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República Checa República Checa · Praha
Voto de Johan Liebhart:
6
Father and Sons
2014 China
Documental
5.4
21
Documental Father & Sons muestra la habitación mínima en la que vive un obrero con sus dos hijos. En situación de miseria extrema, los jóvenes pasan el día absortos en la pantalla de su télefono móvil, con una ruidosa televisión como única alternativa.
28 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
1 - Un niño mira la televisión desde una esquina y la sombra de su padre, cabizbajo, se proyecta en la pared.
2 - Dos niños confinados física y mentalmente en una habitación minúscula, estirados en una sola cama, miran sus móviles. Completan el espacio dos perros en una caja de cartón, botellas y bolsas de plástico y algo de ropa sujeta a duras penas sobre sus cabezas. Llega el padre, hora de dormir, se apagan las luces.

Bastaran estas dos escenas al inicio del documental para hacerse una idea de la dureza de la situación, pero no para vivirla. Wang Bing, como espigador de realidades te somete a la miseria dándote a contemplar su rutina muerta y mortificante, en un tiempo muerto y mortificante.

Como ya hiciera Akerman con Jeanne Dielman en los setenta, nos ofrece una ventana hiperrealista a una realidad asfixiante. Aunque esta es, si cabe, más opresiva y dolorosa porque no hay artificio alguno, no hay actores, ni decorado, ni focos. Como en 23 quai du commerce las repeticiones rutinarias también son ad nauseam, solo que aquí nunca llega la náusea. Todo seguirá igual mucho después del último plano. Una concatenación de pantallas y nadas:

Mirar el móvil, nada, ver el televisor, nada, mirar el móvil, nada, ver la televisión, nada, cargar el móvil, nada, mirar el móvil, nada, ver la televisión, nada, dormir, nada, mirar el móvil, ver el televisor, nada, mirar el móvil, ver la televisión, nada, cargar el móvil, mirar el móvil, nada, ver la televisión, dormir, nada, mirar el móvil, ver el televisor, nada, mirar el móvil, ver la televisión, nada, cargar el móvil, mirar el móvil, nada, ver la televisión, nada...

Estamos ante un auténtico documento de la vida de unos miserables que aún, a día de hoy, siguen muriendo en vida en las zonas que no ampara el gobierno, pues al parecer desconocen del "milagro económico" chino.

Wang Bing sigue visibilizando lo que ha quedado invisibilizado, retratando lo irretratable para entregar, ya no, películas o documentales, sino testimonios visuales y vitales en toda su extensión.

Recomendado para aquellos que se sientan incapaces de aguantar la embestida de las realidades más lacerantes tal como la tentación de mirar el móvil cada cinco minutos.
Johan Liebhart
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