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Voto de TOM REGAN:
7
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Aventuras
Una osa que intenta alcanzar un panal de miel muere aplastada por un alud, dejando huérfano y desamparado al osezno Youk, que se ve obligado a sobrevivir en un medio muy hostil. Afortunadamente, Youk se encuentra con Kaar, un oso Kodiak adulto que decide adoptarlo y protegerlo. De todos los peligros que los amenazan, el peor son los tramperos. Uno de ellos mantiene varios enfrentamientos con el gran oso; para él cazarlo es una cuestión ... [+]
7 de marzo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
33/11(21/02/19) Sugerente y original propuesta del singular realizador galo Jean-Jacques Annaud, director que vuelca un espíritu humanista en su filmografía, tipo inquieto que intenta dar algo diferente al espectador, intenta hacerlo pensar y vea el mundo desde otra óptica a lo tópico. Es una adaptación de la novela “The Grizzly King” (1916) del autor estadounidense James Oliver Curwood, el guión fue escrito por Gérard Brach (“El quimérico inquilino” o “El nombre de la rosa”), enmarcada a finales del SXIX en la Columbia Británica (Canadá), aunque rodada en su mayoría en los Dolomitas de los Alpes, en el valle de San Lucano a Taibon Agordino, y en el valle de Primiero en Italia. Cuenta la historia de un cachorro de osezno huérfano que se hace amigo de un gran oso adulto pardo, siendo perseguidos por unos cazadores, tratando temas como la pérdida, la infancia, la amistad, el proceso de madurez, la soledad, sobre misericordia, sobre el perdón, y sobre todo un canto a la Naturaleza, a su belleza, a los seres que la pueblan, y en contra de la explotación sin sentido de la misma. La historia de Curwood se basó en varios viajes que realizó a Columbia Británica, y el joven cazador, llamado Jim en el libro, se basa en el escritor. Sin embargo, muchos de sus elementos de la trama, principalmente relacionados con la amistad entre el cachorro y el oso grizzly del mismo nombre, fueron fabricados. La biógrafa de Curwood, Judith A. Eldridge, cree que el incidente en el que el cazador se salva de un oso se basa en la verdad, un hecho que luego se relacionó con Jean-Jacques Annaud. Declaró durante una entrevista que "recibió una carta de la nieta de Curwood que revela que lo que sucedió en la historia le sucedió. Estaba cazando osos, como había hecho a menudo, y perdió su rifle por un precipicio. De repente, un enorme oso lo enfrentó y lo amenazó, pero por razones que Curwood nunca pudo conocer, le salvó la vida". Poco después de la publicación del libro, Curwood, que alguna vez fue un cazador inflexible, se convirtió en un partidario de la conservación de la vida silvestre. Curwood consideró a The Grizzly King como "confesión de alguien que durante años cazó y mató antes de saber que lo salvaje ofrecía un deporte más emocionante que la masacre". Durante su lanzamiento en Estados Unidos, la película usó una de las famosas citas de Curwood como un eslogan: "Lo más emocionante no es matar, sino dejarlo vivir", y la película recibió el respaldo tanto de la American Humane Association como del World Wild life Fund.
Film único en su concepto de que sean dos osos los protagonistas (Bart the Bear, un Kodiak entrenado de casi tres metros de altura, y el cachorro de oso Youk), destacando por su casi completa falta de diálogo y su puntuación mínima, donde los humanos son muy secundarios, y los diálogos son mínimos (y no es de animación, ni un documental), resultando un relato cercano a un documental, muy realista ( a excepción de la innecesario tramo de la pesadilla del osezno), muy naturalista, con una dirección muy cuidada,
Brach y Annaud decidieron poner la película a finales del siglo XIX para crear una percepción de la verdadera naturaleza, especialmente para los personajes humanos. Además, mientras que los osos y los dos cazadores están nombrados en el guión, sus nombres no se mencionan en la película. Al cachorro de oso se le conoce en el guión como Youk, y el grizzly adulto se conoce como Kaar. Se dice que el personaje de Tchéky Karyo se llamaba Tom y que Jack Wallace es Bill. Estos nombres difieren de la novela de Curwood; por ejemplo, el cachorro se conoce como Muskwa en la novela, y su compañero adulto se llama Thor.
