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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Comedia. Drama La doctora Sharon Gill, que está haciendo una sustitución, le comunica a un paciente que le quedan sólo 90 minutos de vida. Cuando se da cuenta de su error, trata desesperadamente de localizar a ese hombre, que recorre frenéticamente la ciudad para tratar de corregir todos los errores que ha cometido en su vida. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2019
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15/15(23/01/19) Me he decidido a ver este film para finalizar el tributo a Robin Williams (11 de agosto de 2014), al que le dediqué un ciclo con sus películas más llamativas tras su muerte, y termino con esta que fue la última que se estrenó con él en vida (tuvo tres largometrajes más que estaban en post-producción cuando falleció), teniendo paralelismos morbosos con la vida real del cómico, se trata de un hombre que se está muriendo y que en un momento determinado intenta suicidarse, incluso su personaje dice "Mi lápida leerá, '1951 - 2014'", los años reales, de la vida real de Williams. Sobre el papel un argumento estimulante (qué harías si te enteraras que te queda muy poco de vida, en que aprovecharías el tiempo), súmese a unos actores de prestigio (Robin Williams, Mila Kunis, Melissa Leo, James Earl Jones, Peter Dinklage …), el director Phil Alden Robinson de la fascinante y capriana “Campo de sueños”, pero tras un comienzo sugerente, con trazas a cuasi-parodia de la cinta de Joel Schumacher “Un día de furia” (1993), con un Robin Williams (Henry Altmann), relatando en off cual libro todas las cosas que no puede soportar (en un diatriba con reminiscencias al Monty Brogan de “loa última noche” y su monólogo incendiario frente al espejo), ello mientras conduce por cerca del parque Washington Square de Nueva York, su coche es golpeado por un taxista, y se desata en su verborrea en una discusión electrizante, con un diálogo afilado, me llego a preguntar que han podido ver de malo en la película la crítica general, entonces el film avanza unos minutos y la narración cual barco a la deriva las fugas de agua la hacen zozobrar rápidamente en un hundimiento estrepitoso, con un comportamiento estrafalario de los personajes, con un desarrollo ramplón, con un caos de tonos que se atropellan sin saber si es una comedia negra o un drama de redención, y es que no te mueve a sonrisa alguna, ni te mueve a reflexión moral, con cameos sonrojantes que dan grima, ejemplo zenit ver tartamudear a la mítica voz de Darth Vader (James Earl Jones), por no hablar de la de Luis CK, con situaciones que discurren entre lo esperpéntico y la vergüenza ajena. Inspirado en la película israelí de 1997 "The 92 Minutes of Mr. Baum", en la que el actor y director Assi Dayan trató de imaginar cómo las peores noticias posibles podrían sacar lo mejor de alguien, este remake de Alden Robinson, dirigiendo su primera película desde 2002 ("La suma de todos los miedos"), es guionizado por Daniel Taplitz (“Vaya caos” o “Red Dog”), vuelve como en “Field of dreams” a dibujar un relato con aspiración es al buenismo impositivo de Frank Capra, y le queda un churro.

La película es un barullo indescifrable, donde no se entiende el porqué de esa lisérgica voz en off constante, el porqué de la importancia del personaje de la doctora (Dra. Sharon Gill encarnada por una fuera de lugar (Mila Kunis, un rol descafeinado) que estorba de lo que debiera ser lo primordial, con ese momento grimante en que te dices “pero que se ha tomado el guionista?”, pues que nos tengamos que tragar que la médica le da a un tipo intelectualmente avanzado (es abogado) 90 minutos de vida y él no se hecha a reír, me recuerda al chiste del tipo que va a l médico, vuelve a su casa y la mujer le pregunta que le ha dicho “Primero me ha dado una semana de vida, pero como no tenía para pagarle me ha dado un mes”, y es que es tomarnos el pelo la premisa, porque 90 y no 88 o 93? Menuda chaladura e insulto a la inteligencia, y además al tipo lo han tenido esperando dos horas hasta a tenderle, eso no le debería encolerizar contra el hospital? Es insultar a nuestra inteligencia, y a partir de aquí todo se va a pique, con una odisea contrarreloj supuestamente existencial del protagonista saltando de lugar en lugar por la ciudad intentando redimirse de sus “pecados”, ello salpicado por algunos pastelosos flash-back en que nos dan una semblanza del porqué del carácter agrio de Henry (todo muy simplista y maniqueo), y todo ello coronado en un clímax y epílogo vomitivo, el azúcar cuando se rodó se debió agitar en Nueva York, lo gastaron todo aquí, menuda almibaramiento baratillo. Aderezado por unos personajes más planos que el encefalograma de Franco, sin hondura, sin carácter, meros guiñoles histriónicos. Y todo envuelto en una banda sonora de Mateo Mesina que merece el premio al engolamiento melodramático intrusivo una y otra vez.

No quería creer que la puntuación FA fuera la que yo pondría, pero al terminarla pensé que quizás es elevada. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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