Interesante película, con un inicio incierto y titubeante, en el que el protagonista te agobia con su desazón existencial, hasta que la historia va tomando fuerza, y acabas pidiendo más minutos intentando saber lo que ha pasado con cada uno de los personajes, incluso exigiendo un final diferente del planteado y que parece obligado para zanjar el film.
En realidad, ya no estoy acostumbrado a este tipo de guiones con diálogos densos y pretendidamente trascendentes. La mayoría de la películas actuales son mucho más banales y ligeras de contenido y de texto. Y desde luego no se afanan una y otra vez en explicarme las distintas teorías de los filósofos famosos que en el mundo han sido. Pero resulta atractivo asistir a duelos verbales de enjundia como los planteados por el profesor y las personas con las que tiene relación.
Como el director profundiza tanto en los personajes, terminas la película planteándote quién te gustaría ser: el protagonista en crisis o el protagonista exaltado o el protagonista en pleno rapto de locura; sus amantes adoradoras de su verborrea vacua; el juez; el novio despechado y obligado a mantener una relación libre que él no pretende; las alumnas universitarias posadolescentes.
Buena película para reflexionar con los amigos en torno a una cerveza.