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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Comedia Adam, un neo Nazi, es enviado en servicio de comunidad a la casa del párroco. Allí, el ministro Ivan da a Adam la tarea de cocinar un pastel de manzana con las manzanas del árbol que crece enfrente de la iglesia. Mientras tanto pájaros, gusanos y rayos atacan a las manzanas. Ivan cree que el demonio los está examinando. Adam cree que es Dios, porque quizá el malvado no existe del todo. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los tiempos que corren, recurrir a un modo narrativo tan anacrónico como la parábola bíblica, podría ser motivo de sorpresa si no fuese porque la banderita de esta película corresponde a la nación que vio nacer a Dreyer y a Lars Von Trier. Quizás la sorpresa deviene más del hecho de que, al contrario que Von Trier, Jensen no utiliza el simbolismo como incendio, sino como lento fluir del alma (algo que ya no se lleva). Ante los ojos de la mayoría, "Las manzanas de Adam" carece de provocación: pero para los interesados en las disgresiones y paradojas del sustrato teológico, esta perversa vuelta de tuerca a la parábola del pobre Job proporciona mucho más sustancia por ejemplo, que el vacío exabrupto de películas como "Antichrist", en las que lo único espiritual en realidad no pasa del título.

La película tiene rasgos psicológicos, religiosos y fantásticos, de modo que lo mismo se puede ver como un caso psiquiátrico (el autoengaño de Ivan ante los horribles sucesos de su existencia), como una historia en la que se da el nombre de Dios y Satán a unas fuerzas misteriosas que operan sin nuestro conocimiento o como lo dicho, una parábola moderna en la que los símbolos se anteponen a los acontecimientos.

Todos los elementos que en difícil equilibrio se ensamblan en la historia podrían haber sido incompatibles si no fuese por la convincente labor del dúo protagonista. Ulrich Thomsen plasma a la perfección la parte del diablo, pero el bello Mads Mikkelsen está para pedirle en matrimonio, actorazo con todas las letras al servicio de un personaje a la altura de su talento: el padre Ivan, esa paradoja viviente. Un hombre que no mira, pero sin embargo, ve.

El final me deja un sabor agridulce...quizás me esperase algo más retorcido y en cambio se me antoja una resolución fácil que no está al mismo nivel del resto de la propuesta. Pero igualmente "Las manzanas de Adam" es una película...afortunada.

¿Fe o locura?
Neathara
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