Es una delicia de principio a fin, una fábula moral atemporal, con unos osos que interactúan de modo emocionante, que te hacen querer achucharlos. Annaud consigue fluidez narrativa dentro de la sencillez de su historia, haciendo que el espectador entienda sin apenas palabras todo lo que sucede, y a la vez empatice con los protagonistas, mezclando drama con comedia con equilibrio, momentos tétricos con otros tiernos. Desgarrador el inicio con la muerte de la madre (o padre?) del protagonista, mostrando su desconcierto ingenuo de un ser irracional que no sabe que le ha pasado a su aplastado progenitor, Annaud con ese turbador arranque consigue conectemos con el osito, sentimos su desorientación y soledad en medio de la inmensidad, de una naturaleza mostrada con beldad por la fotografía de Philippe Rousselot (“El río de la vida” o “Big fish”), con panorámicas que maximizan la pequeñez de los seres que habitamos esta roca que surca el universo. Todo desembocando en un tercio final donde se da el enfrentamiento entre el hombre frente al animal, donde las convicciones se tuercen, siendo paradójicamente el animal el que da la lección al humano, el que le hace ver la vida de un modo diferente. Para un film de aventuras con resonancias a las de Jack London.
Chirría bastante en este film tan naturalista que Annaud nos cuele la secuencia de la pesadilla del osezno, por mucho que nos quiera hacer ver que se debe a los hongos tóxicos, a su desamparo frente a estar sin referente que le guie. Rompe con la autenticidad cuasi-documental a la que asistimos.
El rodaje comenzó el 18 de mayo de 1987 y duró 109 días, a menudo en condiciones complicadas, especialmente debido al clima. Aunque la historia tiene lugar en la Columbia Británica (Canadá), se rueda íntegramente en Italia en los Dolomitas y cerca del lago Misurina para el oso pequeño que cruza el torrente, así como en Alemania en Garmisch- Partenkirchen, y en Austria en el Tirol, cerca de Innsbruck, y en Lienz. Escenas adicionales también se filmaron en un zoológico belga a principios de 1988. La tripulación estaba compuesta por 200 personas. El equipo de marido y mujer Tony y Heidi Lüdi se desempeñaron como diseñador de producción y director de arte de la película, respectivamente, junto al decorador de escenarios Bernhard Henrich.
Film único en su concepto de que sean dos osos los protagonistas (Bart the Bear, un Kodiak entrenado de casi tres metros de altura, y el cachorro de oso Youk), destacando por su casi completa falta de diálogo y su puntuación mínima, donde los humanos son muy secundarios, y los diálogos son mínimos (y no es de animación, ni un documental), resultando un relato cercano a un documental, muy realista ( a excepción de la innecesario tramo de la pesadilla del osezno), muy naturalista, con una dirección muy cuidada,
Brach y Annaud decidieron poner la película a finales del siglo XIX para crear una percepción de la verdadera naturaleza, especialmente para los personajes humanos. Además, mientras que los osos y los dos cazadores están nombrados en el guión, sus nombres no se mencionan en la película. Al cachorro de oso se le conoce en el guión como Youk, y el grizzly adulto se conoce como Kaar. Se dice que el personaje de Tchéky Karyo se llamaba Tom y que Jack Wallace es Bill. Estos nombres difieren de la novela de Curwood; por ejemplo, el cachorro se conoce como Muskwa en la novela, y su compañero adulto se llama Thor.
Es una delicia de principio a fin, una fábula moral atemporal, con unos osos que interactúan de modo emocionante, que te hacen querer achucharlos. Annaud consigue fluidez narrativa dentro de la sencillez de su historia, haciendo que el espectador entienda sin apenas palabras todo lo que sucede, y a la vez empatice con los protagonistas, mezclando drama con comedia con equilibrio, momentos tétricos con otros tiernos. Desgarrador el inicio con la muerte de la madre (o padre?) del protagonista, mostrando su desconcierto ingenuo de un ser irracional que no sabe que le ha pasado a su aplastado progenitor, Annaud con ese turbador arranque consigue conectemos con el osito, sentimos su desorientación y soledad en medio de la inmensidad, de una naturaleza mostrada con beldad por la fotografía de Philippe Rousselot (“El río de la vida” o “Big fish”), con panorámicas que maximizan la pequeñez de los seres que habitamos esta roca que surca el universo. Todo desembocando en un tercio final donde se da el enfrentamiento entre el hombre frente al animal, donde las convicciones se tuercen, siendo paradójicamente el animal el que da la lección al humano, el que le hace ver la vida de un modo diferente. Para un film de aventuras con resonancias a las de Jack London.
