Un par de hampones fracasados, uno de los cuales ha recibido disparos en el estómago, huyen en un coche-escuela robado por un camino de playa. El auto está descompuesto. El delincuente menos herido (también tiene un brazo vendado) intenta empujarlo mientras el otro ni siquiera atina a conducirlo. Chocan contra un poste. A lo lejos se divisa un antiguo castillo de piedra, hacia el que se dirigen los cables de una línea telefónica. El menos herido (Lionel Stander) se decide a seguir la línea para poder usar un teléfono. Mientras va hacia allí comienza a subir la marea. Cubre la playa, luego el camino y amenaza con inundar el auto también. El delincuente se desespera pero sólo atina a gritar. El otro llega al castillo, en el que vive una pareja. El mucho mas grande que ella, cincuentón, cobarde (Pleasance). Ella joven, espectacular y ávida de sexo que su estúpido marido no puede darle (Francoise Dorleac).