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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Comedia. Romance Yu es un adolescente que se ha criado en el seno de una familia muy cristiana. Recién ordenado sacerdote, su padre le obliga a confesar sus pecados, que él comete buscando la aprobación paterna. Yu se dedica diligentemente a obrar mal, hasta que sus fotos a hurtadillas de bragas de chicas lo catapultan a la fama. Pero entonces conoce a Yoko y se ve envuelto en una misteriosa secta... (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2021
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391/13(14/11/21) Sugestiva rareza japonesa, inclasificable film que hará las delicias de los que busquen ser sorprendidos por una avalancha de ideas y temas, un tsunami que me ha sido grato por su torbellino sin fin, nunca 4 horas de película (la primera versión tenía 6 horas) me han resultado más amenas y sugerentes como estas que me ha regalado el director y guionista Sion Sono, un caballo desbocado con tropecientos giros, que trata sobre la familia, la fe religiosa (con un manejo cercano a lo sacrílego en su tratamiento de su iconografía, desde la Iglesia, las figuras, las cruces, o una de las protagonistas transmutada en Virgen maría)), la lujuria, la búsqueda de la identidad, la hipocresía beata, el sentido de la vida, la amistad, la búsqueda del verdadero amor, y más en un universo de personajes y situaciones extravagantes, que aun con sus muchos altibajos (siendo mejor la primera mitad, la segunda baja cuando entra en el tema forzado del travestismo) me ha dejado un grato sabor cinéfilo, quizás porque no esperaba mucho, acudiendo a una amalgama de géneros que van desde el religioso, el drama, la comedia, el manga, la acción, el gore. Con pecados, el bolero de Ravel, clubs de pervertidos, emasculaciones, la séptima sinfonía de Beethoven, ahorcamientos, festival de fotos de bragas bajo las minifaldas (‘upskirt’) en modo ninja, travestismo, lesbianismo, erecciones, sectas, compañías de cine porno, explosiones, suicidios, locura. Todo ello en un relato enrevesado que va saltando de un lugar a otro de modo imprevisto, exponiendo una sociedad amoral, donde reinan las falsas apariencias, la perversión, la manipulación, el fanatismo religioso, la deslealtad, la mentira, la impostación, el rencor, y donde la medicina ante todas estas lacras es el Amor Puro. Un mundo retratado como un conjunto de seres en busca de algo en que creer (catolicismo, una secta, una ‘logia’ de pervertidos,...), y donde hay cabida para el amor libre, desde onanismo, fetichismo, lesbianismo, travestismo, triángulos amorosos, y por supuesto el más común con el heterosexual.

El adolescente Yu (interpretado por el cantante Takahiro Nishijima), ha sido traumatizado por sus dos padres. Antes de que su madre muriera, le hizo prometer al niño que se casaría con una mujer que sería como la Virgen María. Más tarde, su padre (Atsurô Watabe) se convierte en sacerdote católico, y tras una tormentosa (e hipócrita) relación con una extrovertida mujer, Kaori Fujiwara (Makiko Watanabe), se vuelve hostil con su hijo, exigiéndole se confiese todos los días. Pero Yu, un ingenuo estudiante de secundaria, no tiene nada que confesar. En busca de un pecado del que valga la pena hablar, se enamora de un grupo de chicos que toman fotos furtivamente "debajo de la falda" de la ropa interior de las adolescentes. Para hacer este pasatiempo más interesante visualmente, Sono lo presenta como una especie de arte marcial. E inevitablemente, Yu conoce a su Virgen María, Yoko (Hikari Mitsushima). Yoko resulta ser la hija sustituta de la voluble Kaori (Makiko Watanabe), la amante ocasional del padre de Yu, y debido al abuso de su padre, odia a todos los hombres, excepto al difunto Kurt Cobain.

Posee una ingeniosa estructura narrativa donde los tres personajes principales se presentan correlativamente, haciendo que los conozcamos en sus interioridades, para cuando chocan nos son empáticos en sus virtudes y falencias, en su humanidad. Sono divide la historia en tres capítulos para presentar a sus protagonistas, haciendo hincapié en un ‘Milagro’ que se va a producir, y para el que hay una cuenta contrarreloj de días. En la primera hora conoceremos a Yu, el tramo probablemente más imaginativo y sorprendente (que ya es decir), como por complacer la manía persecutoria del padre ‘cae’ en las garras de un Maestro Pervertido, Lloyd (Koji Ohguchi), que le introduce en el ‘arte’ del upskirt, hacer fotos bajo las minifaldas de mujeres que pasean, y de este modo obtener instantáneas de las bragas de estas. Lloyd alienta a Yu espetándole que “... es un acto divino. Cualquier acto de santidad será castigado por el pueblo. Al igual que Jesús fue castigado", erigiendo un paralelismo sacrílego, cargado de cinismo. Yu se convierte en un gurú impresionante de este ‘arte’, esto lo vemos en un montaje delirante con el que es imposible no esbozar cuando menos una sonrisa ante el modo de convertir una perversión en algo jocoso maravillosamente coreografiado cual si fueran peleas de karate adornadas por sonidos propios de golpes, cual si la cámara de fotos fueran nunchakos, ello envuelto en la turbadora música del Bolero de Rabel.

En el siguiente capítulo se introducen a las dos mujeres, Yoko y Aya. Ello con su narración vemos a dos mujeres misóginas, cada una por un motivo diferente. Aya una manipuladora que mediante sus armas de mujer intentará sabotear la religiosidad católica del padre de Yu, ello cuando nos enteramos que ella forma parte de una secta, Iglesia Zero, que tergiversa las creencias del catolicismo, teniendo como mantra perturbador el bíblico pasaje de Corintios 13: "Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño"; Conocemos a Yoko, que se convierte en la obsesión de Yu, su Virgen María con la que ‘empalmarse’, pero que conoce de forma que le obliga a travestirse en una subtrama que cojea ante las demás ideas al ser un recurso vodevilesco simplista y rancio. La joven odia a los hombres y no quiere tener más familia, ello por haber tenido un padre que abusaba de ella y con el que se vengó de un modo bastante grimante (spoiler).

En el tercer capítulo todos los tres protagonistas convergen, donde los odios, rencores, amor, venganzas, fanatismo religioso, perversiones y explotan en un carrusel de secuestros, violencia, que dan en un clímax un tanto pasado de vueltas pero acorde con el tono irreverente de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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