Gran filme de Michael Mann, que nos hace volver al género policiaco gangster de los años 30 con mucha fuerza, envueltos en la historia de John Dillinger considerado como uno de los tantos iconos de la cultura popular en Estados Unidos.

Encontramos momentos de gran cine, escenas de gran tensión y visceralidad que les dejarán pegados a sus butacas; Sin embargo éstas se combinan con fallos y batacazos, y nos conducen a una pelicula inconclusa, no redonda, a la que le falta ''algo''. Mann no aprovecha el papel sobresaliente del magnético Dillinger, un aunténtico galán encarnado por el aclamado por el público y tres veces nominado por la academia americana, Johnny Depp, el cual, una vez más, sigue sin cuajar una actuación ganadora de estatuilla.

Quizás sea la fotografía, quizás sean los eternos primeros planos o los movimientos de cámara, pero la cinta de Mann pierde su momento de convertirse en película de culto dentro de un renovado género policíaco-criminal y se queda en una película plana, simplemente atractiva para el espectador y que sin duda constituye la gran decepción del verano de 2009 para los amates del cine.