Chirría bastante en este film tan naturalista que Annaud nos cuele la secuencia de la pesadilla del osezno, por mucho que nos quiera hacer ver que se debe a los hongos tóxicos, a su desamparo frente a estar sin referente que le guie. Rompe con la autenticidad cuasi-documental a la que asistimos.
El rodaje comenzó el 18 de mayo de 1987 y duró 109 días, a menudo en condiciones complicadas, especialmente debido al clima. Aunque la historia tiene lugar en la Columbia Británica (Canadá), se rueda íntegramente en Italia en los Dolomitas y cerca del lago Misurina para el oso pequeño que cruza el torrente, así como en Alemania en Garmisch- Partenkirchen, y en Austria en el Tirol, cerca de Innsbruck, y en Lienz. Escenas adicionales también se filmaron en un zoológico belga a principios de 1988. La tripulación estaba compuesta por 200 personas. El equipo de marido y mujer Tony y Heidi Lüdi se desempeñaron como diseñador de producción y director de arte de la película, respectivamente, junto al decorador de escenarios Bernhard Henrich.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los animales en la película, y más particularmente los osos, fueron entrenados durante cuatro años. Esto dejó tiempo para que Jean-Jacques Annaud realice su otro proyecto, el de adaptar la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa, película que se estrenará en 1986.
La estrella es el cachorro de oso Youk, a quien el director y los entrenadores apodaron el Dulce. En total, doce cachorros sirvieron de dobles. Doce cachorros criados y entrenados en un vivero cerca del parque de Jacana en Sainte-Montaine en Sologne (Francia).
Después del rodaje, los cachorros fueron introducidos a varios zoológicos. La Douce, la figura principal de la película, regresó a Sainte-Montaine en la propiedad de Jean-Philippe Varin. Los otros cachorros viven en el Parque Zoológico de Saint-Martin-la-Plaine y el Parque Zoológico Beauval en Francia, en el Zoológico de Linz en Austria y en el Parque Zoológico de Limburgo en Bélgica.
Mientras que los osos animatrónicos creados por Jim Henson se usaron para varias de las escenas de lucha, los animales vivos, incluidos osos, perros, caballos y abejas, se usaron en el lugar para filmar. Un oso Kodiak entrenado, de 2’75 m de altura, llamado Bart, jugaba como el grizzly adulto, mientras que un joven oso llamado Douce ("Dulce" en inglés) asumió el papel del cachorro, con varias alternativas. Tres entrenadores trabajaron con Bart (incluido su dueño Doug Seus), once con los cachorros, tres con los perros y tres con los caballos. Un día durante la producción, Bart hirió a Annaud mientras los dos posaban para los fotógrafos; Las heridas de Annaud, que incluían marcas de garras en su parte posterior, tuvieron que drenarse con una derivación durante dos meses.
El crítico de cine Derek Bousé ha hecho la conexión entre The Bear y el modelo de películas de vida salvaje de Disney, comparando no solo los simpáticos personajes sino también la estructura cinematográfica, con la animada Bambi (1942) y la acción en vivo Perri (1957). En su libro de 2000 Wild life Films, Bousé establece una fuerte correlación entre la película de Annaud y Dumbo (1941) de Disney, ya que ambos animales jóvenes perdieron a sus madres a una edad temprana, creando una situación desafortunada que permite al resto de la trama desarrollar (aunque, la madre de Dumbo simplemente fue encarcelada por un tiempo, y se reunió con su hijo al final de la película). Dumbo y El oso también comparte una secuencia de sueños de propósito similar, provocada por el alcohol en el primero y los hongos alucinógenos en el segundo.
Spoiler:
Momentos recordables: El osito lamiendo las heridas del oso adulto; La enternecedora y a la vez turbadora escena del osito durmiendo sobre las pieles de osos de los cazadores; La icónica del gran oso arrinconando al cazador encarnado por Tchéky Karyo, al que aterra y paraliza con un grito salvaje, haciéndole venirse abajo al humano, y luego el animal yéndose tranquilamente, dejando al hombre hundido, pero provocándole un advenimiento espiritual; Cuando el cazador mayor apunta al oso con su rifle y el que da vida Karyo, le baja el arma, los dos cazadores se miran y se entiende todo, sin palabras pero derrochando expresividad; La brillante secuencia del osito perseguido por un puma, corriendo por el monte huyendo del fiero felino, hasta que el osito se ve arrinconado junto a un río, entonces el plantígrado saca su vena valiente y se pone en pie y lanza un alarido furioso que le sale de dentro para atemorizar al puma, entonces el puma decide huir, y hay un brillante travelling lateral, y aparece en el fondo el oso adulto en pie lanzando un gran aullido, el motivo real de que el puma huyera, que también sirve de reflejo en lo que se convertirá el osito.
