras máquinas de supervivencia en sus modos, con lo que la conexión es más fácil para el grueso de los espectadores, para los que pretendan personajes tridimensionales hallaran el más absoluto vacío, pues son roles sin personalidad propia, nada sabremos de ellos, parten de cero cuando los vemos. Asimismo Romero dosifica con esmero la acción violenta, con los tramos de tensión dramática de los enfrentamientos entre los “vivos”, haciendo de sus desavenencias un crisol de modos de actuar ante las dificultades de la vida, consiguiendo un aura de latente peligro sobre la vivienda, aunque con mucho efectismo artificioso forzado, al que hay que darle muchas (pero muchas licencias).
El arranque de la cinta es su mejor herramienta para enganchar al espectador, con ritmo furioso nos mete en situación en apenas unos minutos la acción y la violencia se han desatado, con una impresión general de estar ante un docu-drama por el modo crudo en que se desarrolla la acción. Luego se calma la situación para pasar del terror a la tensión entre el grupo de supervivientes, chocando los diferentes modos en que creen que deben afrontar el zombiesco peligro, los liderazgos se enfrentan, el egoísmo se hace presente, la cobardía aflora, los fuertes se enfrentan y los débiles quedan inseguros y a la deriva sin saber bien que es lo mejor. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Puesta en escena vital para insuflar clima turbador reinante, desolación, aislamiento, rodando en Pennsylvania (USA), cerca de la ciudad de Evans. Accesorios y efectos especiales simples y limitados por el presupuesto, la sangre en realidad jarabe de chocolate Bosco rociado sobre los cuerpos, la carne consumida consistía en jamón tostado y entrañas donadas por uno de los actores, que poseía cadena de carnicerías; el vestuario consistió en ropa de segunda mano de miembros del reparto; el maquillaje zombi varió durante el rodaje, inicialmente era piel blanca con ojos ennegrecidos, a medida progresaba, el presupuesto creció, disponían de más medios, se reflejó en tener cera para para simular heridas y carne en descomposición. El propio Romero se encargó de la fotografía y montaje, rodando por limitaciones del dinero en 35 mm en b/n, haciendo del defecto virtud, este modo de filmar bañaba de sensación de filmación de “guerrilla”, destaca el modo en que juega con el goticismo visual, tomas holandesas, sombras, contrapicados, sumado a la eléctrica edición, hace apreciable como se exprimían los exiguos medios. La banda sonora es una selección musical reciclada de otros medios (series de tv y cine serie b, llama atención que recoja música del film “Plan 9 del espacio exterior” [1959] de Ed Wood, considerada la peor película de la historia), reciclada de series de tv y otros films serie b, sabiendo infundir con la heterogénea mezcla palpitaciones de sostenido temor. Los fundamentales efectos sonoros creados por WRS Studio en Pittsburgh, para crujidos, pasos de zombis, gruñidos, sonido de comer carne, explosiones, disparos, etc, muy buenos.
Spoiler:
Lo bueno viene acompañado de mucho defecto, alguno ya remarcadas, otras: Actuaciones van de lo nefasto (Judith O'Dea, chica catatónica) a lo pésimo (la madre de la niña), pasando por lo inane (novia del chico), que no llegan a pasar el corte, en mi buenismo salvaré de los zombis a Karl Hardman, como el nervioso tipo del sótano; La personalidades quedan rancias, un tipo (Duane Jones) que se autoerige en líder absoluto (porque lo valgo) y que no hace caso a nadie, las mujeres son representadas con bastante misoginia, ninguna pasa del encefalograma plano; Actuaciones horrendas de los que hacen de zombis, incluso miran a cámara, o lo de que siendo meros cerebros que se mueven por impulsos (se supone esto), tengan mentalidad constructiva, cogiendo piedras o palos para atacar, ERROR!; Recursos dramáticos pésimos de lo ajados y metidos con calzador, como la mujer que anda hacia atrás, cae, y ante el peligro que se le acerca no es capaz de levantarse; el ritmo no siempre resulta acertado cayendo en tramos en que nos olvidamos de los zombis por el rato que discuten en bucle continuo, uno con el sótano y el otro con estar arriba, y vuelta a empezar, alargándose discusiones sin sentido, se eternizan los tramos en que los asediados ven noticias de la tele, parece un cortometraje dentro de la película, MAL; Planos con manos zombis sobresaliendo entre tablones e intentando coger a una chica, quedan entre patéticas, se nota se puede escapar cuando lo desee, recuerda a Martin Landau en “Ed Wood” (1994) peleando con el pulpo gigante, fachoso (siendo benévolo); El final con el negro oyendo disparos fuera y no gritar pidiendo ayuda es de traca, Romero quiere ofrecer un final deprimente, tras lo mucho que ha pasado el “héroe” con los zombis, lo matan los vivos, los hillbillys de la turba de caza-zombis lo ven y le disparan letalmente, queda bien como recurso de sublectura racista.
Sumado lo bueno y malo, me queda una interesante propuesta, muy envejecida por el tiempo, pero de visión obligada a todo cinéfilo que se precie de ver películas icono, que no obras maestras (ni de lejos), que marcan un antes y después, no sabiendo decir si esto fue bueno o malo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/07/la-noche-de-losmuertos-vivientes.html
Spoiler:
Lo bueno viene acompañado de mucho defecto, alguno ya remarcadas, otras: Actuaciones van de lo nefasto (Judith O'Dea, chica catatónica) a lo pésimo (la madre de la niña), pasando por lo inane (novia del chico), que no llegan a pasar el corte, en mi buenismo salvaré de los zombis a Karl Hardman, como el nervioso tipo del sótano; La personalidades quedan rancias, un tipo (Duane Jones) que se autoerige en líder absoluto (porque lo valgo) y que no hace caso a nadie, las mujeres son representadas con bastante misoginia, ninguna pasa del encefalograma plano; Actuaciones horrendas de los que hacen de zombis, incluso miran a cámara, o lo de que siendo meros cerebros que se mueven por impulsos (se supone esto), tengan mentalidad constructiva, cogiendo piedras o palos para atacar, ERROR!; Recursos dramáticos pésimos de lo ajados y metidos con calzador, como la mujer que anda hacia atrás, cae, y ante el peligro que se le acerca no es capaz de levantarse; el ritmo no siempre resulta acertado cayendo en tramos en que nos olvidamos de los zombis por el rato que discuten en bucle continuo, uno con el sótano y el otro con estar arriba, y vuelta a empezar, alargándose discusiones sin sentido, se eternizan los tramos en que los asediados ven noticias de la tele, parece un cortometraje dentro de la película, MAL; Planos con manos zombis sobresaliendo entre tablones e intentando coger a una chica, quedan entre patéticas, se nota se puede escapar cuando lo desee, recuerda a Martin Landau en “Ed Wood” (1994) peleando con el pulpo gigante, fachoso (siendo benévolo); El final con el negro oyendo disparos fuera y no gritar pidiendo ayuda es de traca, Romero quiere ofrecer un final deprimente, tras lo mucho que ha pasado el “héroe” con los zombis, lo matan los vivos, los hillbillys de la turba de caza-zombis lo ven y le disparan letalmente, queda bien como recurso de sublectura racista.
Sumado lo bueno y malo, me queda una interesante propuesta, muy envejecida por el tiempo, pero de visión obligada a todo cinéfilo que se precie de ver películas icono, que no obras maestras (ni de lejos), que marcan un antes y después, no sabiendo decir si esto fue bueno o malo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/07/la-noche-de-losmuertos-vivientes.html