Una película que justifica y confirma la genialidad cinematográfica de Steven Spielberg. Una película que interpela en muchas ocasiones, toca fibras sentimentales muy lindas y enternece por el magistralmente contado vínculo de amistad.

La musicalización es excepcional, brillante, y gran parte de su éxito y su significancia en la historia popular del cine es merito de John Williams y su perfecta orquesta, que conmueve y eriza la piel, como es habitual en las piezas del señor. Los efectos visuales, hoy a casi 40 desde su estreno, prueban su calidad artística de un nivel altísimo, ya que apenas son notorias algunas fisuras en la edición. El diseño de producción, el vestuario y la excelsa fotografía la convierten en una obra tierna, dulce, carismática y por sobre todos los adjetivos plausibles, emotiva, generando lo que es propuesto desde el comienzo, narrar una historia con tintes infantiles sobre un abandonado ser extraterrestre, dejando claro un buen mensaje de amistad y lealtad. Henry Thomas está adorable y querible desde que lo vemos actuando. Todo el elenco acompaña apropiadamente y con encanto las peripecias de E.T.

Una cinta que ninguno debe perderse, con escenas maravillosas y visualmente bellísimas. Un incuestionable clásico.

Calificación: 8