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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Thriller. Drama Keller Dover se enfrenta a la peor de las pesadillas: Anna, su hija de seis años, ha desaparecido con su amiga Joy y, a medida que pasa el tiempo, el pánico lo va dominando. Desesperado, decide ocuparse personalmente del asunto. Pero, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para averiguar el paradero de su hija?
24 de enero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
192/13(26/11/13) Fascinante thriller psicológico con trazos perturbadores, asfixiante y sombría propuesta del realizador canadiense Dennis Villeneuve, nos atrapa en sus redes con una ambientación sugestiva que emite un clima cerrado-enfermizo donde lo peor del ser humano sale a relucir.

El escenario es Pennsylvania, Keller Dover (gran Hugh Jackman) es un carpintero de carácter duro, está casado con Grace (buena Maria Bello), tienen dos hijos, el adolescente Ralph (correcto Dylan Minnette) y la niña de 6 años, Anna (correcta Erin Gerasimovich). El día de Acción de Gracias van a comer a casa de una familia amiga del barrio, los Birch, Franklin (buen Terence Howard) y Nancy (buena Viola Davis), que tienen otros dos hijos, el joven Eliza (inane Zoe Soul) y una niña, Joy (correcta Kyla Simmons) de 7 años. Las dos hijas de ambas familias, Anna y Joy, tras la comida salen a dar una vuelta y no vuelven, comienza una ardua búsqueda sin resultados, sospechan de una misteriosa furgoneta que estaba aparcada cerca de la casa, la policía, con el Detective Loki (gran Jake Gillenthal) a la cabeza se pone a buscar, encuentran la furgoneta en un parking, y en ella a Alex Jones (gran Paul Dano), un retrasado mental, tras un exhaustivo interrogatorio y examinar el vehículo no encuentran pruebas y se ven obligados a soltarlo, ante la furia incontenida de Keller que lo cree culpable. Alex vive con su tía, una mujer mayor, Acebo (gran Melisa Leo).

El turbador guión es de Aaron Guzikowski, lideró la Black List de 2009 de Hollywood, lista que componen los mejores guiones del año no llevados por diferentes motivos a la gran pantalla. Es de agradecer que Villeneuve viera las grandes posibilidades que poseía, convirtiéndolo en una excelente oferta, con numerosos sobresaltos, con misterio, intriga, tensión, giros sorpresivos, clímax final espléndido, personajes bien construidos, con aristas, grises, llevándolos la historia al límite y poniendo al espectador ante el dilema moral de que haríamos nosotros en su lugar, un descenso a los infiernos que llevamos todos dentro y que en condiciones extremas reluce y se apodera de nosotros. El inteligente guión juega a dejarnos migas de pan en formato pistas que nosotros debemos ir encajando, aunque algunas son de despiste. La cinta es una radiografía de la América profunda con protagonista tallado a hachazos, un tipo autosuficiente que se cree el protector de su familia, tiene preparado su sótano ante un ataque nuclear, un tipo que cuando le secuestran a la hija decide que la policía no es útil para encontrarla y se toma la justicia por su mano con métodos salvajes que le harán perder su alma por el camino. Es un film que nos deja temas universales como la ira, la frustración por impotencia, la culpa, el machismo patriarcal, el individualismo, la redención, los instintos básicos, la justicia, la compleja condición humana, analiza el dolor del alma, la indefensión ante el horror cotidiano que se esconde entre nosotros, ello con una atmósfera con ecos al David Fincher de ‘Zodiac’ o al Eastwood de ‘Mystic River’. Villeneuve sabe equilibrar el drama, el thriller, la acción, el misterio, la absorbente investigación policial, en pos de un laberinto interminable de pistas que no se sabe si tendrán salida. Sabe desarrollar con pericia un increscendo dramático apasionante, acrecentando por momentos un aire asfixiante enfermizo, donde sobresale la ambigüedad moral.

Villeneuve utiliza el título como una metáfora concéntrica en la que se hayan todos los personajes, todos son prisioneros de alguna u otra manera, las niñas pueden estar prisioneras, Alex es prisionero de Keller, Keller es prisionero de su frustración de incapacidad al no poder proteger a su prole, Grace es prisionera de su depresión, los Abedul son prisioneros de querer mirar para otro lado ante lo que hace Keller, todos nos encontramos presos de nuestros sentimientos.

El motor de la cinta son unos personajes grises, destilan humanidad, complejidad, son defectuosos, es fácil reflejarnos en ellos y su conflicto moral. Hugh Jackman compone al atormentado protagonista con vigor, energía, de modo intenso, a medida que avanza el metraje se rebela con un pasado marcado por el alcoholismo, expone un gran carisma, poderío físico, mirada angustiada, furibundo, atávico, agobiado, individualista, soberbio. Jake Gillenthal es la otra cara de la moneda, obsesivo detective, tipo solitario, transmite un mundo interior cerrado, lacónico, taciturno, trabaja sin compañero, empatizas con él desde su meritoria presentación de espaldas en la cafetería, denotas su integridad, nobleza, pasión, turbador el tic de parpadear cuando está presionado, le impregna de humanidad, entre Hugh y Jake se produce un tremendo tour de forcé del que saltan chispas. Paul Dano encarna con sobriedad al disminuido mental, un temeroso muchacho que no se sabe si es bueno, malo o víctima, una actuación contenida lejos de excesos histriónicos, haciéndolo creíble y emitiendo estremecimiento al espectador en su presidio. El resto del elenco estaría en el debe del director pues está desaprovechado, Maria Bello apenas deja dosis de su saber estar, Terrence Howard en la primera mitad es la voz crítica a los actos de Keller, pero en el segundo tramo desaparece, Viola Davis igual, comienza como la rabiosa madre y se diluye en el metraje. (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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