Buen ejercicio de estilo que sirve como cuento moral ecologista de valor, dando “alma” a los animales, aunque adolece de cierta superficialidad. Fuerza y honor!!!
La estrella es el cachorro de oso Youk, a quien el director y los entrenadores apodaron el Dulce. En total, doce cachorros sirvieron de dobles. Doce cachorros criados y entrenados en un vivero cerca del parque de Jacana en Sainte-Montaine en Sologne (Francia).
Después del rodaje, los cachorros fueron introducidos a varios zoológicos. La Douce, la figura principal de la película, regresó a Sainte-Montaine en la propiedad de Jean-Philippe Varin. Los otros cachorros viven en el Parque Zoológico de Saint-Martin-la-Plaine y el Parque Zoológico Beauval en Francia, en el Zoológico de Linz en Austria y en el Parque Zoológico de Limburgo en Bélgica.
Mientras que los osos animatrónicos creados por Jim Henson se usaron para varias de las escenas de lucha, los animales vivos, incluidos osos, perros, caballos y abejas, se usaron en el lugar para filmar. Un oso Kodiak entrenado, de 2’75 m de altura, llamado Bart, jugaba como el grizzly adulto, mientras que un joven oso llamado Douce ("Dulce" en inglés) asumió el papel del cachorro, con varias alternativas. Tres entrenadores trabajaron con Bart (incluido su dueño Doug Seus), once con los cachorros, tres con los perros y tres con los caballos. Un día durante la producción, Bart hirió a Annaud mientras los dos posaban para los fotógrafos; Las heridas de Annaud, que incluían marcas de garras en su parte posterior, tuvieron que drenarse con una derivación durante dos meses.
El crítico de cine Derek Bousé ha hecho la conexión entre The Bear y el modelo de películas de vida salvaje de Disney, comparando no solo los simpáticos personajes sino también la estructura cinematográfica, con la animada Bambi (1942) y la acción en vivo Perri (1957). En su libro de 2000 Wild life Films, Bousé establece una fuerte correlación entre la película de Annaud y Dumbo (1941) de Disney, ya que ambos animales jóvenes perdieron a sus madres a una edad temprana, creando una situación desafortunada que permite al resto de la trama desarrollar (aunque, la madre de Dumbo simplemente fue encarcelada por un tiempo, y se reunió con su hijo al final de la película). Dumbo y El oso también comparte una secuencia de sueños de propósito similar, provocada por el alcohol en el primero y los hongos alucinógenos en el segundo.
Spoiler:
Momentos recordables: El osito lamiendo las heridas del oso adulto; La enternecedora y a la vez turbadora escena del osito durmiendo sobre las pieles de osos de los cazadores; La icónica del gran oso arrinconando al cazador encarnado por Tchéky Karyo, al que aterra y paraliza con un grito salvaje, haciéndole venirse abajo al humano, y luego el animal yéndose tranquilamente, dejando al hombre hundido, pero provocándole un advenimiento espiritual; Cuando el cazador mayor apunta al oso con su rifle y el que da vida Karyo, le baja el arma, los dos cazadores se miran y se entiende todo, sin palabras pero derrochando expresividad; La brillante secuencia del osito perseguido por un puma, corriendo por el monte huyendo del fiero felino, hasta que el osito se ve arrinconado junto a un río, entonces el plantígrado saca su vena valiente y se pone en pie y lanza un alarido furioso que le sale de dentro para atemorizar al puma, entonces el puma decide huir, y hay un brillante travelling lateral, y aparece en el fondo el oso adulto en pie lanzando un gran aullido, el motivo real de que el puma huyera, que también sirve de reflejo en lo que se convertirá el osito.
Buen ejercicio de estilo que sirve como cuento moral ecologista de valor, dando “alma” a los animales, aunque adolece de cierta superficialidad. Fuerza y honor!!!